«No siempre lloverá»
Escrito por christian darchez
Ya todos saben que mis aficiones mayores son la música y el cine; en menor medida, la literatura, pero siempre la tengo presente. Otra expresión artística que siempre me gustó mucho fue el cómic, al que para nada le hago ascos aunque no llego al punto de la obsesión.
Aun así, hubo un cómic que me marcó.
1992: vengo de padres separados y con sólo 8 años de edad, mi papá, cuando venía a visitarme a la casa de mis abuelos, solía traerme los números de Batman, Dago, Nippur De Lagash o Punisher. Recuerdo la cantidad de revistas que había en mi habitación y las horas que pasaba leyéndolas, hasta tal punto que no podía transitar por mi cuarto. Por eso no podía conservarlas todas y terminaba regalándolas a mi mejor amigo, con lo que me aseguraba de que no iban muy lejos.
Pero hubo un cómic en particular que me causaba verdadera fascinación, aunque me costaba leerlo porque es desgarrador; un cómic trágico donde, a pesar de mi corta edad, comprendía el dolor que el personaje sentía, su rabia, angustia y deseos de venganza: EL CUERVO. El Cuervo fue la creación más importante del dibujante y autor James O’ Barr allá por 1989, por la editorial Claiber Comics. O’ Barr escribió esta historia como una catarsis para expresar el dolor y la furia que tenía por el asesinato de su novia a manos de un conductor borracho; también se inspiró en un caso de una pareja que fue asesinada por unos delincuentes para robarles el anillo de compromiso de tan solo 20 dólares. El duelo personal de O´Barr quedó plasmado en cada viñeta del cómic, y eso se nota en la fuerte carga emocional del mismo. Es una propuesta que, si bien ya venía mechada en otras historias, es muy fuerte de leer.
La trama giraba en torno a Eric Draven, un joven que una noche es atacado por un grupo de pandilleros. A él lo paralizan de un disparo y ve cómo su novia es violada y asesinada por los malvivientes. Un tiempo después él regresaba de la muerte para vengarse de cada uno de los agresores. Lo interesante del cómic es que, a medida que lo leía, me daba cuenta de los sentimientos de pérdida de Eric, que lo llevan a un sendero de auto destrucción emocional; aun así, no podía dejar de leerlo. Estaba fascinado por el cómic, me encantaba su estética gótica como también el aspecto de Eric después de volverse de la muerte, convertido en EL CUERVO maquillado como un payaso siniestro, un híbrido entre Robert Smith (The Cure) y Peter Murphy (bauhaus).
Pese a que que la historia de Eric Draven tan solo se extendió a 4 tomos (aunque cada uno de ellos era bastante extenso), siempre estaban en mi mochila, y no veía la hora de que sonara la campana del recreo para salir al patio y sentarme en algún lugar a leerlo; por más que mis compañeros me llamaran de manera insistente para jugar con ellos, la atracción de seguir degustándolo era mucho mas fuerte. Tan sólo le daba descanso cuando a la tarde le daba duro a mis dibujos animados preferidos como ¨Mazinger¨, ¨Transformers¨, ¨Las tortugas ninja¨, ¨G.I Joe¨, ¨Thundercats¨ o ¨Silverhawks¨. Después seguía leyéndolo hasta que me daban
ganas de dormir. (Sí, desde chico ya tenía cosas de freak, tuve una infancia muy oscura).
Para 1994 se estrenó la adaptación en el cine, protagonizada por Brandon Lee como Eric Draven/El cuervo, Ernie Hudson, Michael Massee y Michael Wincott, y la dirección estuvo a cargo de Alex Proyas (mas adelante dirigiría ¨Yo, robot¨). Y si bien hubo bastantes cambios argumentales con respecto al cómic, capturó a la perfección el espíritu y la estética gótica de la historieta: desde la fotografía hasta los efectos visuales, pasando por las actuaciones. Brandon Lee estuvo genial como Eric Draven, impresiona el enorme talento que tenía y en la peli tiene muy buenos momentos dramáticos. Estaba para mucho mas que las patadas y los puñetazos, recordemos que eran los ’90 y aquellos años no era común encontrar propuestas de este nivel.
¡Y pensar que la peli iba a ser un musical, y con Michael Jackson como protagonista! James O’ Barr suele contar que les cagó de risa en la cara a los ejecutivos cuando le presentaron la idea del musical: ¡Pensó que le estaban haciendo una joda y era en serio! Menos mal que llegaron Proyas y Lee al proyecto. A ambos les pareció espantosa la idea de los ejecutivos, más a Lee que era un gran fan del comic, y se negaron a hacerla de esa manera.
La peli fue un tremendo éxito de taquilla, pero todo eso quedo empañado por la lamentable muerte de Brandon Lee, a causa de un disparo en una escena de una bala real que no pudo ser detectada por el personal de seguridad. El actor que efectúo el disparo, Michael Massee, aseguró que aun tiene pesadillas por lo ocurrido.
Lo que quizás no sea tan recordado es la banda sonora de la peli, con canciones de The Cure con ¨Burn¨, -quizás mi favorita de la peli-, que es la que suena mientras Brandon Lee se maquilla; Helmet, que saltarían a la notoriedad con ¨Milktoast¨; Pantera con la intrascendente ¨The badge¨; esos copiones descarados de Soundgarden que son los Stone Temple Pilots con ¨Big empty¨, y los reyes del Metal Industrial de la mano de Trent Reznor y sus Nine Inch Nails con ¨Dead soul¨ entre otros.
Cuando vi la peli me produjo el mismo efecto que el cómic, más a sabiendas del trágico final de Brandon Lee, algo que los productores parecieron no entender como para hacer las secuelas posteriores, que fueron aniquiladas por la crítica. Y mucho menos la serie protagonizada por Mark Damascos que directamente no le presté atención.El cuervo es uno solo, y ese es Eric Draven. Fue, es y siempre va a ser Brandon Lee. DESDE ESTE HUMILDE INFORME LE RINDO MI HOMENAJE, ¡NO TE OLVIDAMOS BRANDON!