Un nuevo giro de tuerca en el sonido de los bardos, pero sin perder su esencia.

Reseña de Sikanda

Después de dos discos de grandísimo éxito, que para michos supusieron el culmen de su carrera, los alemanes Blind Guardian, grabaron un nuevo disco tras cuatro años de su último lanzamiento. Su título fue  “A Night at the Opera “, en claro homenaje al mítico cuarto álbum de los grandísimos Queen de 1975. Este trabajo hacía el séptimo en su carrera y supuso un gran paso adelante en su sonido que se hizo más complejo, con múltiples capas, quizás más barroco y en parte experimental… Y claro… para los más puristas esto fue una gran afrenta que los separó de la banda germana casi hasta el 2022 en el que han regresado con un sonido más puro.

He de decir que he escuchado este disco infinidad de veces, que tiene temas que se encuentran entre mis cinco favoritos de la banda y que lo tengo hasta firmado y con el ticket de compra guardado… No recuerdo mi primera escucha, pero desde la perspectiva que da el tiempo y con cada reproducción me sigue llenando y me parece un disco valiente. Resulta un paso adelante en una trayectoria impecable. Un grupo que no se estanca grabando una y otra vez las canciones que más éxito le dieron, que no perpetúa un estilo sin innovar, sin crecer, sin experimentar. Fue grabado con el productor Charlie Bauerfeind en los Twilight Hall estudios, que ya había colaborado con ellos en Nightfall at the Middle Earth. Por lo que la conexión entre la banda y Charlie ya estaba consolidada.

“A night at the opera” comienza a todo trapo con “Precious Jerusalem” donde de primeras nos encontramos la batería y los sintetizadores. Ya nos da indicios de lo que va a ser el disco pues va cargada de fuerza y de coros y voces dobladas junto a un gran trabajo de todos los músicos.

“Battlefield” es un temazo de esos que quieres oír hasta el fin de tus días. Lo tiene todo: un aire medieval en el comienzo, fuerza, potencia, unos coros geniales, unas guitarras afiladas, bien engrasadas con unos riffs fantásticos de Marcus Siepen y André Olbrich …un Hansi con unos agudos de los que no parece capaz… y una fuerza y velocidad en la batería que hacía que Thomen no pudiera interpretar este corte en directo. Todo ello condensado en poco más de cinco minutos. Una canción que parece que puede repetir fórmulas anteriores, pero mucho más barroca con capas y capas de sonido y por supuesto una letra muy elaborada. Nunca puedo escucharla solo una vez.

“Under the Ice” es un tema muy potente, con mucha fuerza, un trallazo de speed metal que incluye sonidos de reminiscencias árabes. Destaca también el inicio con la guitarra al que enseguida se le suma la batería de Thomen. No faltan las voces dobladas, o triplicadas o incluso sextuplicadas (gran trabajo en la mezcla y la producción). Una canción que habla de mitología griega en la figura de Casandra, hija de los reyes de Troya, que, aun teniendo el don de la profecía, fue condenada a que nadie la creyera nunca. De aire como más rockero llega “Sadly sings destiny” en la que Hansi canta con un tono más grave e incluso como susurrado en algunas partes. Las guitarras utilizan algo de distorsión en el comienzo del tema, algo que no suele ser habitual en los bardos.  De nuevo estamos ante un tema con una letra muy trabajada y de mucha enjundia que explica la crucifixión de Jesucristo vista a través de los ojos del procurador romano Poncio Pilatos.

Para mi otra de las joyas del disco llega de la mano de “The Maiden and the Minstrel Knight”, la versión de Blind Guardian sobre la leyenda bretona de Tristán e Isolda. Los teclados, el aura mística, medieval, como de tema cantado ante una hoguera por un bardo o de baile en un castillo … es que consiguen esa atmósfera que te transporta… magia pura. Y la entrada de la batería y la guitarra…  un tema en plan balada sencillamente espectacular, que parece sencillo, pero no lo es. Además, parece que termina pero que tiene como si diéramos un epílogo que pone un gran punto final.“Wait for an answer” tiene un aire operístico con los instrumentos como en varias capas, y los coros y la voz de Hansi multiplicada, como en casi todos los cortes del disco. Resulta ampuloso, con una batería realmente potente y cargada de fuerza.

