Hoy hace 40 que se lanzó «Point of Entry», el séptimo álbum de estudio de Judas Priest; un día como hoy se publican discos como «1916», el noveno de Motörhead; «For All Kings», el undécimo álbum de estudio de Anthrax; y «Anvil is Anvil», el decimosexto de disco de estudio de Anvil.
26 de febrero de 1981, se publica «Point of Entry«, el séptimo álbum de estudio de Judas Priest.
Point of Entry es el séptimo álbum de estudio de la banda británica de heavy metal Judas Priest, publicado en 1981 por Columbia Records. Su sonido es más cargado al hard rock y con algunos temas más comerciales como «Don’t Go», que en palabras de su propio productor Tom Allom, fue una estrategia de la discográfica con el fin de ingresar con éxito al mercado estadounidense.
Ciertos críticos lo consideran menos pesado que British Steel del año anterior, pero que demuestra su reputación de reinventarse en cada uno de sus trabajos. Aun así, ha ingresado en algunas listas de los mejores álbumes del género, como es el caso de la revista Rock Hard que el año 2005 lo situó en el lugar 352 de su lista los 500 grandes álbumes del rock y metal de todos los tiempos.
Además, en el 2001 se remasterizó con dos pistas adicionales; «Thunder Road» que fue grabada en las sesiones de Ram It Down y una versión en vivo de «Desert Plains» grabada en San Luis (Misuri) en 1986.
En septiembre de 1980 Rob Halford, Glenn Tipton y K.K. Downing comenzaron a escribir las primeras canciones de su eventual nuevo álbum. Para dar un nuevo enfoque a las grabaciones se trasladaron a Ibiza en España, junto a su productor Tom Allom, convirtiendo a Point of Entry en su primer disco de estudio en ser grabado fuera de su propio país. Durante ese mes tuvieron serias discusiones con la agencia Arkanata Management, los responsables de conseguirles su contrato con CBS Records, ya que no se sentían a gusto con los malos manejos de sus negocios y dineros. Es por ello que antes de partir a España renunciaron a dicha agencia para manejar ellos mismos sus propios negocios, pero por razones legales con el estado del Reino Unido tuvieron que crear la empresa Secret Management Associates Inc.
Todas sus canciones se grabaron en los Ibiza Studios entre octubre y noviembre de 1980, que de acuerdo a sus propios integrantes fue un proceso difícil. En sus propias palabras el estudio carecía de buenas instalaciones, a tal punto que a veces no poseían luz eléctrica y que incluso ciertos cortes fueron grabados con un generador a diésel. Según Ian Hill, tuvieron que soportar dichos problemas para abaratar costos, debido a los malos manejos de dinero de su antigua agencia de representantes. Aun así el proceso culminó en la fecha pactada, siendo posteriormente mezclado en los Starling Studios en Inglaterra y masterizado en los CBS Studios de Nueva York.
Una de las características más importante del álbum es que es menos pesado que British Steel y con un sonido más ligado al hard rock que al clásico heavy metal de la banda. En una entrevista realizada a Tom Allom el 2003, comentó que era menos pesado debido que la compañía discográfica quería un disco más comercial con la idea de entrar con éxito al mercado estadounidense.
Más información: https://es.wikipedia.org/wiki/Point_of_Entry
26 de febrero de 1991, se publica «1916«, el noveno de estudio de Motörhead.
916 es el noveno álbum de estudio de la banda de rock británica Motörhead. Fue lanzado al mercado el 26 de febrero de 1991 por la discográfica WTG Records.
Fue su primer álbum con WTG después de su batalla legal con GWR Records. Dicho álbum está un poco más orientado al Hard rock sin perder el toque Heavy de Motorhead, además de poseer una canción con orientación al Punk rock llamada R.A.M.O.N.E.S. en homenaje a la banda de punk rock del mismo nombre.
