
«Mi primer día en Rock Imperium 2025 – ¡Una experiencia alucinante!»
Crónica Julia López, Fotos Crom
Hola, me llamo Julia. Quiero contar cómo viví el primer día del Rock Imperium Festival 2025 en Cartagena, porque fue una experiencia alucinante para alguien como yo, que no es precisamente experta en música. ¡Imagina mi emoción y nervios al ir a mi primer gran festival de rock/metal! Llegué el jueves 26 de junio muy temprano, bajo un sol abrasador, con mi padre (y mucha crema solar y botellas de agua). Había dos escenarios pero, por suerte, las actuaciones se alternaban sin solaparse, así que podíamos ver todos los conciertos seguidos. Aquí va mi crónica de ese día, algo breve y desde la mirada de una chica que todavía alucina con lo vivido.
Crummy: El festival empezó sobre las 2 de la tarde en el escenario principal con Crummy. Hacía un calor tremendo y aún no había mucha gente (la mayoría buscábamos la sombra bajo cualquier árbol o sombrilla). Crummy es una banda de Málaga que llevaba años sin tocar, pero vaya forma de volver. 🤘 Aunque yo no los conocía, me sorprendieron: tocaron un heavy metal potente que despertó a todos los presentes. El cantante Kiko no paraba de animarnos gritándonos “¡Vamos, Rock Imperium!” mientras yo pensaba “¡sí, vamos allá!” 😄. A pesar del calor, ellos lo dieron todo con canciones llenas de energía (recuerdo una llamada “Mi Venganza” que me gustó por su fuerza). Al final, tuvieron un detalle súper chulo: regalaron púas de guitarra y CDs al público. ¡Fue un buen comienzo que me dibujó una sonrisa a pesar del sofocón!
Diabulus In Musica: Después de Crummy corrimos al escenario 2, donde salió Diabulus In Musica. El metal sinfónico no está en mi «dieta» metalera (mezcla de heavy metal con música clásica), pero esta banda navarra me dejó con la boca abierta. Su cantante, Zuberoa, canta como una soprano de ópera y su voz poderosa resonaba bajo el cielo azul de la tarde. 😮 Además, tocaba la flauta en algunas partes, ¡y lo hacía realmente bien! Las canciones eran como de película épica: tenían coros grandiosos, partes suaves y otras súper cañeras con el teclista metiendo voces guturales de vez en cuando (¡muy protagonista en la banda! 😅). Me acuerdo especialmente de una canción en euskera llamada “Otoi” que sonó preciosa y distinta. Durante su concierto, cerré los ojos por momentos y casi podía imaginar castillos y mundos de fantasía. Fue mágico y potente a la vez, y mucha gente aplaudió con entusiasmo al final. Diabulus In Musica logró que, aunque yo no conociera mucho de su música, me sintiera totalmente atrapada por su sinfonía metalera.
Iron Curtain: De vuelta al escenario principal, a eso de las 3 y media de la tarde salió Iron Curtain, una banda de heavy metal de Murcia (¡de la tierra! 💪). Me hizo ilusión ver un grupo local en un festival tan grande. Ellos llevan muchos años tocando música heavy metal clásica, rápida y sin florituras, del estilo de bandas ochenteras que le gustan a mi padre. La verdad, fue escuchar el primer guitarrazo y entender por qué este género engancha: riffs súper pegadizos, batería a toda caña y actitud rebelde. Aunque yo no me sabía las canciones, temas como “Devil’s Eyes” o “Scream & Shout” hicieron que levantáramos el puño y moviéramos la cabeza casi por instinto. 🔥 El cantante (Mike) también tocaba la guitarra y no paraba de hacer headbanging, a pesar de que todos estábamos sudando a chorros. Al terminar, estaban empapados pero felices; Mike bromeó diciendo que aquello contaba como su sesión de cardio del día. 😂 Fue muy auténtico ver a Iron Curtain: heavy metal del de toda la vida, tocado con pasión. Mi cuello ya empezaba a doler un poco de tanto cabecear, ¡pero valió la pena!
