“¡Dragones, Mazmorras y Power Metal!”

Crítica escrita por lachicamapache

WonderOnce es el ambicioso proyecto musical en el que me he embarcado esta semana. Este conjunto nació de la mano de Andrea Montalbetti a finales de 2014 inspirado por bandas como Nightwish o Rhapsody Of Fire, así como grandes compositores del mundo del cine como Hanz Zimmer, Alan Silvestri o Igor Stravinski. Por ello, y como en WonderOnce conviven elementos narrativos junto al Metal, la banda define su esencia musical concretamente como Metal Fantástico Cinemático.

A lo largo de este Freedom Odyssey el conjunto nos invita a adentrarnos en distintos paisajes pertenecientes al mundo del folclore y los cuentos de hadas. A lo largo de este recorrido, las distintas composiciones hacen resurgir a nuestro niño interior y lo atemorizan, exponiéndole a los miedos fantásticos que reteníamos en el rincón más profundo de nuestro imaginario. 

Para hacer posible esta producción, WonderOnce ha contado con una orquesta y un coro en vivo, así como múltiples colaboraciones de músicos de distintas partes de Europa que han querido implicarse en esta fantástica epopeya.

Un narrador nos presenta para el gran viaje que vamos a realizar a lo largo del Freedom Odyssey, en el que el protagonista se aventurará a través de los valles del oeste que todavía restaban por explorar, una odisea en la que se adentra ya en el primer episodio de The Dragon Valley. Este es un tema en el que ya percibimos el tremendo trabajo por parte de la orquesta que, junto a la dulce voz de Nerea Cebrián y el coro en vivo, potencia la heroicidad musical del corte. Por otro lado, también tiene diálogos cantados por parte del protagonista, que nos ayudan a seguir el hilo de la historia, descubriendo el peligro que supone adentrarse en el tenebroso Valle del Dragón. Una impecable presentación del viaje fantástico del que seremos testigos. 

Uno de los aspectos que más me ha atraído de la escucha de este disco es la necesidad de documentación que te crea a medida que va avanzando la reproducción. Morrigu despierta mi curiosidad y, mientras los cánticos bélicos seducen mis oídos acompañados por los aportes de Elmas Lamya, descubro que ese es el nombre que recibe la diosa celta de la muerte y la destrucción. Otra fantástica pieza en la que las voces y el instrumental logran crear auténticos paisajes musicales. A continuación, el pánico de la gente y el nervioso tañer de las campanas de un pueblo anuncian que un gran peligro se acerca. De repente, por encima del caótico ir y venir de los desesperados pueblerinos, un gran gruñido desgarra el aire de este Dragon Valley II y me pone la piel de gallina, puedo sentir el calor de las llamaradas que ha dejado escapar con ese enorme rugido y la narración me absorbe por completo. A partir de aquí, se convierte en uno de los tracks más rápidos del disco, en el que me golpea una brutal voz en gutural junto a la que fluye una suave voz femenina, agarrándose a lo que podríamos catalogar como celtic/pagan metal, siempre sin perder su atmósfera cinematográfica. Llegados a este punto, me gustaría señalar el increíble trabajo a la batería de Andrea Montalbetti, no tiene pérdida.

Aftermath Of The Frozen Flame recupera los diálogos y nos describe cómo ha quedado la escena tras el paso del dragón. Todo arde, hay cenizas y destrucción por todas partes, la ciudad ha perecido entre las llamas. Una descripción que podría haber surgido del ideario del propio Tolkien y que mantiene en vilo al oyente, esperando descubrir qué pasará a continuación.

El canto de los pajaritos al amanecer, junto con una guitarra acústica introducen una nueva era, un cambio en el transcurso de esta épica historia en la que surge The Hero. A lo largo de un pegadizo y dulce tema, las voces de Liss Eventide y Drakon Nahr se acompañan para dejar surgir la esperanza entre violines, flautas y el coro en vivo, una esencia que se mantiene en Dawn, el corte instrumental del disco.

La naturaleza cinemática de la banda se reafirma con The Final Aurora, una balada preciosa en la que son protagonistas elementos como la orquesta o las voces del coro tanto como el escenario que crean. De este modo, las dos voces protagonistas quedan relegadas a un (casi) segundo plano y, llegados a este punto, el Metal ha desaparecido del todo.

