“Nueva obra maestra”

Por Skerikia Koli

Valley of the Sun es un grupo de Cincinnati, Ohio. Desde el principio de su carrera (poco antes de comenzar esta década) catalogaban su estilo como “Volume Rock”. Lejos de ser una rama más en el sobrepoblado árbol del Rock, es un nombre bastante acertado si buscamos compararlos con otros artistas que dicen practicar Rock and Roll, Stoner Rock o Desert Rock, pues la epicidad de sus temas, perfilada con un sonido único, consiguen dotar a su música de una atmósfera que va mas allá de evocarnos los cádilacs y las carreteras estadounidenses en las que Kyuss, Sasquatch, Roadsaw o Red Desert nos hacían pensar.

Comenzaron su discreta carrera con un EP en el que debieron derrochar toda la creatividad que tenían en ese momento, porque no les quedaron fuerzas ni para ponerle nombre, de modo que en “Two thousand ten” se dieron a conocer entre los selectivos y escasos fans del Rock psicodélico, el Doom y el Stoner de la mano de cinco temas grabados con también modestos medios.

Un año después, su segundo EP definió totalmente su sonido. El salto cualitativo entre los temas anteriores y el contenido de “The sayings of the seers” era absolutamente abrumador. La prensa llegó a compararlos con Hermano debido a la manera que tenía su cantante y guitarrista, Ryan Ferrier, de mantener la última sílaba de cada estrofa en el aire y hacerla oscilar por diferentes notas, al más puro estilo de John García.

Pero fue en 2013 cuando se consagraron como referentes del género de la mano de su primer larga duración, “Electric talons of Thunderhawk”. En esta ocasión tuvieron más minutos en los que explayarse, dando lugar a temas acústicos e instrumentales. Como decía antes, si bien el Stoner es música “de conducir”, con este disco los Valley consiguieron hacer música “de volar”.

En este 2016 nos traen lo que parece un disco que se morían por elaborar. “Volume Rock” los hace explorar de nuevo el género al que se supone que pertenecen. El trabajo derrocha originalidad, marca de la casa y homenajes a partes iguales. En el primer tema, “Eternal forever”, los distorsionados y minimalistas acordes que suenan tras el repiqueteo de las baquetas del principio, le traen un aire muy serio a los Truckfighters, compañeros de discográfica (Fuzzorama Records) y referentes del género. Ya aquí empezamos a notar que el grupo decide tirar por derroteros más primitivos en cuanto a lo que la agresividad de su música se refiere, algo que quizás no se note tanto con la siguiente, “Wants and needs”, algo menos contundente, pero que vuelve a demostrarse con “The Hunt”, la breve pero animada canción de la que sacaron videoclip, convirtiéndose en el primer estandarte de este último trabajo.

Land of fools”, por su parte, es la demostración práctica de que se puede hacer un tema tranquilo y agresivo, un himno del volante en el que casi puedes sentir el polvo del desierto metiéndosete en la boca sin necesidad de un estribillo más complejo que unos sencillos “Ooohh’s” y otros tantos “Yeeeeah’s”. A continuación miramos a aquel modesto primer single y recuperamos la vieja “Breathe the earth” en una versión regrabada que encaja a la perfección en el marco conceptual del disco. Es una canción espesa, poderosa, épica, quizás la representante de la época de “The sayings of the seers” por la impronta del sonido.

A continuación llega “Speaketh the shaman”, para mi gusto la más rara del álbum individualmente, pero que no desentona en el conjunto. Tras el interludio de canciones lentas, empieza a sonar “Beneath the veil” para equilibrar la variedad de ritmos en este cóctel casi perfecto. Sin lugar a dudas la más cañera del disco. Al escuchar Solstice” los más duchos en estas lides serán capaces de reconocer en esa batería minimalista y en ese simple riff que la acompaña el espíritu de Unida, otra de esas millones de creaciones del vocalista de Kyuss. Más concretamente, ese principio es clavado al de “Thorn” o al de “Human tornado”, del disco “Coping with the urban coyote”. Lejos del plagio, la canción muestra pronto su propia identidad para convertir esos acordes en las pinceladas de un acertado homenaje.

Algo parecido encontramos con “Empty visions” (la última, lamentablemente), solo que esta vez lo que suena es la autorreferencia, pues la melodía de fondo, así como la tranquila línea de voz no hacen sino recordar a la grandiosa “Riding the dunes”, de su segundo EP. Durante esta canción vuelven a ser “Stoner de volar”.

¿Puntos desfavorables?. Afortunadamente, nada que ataña a lo musical. Soy un fan empedernido de estos americanos y he tenido que escuchar este disco decenas de veces para cerciorarme de que mi subjetividad no fuera un obstáculo a la hora de escribir esta review. Pero no hay duda, intento buscarles pegas, pero nada: son unos artistas. Lo único… Pues hombre, puestos a quejarnos la portada me parece más fea que pegarle a un padre. Además,  pedí por internet el disco original y la caja es de cartón, sin siquiera libreto. Más ecológico sí, pero, ¿dónde está el amor?.  Lo bueno es que esta opción de compra daba la posibilidad de pedir una camiseta exclusiva no-negra, así que se los perdona.

En resumen, si pilotáis de Stoner tenéis ante vosotros una obra maestra que, si bien puede recordar a los grandes referentes del género, su originalidad y producción son todo un soplo de aire fresco. Si no conocéis el estilo, hay pocos discos que sean tan ilustrativos como este. Así que por favor, escuchadlo ya.

Track List

  1. Eternal Forever
  2. Wants and Needs
  3. The Hunt
  4. Land Of Fools
  5. I Breathe the Earth
  6. Speaketh the Shaman
  7. Beneath the Veil
  8. Solstice
  9. Empty Visions

Formación

Ryan Ferrier – Guitarra y voces

Adam Flaig – Guitarra

Ringo Jones – Bajo

Aaron Boyer – Batería

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