Hellripper: La tarde seguía y en el escenario 2 llegó Hellripper, desde Escocia, sobre las 4 y poco. Este concierto fue de los más extremos y oscuros que viví ese día. y de los que más disfuté. Hellripper tocan algo llamado “black ’n’ roll”, que según me contaron es como mezclar el black metal (muy rápido y oscuro) con el rock & roll macarra. Para mí, la verdad, fue impactante: de pronto subieron unos músicos vestidos de negro y empezaron a tocar a una velocidad de locos, con el cantante/guitarrista James gritando letras satánicas (creo que escuché algo de “Goat” – cabra en inglés – ¡qué miedo! 🐐😅). El sonido era tan bruto que me retumbaba el pecho, pero yo no me tapé los oídos ni un poquito, porque estoy acostumbrada a esos gritos guturales y riffs ultra rápidos. Había fans en primera fila que disfrutaban cada segundo haciendo moshpit (un círculo donde la gente empuja y salta… yo lo vi desde un ladito, alucinada). Hellripper terminó su show tras unos 45 minutos de caos musical infernal, me alegro de haberlo vivido!
Far East Groove: A las 5 de la tarde vino uno de mis momentos favoritos 🎉. En el escenario principal apareció Far East Groove, un proyecto liderado por Yasuharu Takanashi (un compositor japonés que hace música de anime famosa). Sí, ¡anime y metal juntos! 😁 Resulta que Takanashi ha compuesto bandas sonoras de series que conozco algo, como Naruto Shippuden y Fairy Tail, y ahora él y su banda venían a tocarlas en versión rock/metal. Yo, no soy súper fan del anime… pero estaba emocionada. La banda salió con unos trajes muy llamativos (la cantante Juno llevaba un vestido blanco como de princesa de fantasía) y empezaron con música instrumental épica de Fairy Tail. De pronto reconocí la melodía
principal ¡y casi lloro de la emoción! 🥹 Muchos en el público también eran otakus o curiosos, y empezamos a vitorear en cuanto sonó algo familiar. Tocaron varias piezas de anime mezclando guitarra eléctrica, batería, violín y hasta keytar (ese teclado-guitarra ochentero que tocaba el propio Takanashi). Lo mejor fue cuando empezó a sonar el tema principal de Naruto… ¡momentazo!🔥 Había imágenes de los animes en las pantallas, así que era como un concierto friki de ensueño. También hubo canciones divertidas como una de Musculman donde todos saltaban, y otras más intensas con aire folclórico japonés. Far East Groove convirtió el festival en una fiesta de anime por unos 50 minutos. Yo no paré de sonreír y al terminar quería otra canción más, pero ya no quedaba tiempo. Fue tan diferente a todo lo demás del día que muchos nos mirábamos como diciendo: “¿Has visto eso? ¡Increíble!”. Sin duda, uno de mis momentos favoritos del festival. ❤️
Satan: Sí, leíste bien: Satan fue la siguiente banda en el escenario 2, sobre las 6 y media de la tarde. Cuando vi el nombre en el cartel me quedé loca: ¡una banda que se llama Satan! 😈 Resulta que son una legendaria banda británica de heavy metal de la vieja escuela (de los años 80, la época dorada del heavy). Aquí noté cómo el público tenía muchos fans veteranos muy emocionados por verlos, porque no tocan en España muy a menudo. Yo no conocía sus canciones (ni había nacido cuando ellos ya sacaban discos 🙈), pero decidí disfrutarlo igualmente. Salieron sin escenografía ni nada, solo ellos con sus instrumentos, muy humildes. El cantante, Brian, ya es mayor (creo que ronda los 70)¡pero menuda voz! Seguía alcanzando unos agudos que me dejaron pasmada. Desde la primera canción vi a varios metaleros alrededor cantando cada palabra como si fueran himnos. Era heavy metal puro y clásico: guitarras gemelas haciendo solos melódicos, ritmos rápidos pero no tan extremos como Hellripper, y un

ambiente como de concierto histórico. Me gustó una canción llamada “Trial by Fire” con la que todo el mundo movía la cabeza, y otra que mencionaba el año “Twenty Twenty Five” (¡justo el año en el que estábamos, qué coincidencia!). Hubo un momento gracioso cuando a uno de los guitarristas se le estropeó la guitarra a mitad de tema, y mientras lo arreglaban, el cantante hizo bromas y habló un poco para que no decayera el ánimo. Al final lo solucionaron rápido y siguieron rockeando. Satan terminó con un tema épico, se despidieron dando las gracias con mucha humildad, y el público les ovacionó fuerte. Aunque yo era de las más jóvenes allí, me contagió la emoción de los fans más mayores. Sentí que había visto un pedacito de la historia del heavy metal en directo. ¡Muy grande, Satan! (la banda, claro 😅).