La magia propia de los frondosos bosques de los cuentos de hadas toma forma de voces que susurran para atraerme de nuevo a este Wolfmoon como si de cantos de sirena se trataran, recordando la importancia del folclore y la onírica en Freedom Odissey. El contraste entre vocalistas de timbre dulce y una voz rasgada y terrorífica vuelve a ser la clave que le garantiza a WonderOnce un tema con gancho. Y, aunque es la canción con más energía desde Dragon Valley II, esperaba algo más de rudeza y agresividad llegados a este punto del álbum.

Mis miedos de infancia se arrastran a la superficie para paralizarme con la aparición de Baba Yaga en escena. Y no es otra que una bruja de origen rusa, la que recibe este nombre. El ulular de los búhos junto a la narración cantada me sitúan en plena noche perdida en un bosque frondoso y del que parece que no se sale vivo. Una risa terrorífica y burlona rompe el silencio de la noche y ya no hay escapatoria. Los coros caóticos sonando paralelamente a los cascabeles crea una combinación entre infantil y terrorífico en la que se entrelazan las dos voces dulces en contraposición a los estremecedores chillidos de Baba Yaga, acompañados por la truculenta interpretación del vocalista gutural. En definitiva, uno de los temas más llamativos y complejos del conjunto, muy buena pieza.

El sonido del oleaje abrazado por la violencia de una tormenta nos trasladan al medio del mar para ver como el Kraken es liberado, ¡empieza Slay The Kraken! De nuevo, gracias al recurso de la orquesta, consiguen crear maravillosos paisajes naturales y representar sin dificultad las escenas, sin embargo, y sobre todo tras la impactante aparición de Baba Yaga, me da la sensación de que, narrativamente, se quedan un poco cortos.

Y cerramos el cuento con Dragon Valley III, una canción mucho más melódica y centrada en los vocalistas principales, en lugar de la parte instrumental que, en esta ocasión, interpreta melodías mucho más simples y permanece detrás de los cantantes. Pero en esta ocasión no os voy a destripar el final, si queréis saber cómo acaba la historia tendréis que escucharla vosotros mismos. 

WonderOnce es, desde luego, un proyecto muy ambicioso y difícil de llevar a cabo, sin embargo, los malagueños han sabido plasmar la esencia de la épica, y la magia y crudeza que se esconden detrás de las historias para dormir. Considero que, aunque en ciertos momentos de la reproducción me ha faltado algo de Metal, el resultado final es impecable; siento que he escuchado y sentido exactamente lo que Montalbetti pretendía transmitir y eso (para mí) es suficiente como para catalogarlo de exitazo. 

8,8/10

Tracklist:

1. Freedom Odyssey

2. Dragon Valley I – The Journey

3. Morrigu

4. Dragon Valley II – Frozen Fire

5. Aftermath of The Frozen Flame

6. The Hero

7. Dawn

8. Final Aurora

9. Wolfmoon

10. Baba Yaga

11. Slay The Kraken

12. Dragon Valley III – Mt. Freedom 

Formación:

Bajo, Batería, Guitarra, Voz, Orquesta y Teclado – Andrea Montalbetti

Guitarra eléctrica – Gabriel Contreras

Guitarra Acústica – Miguel Ángel González

Violín – Guillermo Bustamante

Voz – Liss Eventide

Voz – Drakon Nahr 

Colaboraciones:

Guitarra Acústica – Pablo Purohit (Dawn)

Bajo – Nel Löse

Voz – Nerea Cebrián (Dragon Valley I)

Voz – Elmas Lamya (Morrigu)

Coro – Liss Eventide, Alejandro Díaz, Amparo Zafra, Carmina Sánchez, Christian Roca Romero, Elmas Lamya, Estíbaliz Ruiz, Giorgio Celenza, Josema Bustamante, María Konsenkova, Myriam Arnouk, Mónica Cebrián, Noelia Castillo Perez, Vicent Romero, Rosa García Domínguez y Sebastià Peris i Marco. 

Escrito por lachicamapache

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