Nunca faltan en los discos de los alemanes las referencias literarias, sobre todo si incluyen algo de frikismo. (Otro rasgo por lo que nos gustan tanto) Y éstas llegan en “The soulforged” basado en el personaje de la Dragonlance Raistlin Majere. Un tema muy épico, con un sonido de guitarra limpísimo, la batería marcando el paso en algunos momentos. Pasa por momentos más veloces, otros más tranquilos, pero todos cargados de fuerza y energía. Un corte de esos que te levantan el ánimo. Más íntimo con el sonido del piano interpretado por Michael Schuren y la voz más melodiosa de Hansi empieza “Age of false innocence”. Es un tema de menos velocidad, más oscuro, cargado de intensidad que explica los infortunios de Galileo Galilei tras presentar su teoría heliocéntrica y su defensa de la misma ante la iglesia. Más agitada y velocísima llega “Punishement Divine” con toda la banda demostrando oficio, derrochando energía… Hansi demuestra un gran amplio registro vocal, desgarrando la voz o marcándose unos coros en los que para cada línea utiliza un tono. La batería creo que no puede ir más rápido de lo que va, incluso las guitarras alcanzan un ritmo vertiginoso en algunos momentos. Una muestra de lo grandes músicos que son todos, aunque nunca se encuentren entre los más llamativos.

A continuación, llega la canción más larga, más épica, más espectacular y grandiosa que Blind Guardian haya creado jamás: “And then there was silence”. Si creíamos que no nos podían sorprender más… nos dejan con la boca abierta con esta epopeya musical a la altura de la obra en la que se inspira: La Ilíada de Homero. Contiene tantos momentos diferentes: veloces, potentes, calmados, misteriosos, con tintes orientales, gloriosos… verdaderamente hay momentos en los que sientes que estás en medio de la batalla, en medio de los acontecimientos de la guerra de Troya, desde la desesperanza, hasta el espíritu más combativo gritando por Troya. A pesar de sus 14 minutos te sientes sumergido en algo especial y no se hace larga. Hasta se han atrevido con ella en directo, lo que, aunque supone perder algún tema en el repertorio, es una maravilla.

Después de semejante canción solo podían sorprendernos más con una canción cantada en castellano “Mies del dolor”. Una especie de balada dulce que sin ser espectacular tiene su encanto. Y es de agradecer el esfuerzo de Hansi por cantar este tema en un idioma que claramente no maneja. También lo hizo en francés y en italiano.

Algo que cambió también en este disco fue el diseño de la portada, para la que no contaron con Andreas Marschall como en otras ocasiones. Y aunque es chula y hay muchas referencias a sus propias carátulas y tiene bastante de friki… no es tan espectacular como otras.

Este disco venía a confirmar el cambio de rumbo que habían iniciado en “Nightfall at the Middle Earth”, explorando nuevas vertientes del metal, magnificando su sonido, recargando sus temas, pero con resultados excelentes. Como ya dije, algunas de sus mejores canciones se encuentran en este disco.

 

Blind Guardian:

Hansi Kürsch: Voz

André Olbrich: Guitarra y coros

Marcus Siepen: Guitarra y coros

Thomas «Thomen» Stauch: Batería

Músicos invitados:

Oliver Holzwarth: Bajo

Mathias Weisner: Teclados

Michael Schüren: Piano

 

Canciones:

Precious Jerusalem        

Battlefield

Under the ice

Sadly Sings Destiny

The Maiden and the Minstrel Knight

Wait for an Answer

The Soulforged

Age of False Innocence

Punishment Divine

And then there was Silence

Mies del Dolor (bonus de las edición española)

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