Gun: Con el sol ya escondiéndose, volvimos al escenario principal para Gun, una banda de Hard Rock de Escocia, sobre las 7 y algo de la tarde. Aquí el ambiente fue distinto: más festivo y ligero, después de tanto metal pesado. Gun tienen canciones más de rock clásico y algunas muy conocidas (aunque yo hasta ese día solo conocía una, lo confieso). En cuanto salieron, se notaba que tenían muchas ganas de pasarlo bien con nosotros. El cantante, Dante Gizzi, incluso nos saludó en español: “¡Buenas tardes, Cartagena!” con acento extranjero y una gran sonrisa. ☺️
Empezaron tocando canciones nuevas, pero pronto llegaron a los temazos que hicieron despegar al público. Recuerdo que al sonar “Don’t Say It’s Over” y “Word Up!” todo el mundo a mi alrededor empezó a cantar y bailar. Yo conocía “Word Up!” (es un cover de una canción disco funky de los 80, pero versión rock) y fue divertidísimo saltar al ritmo. 🎸 También tocaron “Better Days” y “Steal Your Fire”, que aunque yo no me las sabía, tenían estribillos tan pegadizos que al segundo ya estaba canturreándolos como podía. Gun consiguió que todo el festival pareciera una fiesta gigante: veías a la gente sonriendo, algunos abrazados cantando, otros brindando con su cerveza al aire. Después de tanta tralla metalera, este rock más melódico nos dio energía alegre. Fue un concierto muy divertido y cercano, definitivamente uno de los más disfrutables incluso para novatas como yo. 🎉
Airbourne: Y si pensábamos que ya no podíamos pasarlo mejor… ¡llegó Airbourne! 🤘 Este fue uno de los platos fuertes del día, en el escenario 2 a las 8:30 de la noche. Los australianos Airbourne son conocidos por sus conciertos salvajes y llenos de adrenalina, y madre mía, ¡lo comprobé en carne propia! 🔥 Antes de que salieran, pusieron de intro la música de Terminator 2 (muy épico todo, yo ya estaba con la piel de gallina de la emoción). De repente, aparecen los cuatro miembros de Airbourne y arrancan con “Ready to Rock”. Aquello explotó: guitarras estruendosas, baterías atronadoras, y todo el mundo saltando y gritando “Ready to rock!!!”. Sonaban muy a lo AC/DC (de hecho, muchos dicen que Airbourne es lo más cercano a ver a AC/DC en jóvenes), y aunque yo solo conozco un par de canciones de AC/DC, la vibra fiestera de Airbourne me atrapó al instante.
El cantante y guitarrista, Joel O’Keeffe, es un auténtico loco encantador: a los pocos minutos ya estaba abriendo una lata de cerveza ¡y estampándosela en la cabeza! 🤯 (Sí, literal: se golpeó la lata contra la frente hasta abrirla y roció al público de las primeras filas con cerveza). ¡La gente enloqueció de alegría con esa tontería! 😂 Siguieron tocando temazos uno tras otro (“Too Much, Too Young, Too Fast” fue de mis favoritas, super pegadiza) sin darnos ni un respiro. En “Girls in Black”, Joel hizo algo increíble: se subió a hombros de un miembro de seguridad mientras seguía tocando la guitarra y se metió entre el público. Yo lo vi pasar cerca y no me lo creía, estaba tocando un solo rodeado de fans que le aplaudían y le daban palmadas en la espalda. ¡Qué momentazo! Todo el mundo a mi alrededor tenía cara de flipar con esa escena.
