“Un concierto mágico”

Crónica Nuria Muñoz, fotos Crom

¿Qué mejor manera de empezar el fin de semana que asistir a un concierto de Alquimia? Ese debió ser el pensamiento que aglutinó a numerosos alquimistas aficionados  en la popular sala Garaje Beat Club el pasado viernes, día 27 de mayo. El papel de grupo invitado recayó en esta ocasión en la banda local Anima Sacra, viejos conocidos de la capital de la Región. Ambas formaciones, al margen del rasgo en común que supone militar en la división del power metal cantado en español, coincidieron en presentar canciones nuevas esa noche ante el público murciano. 

En torno a las 22:30, la sintonía de “Batallón”, incluida en el disco Rastros de luz (2012), anunció la salida a escena de Anima Sacra. “Huellas de Adán”, perteneciente también al disco citado, sirvió como anticipo a una de sus últimos temas como es “Invencible”, disponible para su descarga gratuita a través de la página web oficial del grupo. La energía que los músicos derrocharon en su ejecución fue muy agradecida por el respetable, que unió su voz a la del cantante Ignacio Manotas durante el estribillo de “Vuela atrás”. A continuación, la formación murciana tocó otra de sus últimas creaciones, “Carthago Nova”, recibida con aplausos. Tras agradecer la respuesta del público, los músicos interpretaron sin apenas pausa varios temas que formaban parte de su trabajo de 2012: “Guerra”, “El mito de la caverna” (grabada junto a Ronnie Romero, cantante de Lords Of Black y actualmente enrolado por Ritchie Blackmore en la última encarnación de Rainbow) y “Código de Hammurabi”. Dando gracias a la audiencia y  a la organización por poder compartir esa noche el escenario con Alquimia, el grupo se despidió con su más reciente composición, “El quinto sol”, la cual cuenta con un amplio desarrollo instrumental que permitió el lucimiento del guitarrista Pepe Martínez. En conclusión, los Anima Sacra cumplieron sobradamente con las expectativas generadas en el margen de tiempo que se les concedió.

Esta fue su segundo actuación en esta sala, después de que el año pasado tocaron con los internacionales Delta y Lechuga, y espero que los veamos con más frecuencia sobre los escenarios ahora que Anibal y Fran se han integrado perfectamente a Pepe, Ignacio y Jose Manuel

Tras veinte minutos escasos de tregua para cambios de rigor, Rionda y los suyos estaban preparados para sumergirnos en la magia que sólo ellos saben transmitir en cada concierto y en dónde se intuía  que temas de su primer trabajo se sucederían con los nuevos, y seguro que muchas sorpresas nos llevarían a la época más gloriosa de la mítica banda Avalanch. 

Respecto de la anterior visita de Alquimia a la misma sala en la gira de presentación de su álbum homónimo, hace un año, lo primero en ser constatado fue la reincidencia en el caluroso recibimiento por parte de la audiencia desde la primera canción. 

Se intuía que con su primer tema “Espiritual” íbamos a volar a ese Mundo Perfecto, conducidos por una de las bandas más representativas del Power Metal Nacional que con su corta trayectoria se sitúan entre los grandes del Metal Nacional de todos los tiempos. Espectacular el comienzo de “Caballero Blanco”, con la que parte del público prestaba su voz y puño en alto repetía el estribillo de esta majestuosa canción.   

Dama oscura” fue presentada muy apropiadamente por Israel Ramos, quien saludó efusivamente a la familia alquimista de Murcia y mostró un soberbio nivel vocal a lo largo de todo el concierto, pero especialmente cuando tocaron “Divina providencia”, también en  nuevas composiciones como “Vulnerable” y “Sol negro”. Las cómplices sonrisas entre Rionda e Isra y éste a su vez con su compañero Ruben  Lanuza, demostraban claramente  su compenetración en escena.

Llegaba uno de los primeros momentos más íntimos de la noche con “Claro de luna”, en donde Alberto se luce como pocos deslizando sus dedos por el mástil de su guitarra hasta que Isra inunda nuevamente el escenario para acompañar vocalmente esta hermosa canción. Con  “La flor en el hielo” la banda alcanza un ritmo de infarto, sostenida por la batería del velocísimo Leo Duarte que, pese a no tener mucho protagonismo esta noche y pasar algo desapercibido, nos demostró que es un pilar fundamental en Alquimia. El obligado recuerdo a los días de Avalanch fue iniciado con “Xana”, en donde Isra nos preparó para corear ese estribillo que sobradamente nos conocemos y que hemos cantado cientos de veces. 

El tema “Aliento” sirvió para retornar con Alquimia, con un acompañamiento más que correcto en los coros por parte del teclista Chez García. “Delirios de grandeza” retomó la senda del recuerdo con una magnífica ejecución por parte de Rionda, cuyos hermosos punteos en la instrumental “Santa Bárbara” pusieron un muy sentido colofón a esa parte del concierto. Para finalizar esta primera parte antes de un breve paso por los camerinos lo puso la bellísima “El ocaso de los dioses”, una de las piezas más elaboradas de Espiritual, a más de uno estoy seguro que emocionó por su solemnidad e interpretación. 

Tras una brevísima pausa, que permitió a los músicos cambiarse de atuendo y tomar aire de cara al final, el escenario fue ocupado tan solo por Rionda e Israel y nos  deleitaron a los asistentes con dos versiones acústicas de El príncipe feliz” y “Cambaral”, aunque parte del público al ser preguntado sobre lo que deseaban que se tocara aquella noche no coincidió con estos dos temas pero claro está que hay que escoger para no alargar mucho tiempo la parte acústica del concierto. Si el nivel exhibido hasta ese momento había sido sobresaliente, no cabe duda de que “Sacrificio”, una de las predilectas de muchos de los presentes, y de “Torquemada”, otra concesión ineludible al legado de Avalanch, sonaron soberbias. 

La atronadora salva de aplausos que cosecharon cada una de ellas refrendó el buen hacer de unos músicos que a estas alturas de la gira se encuentran en plenitud de facultades. Para despedirse de todos los alquimistas congregados esa noche, el grupo eligió “Almas unidas”, uno de los himnos de Espiritual que ha sustituido a La Morada del Alquimista y en dónde se nos recuerda que Nunca hay que Rendirse sin Luchar ya que muchos de los que estábamos allí llevamos muchos años al pie de la música  luchando y apoyando a nuestras bandas nacionales 

A tenor de lo visto y oído en la sala Garaje Beat Club, si hay algún adjetivo que pueda resumir el ambiente generado por ambos grupos durante el concierto, creo que es Mágico.

Mención aparte merece el hecho de que, tras el fin de sus actuaciones, los músicos se repartiesen pródigamente con los asistentes para compartir impresiones durante un buen rato con fotos yrisas y llevándose  un buen recuerdo del público de esta tierra, de parte del equipo de esta web y aunque esta vez no hubo espadas ni premios ahí estuvo Crom  para hacer la foto final del concierto y celebrar con nosotros su cumpleaños

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