La canción que da nombre al álbum, «1916», es una balada que habla de la Primera Guerra Mundial. «Love Me Forever» es una balada que después sería versionada por Doro Pesch. «R.A.M.O.N.E.S.» es un homenaje a la banda de punk Ramones, y que después sería versionada por ellos mismos en el álbum Greatest Hits Live. Ramones también tocaron la canción con el mismo Lemmy en directo. La versión aparece en We’re Outta Here.
En el estudio la banda grabó cuatro canciones con el productor Ed Stasium, antes de despedirle. Cuando Lemmy escuchó una de las mezclas de «Going to Brazil», le pidió que le enseñara más mezclas, para descubrir que Stasium había añadido sin su consentimiento panderetas y percusión a las pistas. Stasium fue despedido y se contrató al productor Pete Solley1 La historia según Stasium fue que la ingesta de drogas y alcohol de Lemmy le hizo perder la paciencia, por lo que abandonó.
El álbum llegó al n.º 24 de las listas británicas y fue nominado a un Premio Grammy en 1992, premio arrebatado por Metallica con su álbum homónimo.
26 de febrero de 2016. Se publica el álbum «For All Kings«, el undécimo álbum de estudio de Anthrax.
For All Kings es el undécimo álbum de estudio de la banda de thrash metal Anthrax, que fue lanzado el 26 de febrero de 2016 por Megaforce y Nuclear Blast. Es el primer álbum de estudio de la banda que tiene a Jonathan Donais en la guitarra, en sustitución de Rob Caggiano. La portada del álbum fue hecho por Alex Ross, que tenía su tercera colaboración consecutiva con la banda, convirtiéndose en el artista que ha trabajado más tiempo con Anthrax.
En enero de 2013, el guitarrista Rob Caggiano unió Volbeat y fue reemplazado por Jon Donais de Shadows Fall. La grabación comenzó a finales de 2014 con el productor Jay Ruston en un estudio en Los Ángeles. Algunas 15-20 canciones fueron escritas durante las sesiones, lo que la banda considera su período más productivo. «Soror Irrumator», una canción programada para aparecer en el álbum, se presentó en el segundo volumen de la captura del Trono mixtape . Un video lírico de la canción «Evil Twin», fue lanzado en octubre de 2015, y varios días más tarde, el título del álbum fue anunciado. La fecha de lanzamiento del álbum y la portada se revelaron los siguientes meses. La obra, creada por Alex Ross en una sugerencia por el baterista Charlie Benante, muestra estatuas masivas de los miembros de la banda.
Te dejamos aquí nuestra reseña:
«¡Estos no son mis Anthrax que me los han cambiado!» Crítica escrita por Rob Jalford
Tenía ganas de catar lo nuevo de los americanos Anthrax, una de las mejores y mas reputadas formaciones de thrash del planeta. Tras un decente Worship Music editado en 2011 las expectativas eran altas y el trompazo ha sido sonado, me jode decirlo pero creo que estamos ante el PEOR disco de la formación.
No quiero ser catastrofista pero es que de once canciones solo salvo tres y algunas partes de otras, la cuestión es clara: se han alejado del sonido original del grupo, suenan modernos, suenan melódicos pero tengo claro que suenan muy poco a Anthrax. Siguen teniendo nivel técnico con sus instrumentos y Belladonna en estudio canta dignamente pero es que se han metido en un berenjenal compositivo que ni Crom los salva.
Todos los grupos grandes del estilo han tenido sus pájaras, recuerdo Metallica con su ST.Anger o el Reload, Megadeth con Risk o Kreator con Endorama, pues mas o menos ese tipo de pájara es la de For all kings.
Un grupo que ha parido obras como Spreading the disease, Among the living, Persistence of time, Sound of the White noise o el Stomp 442 no puede echar todo a perder en su undécimo trabajo, tras una reputación ganada a pulso, tanto en el estudio de grabación como en sus intensos directos.