Después, hubo un instante emotivo cuando tocaron “It’s All For Rock ’n’ Roll”, que dedicaron al difunto Lemmy de Motörhead; Joel levantó su copa al cielo brindando por él, y fue un bonito detalle ver las fotos de Lemmy en las pantallas. Pero enseguida volvieron la locura y la pirotecnia: nos sorprendieron tocando una canción nueva llamada “Gutsy”, y lanzaron llamaradas de fuego en el escenario (el calor se sentía a metros, ¡wow!🔥). Ya para rematar la fiesta, tocaron “Live It Up” (donde todos cantamos el coro “🎶 Live it up, woah oh oh! 🎶” a grito pelado) y terminaron con “Runnin’ Wild”, su himno fiestero. Durante esta última canción tiraron confeti por los aires iluminando la noche, y Joel se volvió loco tocando trocitos de canciones de AC/DC dentro de su tema, como homenaje. Cuando terminaron, yo estaba sudando, despeinada y con la voz medio ronca de tanto gritar, pero feliz a más no poder. 😄 Sinceramente, Airbourne dio uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida (vale, no he visto tantos porque soy joven, pero seguro que este lo recordaré siempre). Fueron 100% rock ’n’ roll: divertidos, intensos y totalmente entregados. Si alguna vez tenéis la oportunidad de verlos, ¡no os lo perdáis!
King Diamond: Tras la fiesta rockera, llegó el turno de King Diamond en el escenario principal a las 10 y pico de la noche. Este concierto fue una experiencia única y un poco escalofriante a la vez. 😱 Para quienes no lo conozcan (yo apenas sabía algo antes del festival), King Diamond es un cantante de heavy metal clásico, famoso por su voz agudísima y por montar espectáculos de terror teatral en directo. Cuando se abrió el telón y vi el escenario, se me heló el cuerpo: habían montado una especie de hospital antiguo y embrujado, con escaleras a los lados, camillas de médico y decoración gótica. Parecía sacado de una película de miedo. Empezó a sonar una intro tenebrosa y apareció King Diamond en persona, en lo alto de las escaleras… ¡Vaya impresión! 😲
Llevaba un sombrero de copa, la cara pintada como una calavera demoníaca, y sostenía un micrófono hecho de huesos en forma de cruz invertida. Traía en brazos una muñeca de bebé muy creepy, y de repente ¡zas! le clavó un cuchillo (era parte del show, obviamente no era de verdad, pero aun así me quedé de piedra). A partir de ahí, arrancó el concierto como si fuera una obra de teatro de terror. King Diamond cantaba alternando un falsete super agudo (en serio, nunca he oído a nadie cantar tan agudo, parecía un espectro 😵) con partes más graves y narradas, mientras por el escenario andaba una actriz representando diferentes personajes de sus historias (a veces hacía de enfermera loca, otras de abuelita fantasmal en silla de ruedas…). ¡Era como ver El Conjuro pero en versión metal sobre las tablas!