Muchas canciones que nos encontramos adolecen de furia, de thrash, de poder, son canciones compuestas con poca seriedad, hablo de temas como Suzerain, como la bondadosa Monster at the end. No os discuto que se atisban recuerdos del sonido clásico del combo en el acelerón de This battle chose us o en los coros machacones de la pasable Defend Avenge, pero es que sabe a poco. A Anthrax se le puede y debe exigir mucho mas (¿son uno del BIG FOUR no? pues eso).
26 de febrero de 2016, se publica «Anvil is Anvil«, el decimosexto de disco de estudio de Anvil.
Anvil Is Anvil es un álbum de estudio de la banda de heavy metal canadiense Anvil, publicado en 2016. Es el primer disco de la banda con Chris Robertson como bajista.
Aquí podéis leer nuestra reseña:
¨Cuántos Anvil ¿verdad?¨ Por Christian Darchez
Si hablamos de ¨grandes perdedores del Rock y Metal¨ el nombre de los canadienses Anvil es totalmente ineludible y que seguro más rápido se le viene a la cabeza de miles de metaleros de todo el mundo. Pioneros junto a un selecto grupo del llamado Speed Metal y por que no, también del Thrash, cuyos mayores exponentes como Metallica o Anthrax los citan como su gran influencia. Y esto se debe a su ya clásico indiscutido que es su Metal on Metal (1982) una endiablada muestra de Heavy Metal veloz, ágil y poderoso. Luego de eso el grupo pareció sucumbir a la presión de continuar con la escalada y siguió editando discos decentes y muy entretenidos pero que no lograban llegar al estallido espontáneo de aquella gran obra.
Los ’90 no fueron nada fáciles para ellos (no lo fue para cualquier banda que seguía fiel a sus principios en lugar de calzarse camisas a cuadros) editando discos pero pasando totalmente desapercibidos. Hasta que se produjo el milagro: ¨Anvil! la historia de Anvil¨, el genial documental del 2008 que los pintaba de cuerpo y alma dentro y fuera del escenario. Aquel film fue un éxito, ganando varios premios en los festivales de cine independiente; y que además acercó a una nueva generación de metaleros al grupo. Tanto fue así que sus últimos discos Juggernaut of justice (2011) y Hope in hell (2013) recibieron por fin la atención de los medios y los metaleros, sin embargo no fueron suficientes para quitarse de encima el mote de ¨famosos perdedores¨. No me sorprendería que con este Anvil is Anvil ocurra lo mismo.
Décimo sexto disco del trío canadiense, sin ser del todo un mal disco hace muy poco para quitarse el tan poco grato título que a estas alturas es una mochila llena de plomo. De hecho representa un notable paso atrás para el grupo. Los temas, salvo algunas instancias bastantes potables, son de un Heavy Metal insulso y tosco; mostrando una gran holgazanería en los versos y estribillos que no hacen más que repetir el título de las canciones. Éste suele ser un muy buen recurso en temas a medio tiempo de corte hard pero que en la mayoría de las canciones genera hastío.
Grandes ejemplos de lo expuesto lo encontramos en la inicial de riff juguetón y saltarín pero insulsa Daggers and rum, Gun control, que pese a su potencia, no alcanza a hacer pie. Ni siquiera en los momentos que pisan en el acelerador logran acertar, salvo contadas excepciones, como ocurre en Die for a lie y su influjo rockero, It’s your move donde pareciera que la muerte de Lemmy los abatió (bueno, a todos nos abatió, pero hay que superarlo!). ¿Aciertos? por suerte los hay, como en la endiablada velocidad de Up, Down, Sideways y el sentido del humor de Runaway train, el medio tiempo asesino de Zombie Apocalypse y la cambiante y resultona Fire on the highway son las que despiertan simpatía en los 45 minutos que dura el disco.
Aunque esta muy bien producido y es potente, se trata de un disco semi amargo por que los dos últimos demostraban que las ganas y la creatividad les volvería a sonreír, pero no fue así. Ojo, no les pido nuevamente un Metal on Metal, sería una pelotudez hacer eso, pero esperaba un chispazo que los sacara nuevamente a la luz. Otra vez será. Recomendado para los fans del grupo.