Musicalmente, la banda que acompaña a King Diamond es impresionante: dos guitarristas haciendo solos virtuosos, un baterista y bajista super sólidos, y hasta una corista (Hel Pyre) que cantaba partes operísticas y hacía de monja poseída en una escena 😅. Tocaron canciones clásicas como “Arrival”, “A Mansion in Darkness” o la famosa “Welcome Home”. En “Welcome Home” hubo un momento legendario: King Diamond sentado en una silla de ruedas gritando “¡Grandmaaaaa!!” (que significa “¡Abuela!”) con su voz ultra aguda, mientras la actriz hacía de abuela loca escapándose… Y de repente todo el público gritó “Grandma!” a la vez. Yo al principio me asusté, pero luego me uní a gritar porque era entre terrorífico y divertido, ¡una sensación rarísima pero guay! 😂 Cada canción era como un capítulo de una historia de miedo. Hubo cambios de vestuario, sangre falsa por el escenario, un bebé fantasma envuelto en mantas (representando a Abigail, que es un personaje de sus discos)… Vamos, un teatro de terror metalero en toda regla. Estuve los primeros minutos medio en shock, pero poco a poco me dejé llevar y acabé disfrutando muchísimo del show, porque sinceramente nunca había visto nada igual. Al terminar, King Diamond y sus músicos se despidieron saludando al público, y aunque yo tenía el corazón a mil por la tensión, aplaudí con ganas porque fue espectacular. Eso sí, ¡después de esto voy a tener pesadillas con abuelas endemoniadas seguro! 😅 En conclusión, King Diamond me demostró que en el metal también hay espacio para el teatro y la fantasía oscura. ¡Larga vida al Rey Diamante! 👑💎
Kissin’ Dynamite: Ya era medianoche pasada, y cualquiera pensaría que tras tantas horas estaríamos muertos de cansancio (que un poco sí, para qué mentir). Pero el festival aún no acababa: en el escenario 2 salieron los alemanes Kissin’ Dynamite para dar el último empujón de energía del día. ⚡️ Esta banda toca hard rock muy fiestero, del estilo ochentero pero con un toque moderno, y yo ya los había escuchado alguna vez en listas de Spotify. Tenía curiosidad por verlos en vivo, y ¡madre mía, menuda fiesta montaron! Arrancaron con “Back With a Bang”, que literal fue un bang que nos despertó a todos de golpe. El cantante, Hannes, vino súper animado, sonriente, haciendo que gritáramos desde el primer momento. A esas alturas yo estaba con los pies molidos, pero en cuanto sonó “DNA” y luego “I’ve Got the Fire”, se me olvidó el dolor y seguí saltando y cantando lo que podía. 🎶 Sus canciones tienen coros muy pegadizos, de esos que aunque no te los sepas, los pillas al vuelo y los cantas brazo en alto. En “No One Dies a Virgin” hicieron un show divertido: los dos guitarristas se pusieron uno frente al otro como retándose y tocaron solos a lo duelo de guitarras, mientras Hannes nos hacía palmear el ritmo. Fue un momento chulo y también gracioso.
Luego Hannes desapareció un segundo y volvió con una capa de rey para la canción “I Will Be King”. 😂 Todos reímos y aplaudimos porque fue muy teatral (en plan broma, nada que ver con el terror de King Diamond; esto era más rollo “soy el rey del rock” de broma). En ese tema nos tuvo cantando el estribillo “I will be king” a todo pulmón, como si fuéramos un coro enorme. Después vino “The Devil Is A Woman”, con un ritmazo genial que me puso a mover la cabeza sin parar. Y cuando yo creía que ya no podía con mi alma, anunciaron “Not the End of the Road”. Antes de tocarla, Hannes dio un mini discurso muy emotivo sobre no rendirse nunca y seguir adelante en los malos momentos (me pareció un detalle bonito; muchos levantamos la mano asintiendo, como sintiendo esas palabras). Cantamos ese tema con mucha emoción, casi abrazados con los colegas que tenía al lado, fue un instante de buen rollo y unidad que me llegó al corazoncito. 💖
Pero ojo, que aún nos tenían preparada una sorpresa final: empezaron “You’re Not Alone”, y de repente Hannes saltó del escenario y se metió entre el público mientras cantaba. 😱 ¡Lo tenía de pronto a unos metros, pasando entre la gente con el micro! Todos hicimos un corro a su alrededor, y él subido a la valla de seguridad cantando “you’re not alone” y nosotros respondiendo “oooh oh oh”! Fue increíble sentir al cantante tan cerca, cantando con nosotros. Creo que hasta me veis en algún vídeo por ahí porque estaba flipando con esa situación. Terminó la canción, Hannes volvió al escenario (escoltado por seguridad, claro) y cerraron su show con “Raise Your Glass”. En ese momento todos levantamos nuestros vasos, botellas, lo que fuera, brindando al ritmo de la música. 🥂🎸 ¡Fiestón total! Acabamos cantando “woo oooh” una última vez y ¡pum!, final del concierto con un acorde explosivo. Kissin’ Dynamite nos dejó eufóricos y agotados a la vez. Eran casi la 1:00 de la mañana y yo no entendía de dónde habíamos sacado fuerzas, pero es que esta banda lo dio todo y nos lo contagió. Sin duda, un cierre perfecto para el escenario 2.
Triumph of Death: Y cuando ya pensábamos que era hora de dormir… faltaba el último concierto en el escenario principal. A eso de la 1:20 de la madrugada (sí, aguantamos hasta tan tarde, ¡soy joven, qué le vamos a hacer! 😜) salió Triumph of Death. Este proyecto es especial: básicamente es Tom G. Warrior, un músico legendario del metal extremo, reviviendo las canciones de su antigua banda Hellhammer de los años 80. Admito que a estas horas yo estaba muerta de cansancio, y la música de Triumph of Death es muy, muy heavy y cruda pero es un estilo que me va bastante, e insistí a mi padre para quedarnos hasta el final. El escenario estaba casi a oscuras, con luces rojas tenebrosas, y la banda vestida de negro empezó a tocar sin piedad. Fue como si explotara una tormenta de sonido sucio: guitarras ultra distorsionadas,
batería rapidísima estilo punk-thrash, y Tom Warrior gruñendo las letras con voz grave. 🔥 Las canciones eran cortas, violentas y directas, con títulos que sonaban bastante siniestros (“Crucifixion”, “Massacra”… creo que no hace falta traducción 😅). Era impactante ver a señores quizá de 40 o 50 años hacer headbanging como si tuvieran 20, totalmente entregados. Aunque musicalmente me costó entrar en el concierto (era ya muy extremo para mí, y mi cabeza flotaba entre “estoy en un sueño” y “esto es real y brutal”), pude apreciar la atmósfera oscura y underground que crearon. Sonaba tal cual me imagino que sonaría en un garaje en 1983, pero ahora amplificado para miles de personas. La última canción que tocaron se llama precisamente “Triumph of Death” y duró bastante rato, con partes lentas y pesadas que parecían el mismo demonio caminando 😈. Cuando terminaron, muchos fans levantaron los cuernos metaleros y aplaudieron con fervor. Tom G. Warrior dio las gracias de forma solemne y se retiró con su banda. Yo en ese momento solté un suspiro, en plan “wow, lo conseguimos, aguantamos hasta el final”. Había sido un final contundente y oscuro para un día larguísimo e increíble.
Epílogo – Una novata feliz: Y así terminó la jornada inaugural del Rock Imperium Festival 2025. Caminé hacia la salida con mi padre, rendida físicamente (mis pies y cuello pedían tregua urgente), pero con una sonrisa enorme y el corazón contento. 💕 Nunca pensé que en un solo día pudiera ver tantos estilos de música juntos: desde heavy clásico, metal sinfónico, thrash negro, rock divertido, hasta un concierto de anime metalero y un espectáculo de terror gótico. ¡Vaya mezcla! 🎶 Aprendí un montón y disfruté incluso de los grupos que jamás habría escuchado por mi cuenta. La organización del festival me pareció excelente: al no haber dos conciertos a la vez, no me perdí nada, y el sonido en general fue bueno (salvo algún momento saturado, pero nada grave). Además, el ambiente entre la gente era genial; todos compartiendo agua, experiencias y buen rollo. Para ser mi primer festival grande, no podía haber pedido uno mejor. Me iba a casa reventada pero feliz, con la mochila llena de recuerdos. Si este fue solo el día 1, ¡no me quiero imaginar lo que traerían los siguientes! Pero eso ya es otra historia… Por ahora, solo diré que el Rock Imperium me conquistó.🤘🥳


Pedazo de crónica, Julia 😃. Me ha encantado. Tienes que colaborar en Dioses, lo describes todo muy bien, bastante mejor que tú padre 😂😂😂. Espero con ansia ese segundo día de festival.