“Regreso del Hardcore Old School”
Por Jose Meh
Y por fin, 8 años después de su último disco, Walls of Jericho volvieron a la carga. Tras sacar uno de los mejores discos de su carrera como fue The American Dream, la banda se tomó un tiempo de descanso y Candace Kucsulain, vocalista de la banda tuvo un hijo, lo que conlleva un tiempo (embarazo, primeros meses cerca del hijo… esas cosas). Cuando Candance se sentó a escribir nuevo material, se vio bloqueada y buscó otras vías de inspiración, mientras tanto se dedicaron a recaudar dinero entre los conciertos y las actividades de la vocalista, principalmente el levantamiento de pesas además de unirse a la asociación Relentless, una fundación de lucha contra el cáncer. Así, poco a poco, fue volviendo la inspiración y por fin tenemos nuevo material de una de las bandas de Hardcore más interesantes de los últimos tiempos.
Y bueno, tras esta presentación resumiendo los últimos 8 años de historia de la banda (he resumido bien, no?) tenemos por fin este No One Can Save You From Yourself, el quinto album de la banda de Detroit, donde dejan atrás eso toques de Metal (aunque algo se aprecia en ciertos momentos puntuales) y se centran en un Hardcore de la vieja escuela dejando un disco muy contundente.
Arrancamos tras una breve intro, nos ataca la contundente y efímera Illusion of Safety, caña burra durante minuto y medio que sirve como aperitivo del resto del álbum. Sigue el tema título, carne de mosh pit, ya que combina esos clásicos coros del Hardcore con un ritmo frenético que anima a darse de leches con el resto de la peña que ve el concierto. Destacar la enorme agresividad que presenta Candance a las voces, que en este disco apenas se entretiene a jugar con voces limpias, sino que tira de un agresivo registro gutural en casi todo momento. Forever Militant, Hardcore puro con cierto olorcete a Hatebreed, y Fight the Good Fight, single cañerote, nos dejan frente a uno de mis temas favoritos, Cutbird, tema dedicado al hermano de Candance que sufrió un agresivo cáncer cerebral que en mi opinión es de los más brutales del disco pese a contar con la aparición de voces limpias entre tanto berrid gutural.
Seguimos con Relentless, dedicada a la mencionada fundación de lucha contra el cáncer a la que se unieron recientemente, arrasa con todo en modo apisonadora con su poderoso ritmo. Damage Done, muy en la onda de Fight the Good Fight, Reign Supreme, alternando momentos muy agresivos con otros más pausados, y Wrapped in Violence, que ya por el nombre podéis deducir que es agresiva de narices, nos dejan frente a Anthem, el tema más melódico del disco y que sin ser mi favorito, viene bien para variar un poco dentro de la continua potencia del álbum. Ya llegamos al final, con Beyond All Praise, más caña Hardcore y Probably Will, que cierra a modo de outro mostrando una vertiente más melódica con arreglos orquestales para ir acabando este disco.
Total, que Walls of Jericho han vuelto por todo lo alto, con otra buena dosis de Hardcore potente, liderados por una ultraagresiva Candance Kucsulain que sigue liderando el combo con el mismo carisma que hace 8 años cuando sacaron su anterior obra. Para el que no esté acostumbrado al rollo le será difícil escuchar el disco del tirón, ya que los temas le pueden sonar muy similares (me ha pasado) pero al final deja un buen sabor de boca. Lo que está claro es que la escena Hardcore está de enhorabuena con el regreso de esta gente. Ahora tocara disfrutarlos en el próximo Resurrection Fest. Nota: 7/10.
Tracklist
01. Intro
02. Illusion Of Safety
03. No One Can Save You From Yourself
04. Forever Militant
05. Fight The Good Fight
06. Cutbird
07. Relentless
08. Damage Done
09. Reign Supreme
10. Wrapped In Violence
11. Anthem
12. Beyond All Praise
13. Probably Will
Formación
Voz: Candace Kucsulain
Guitarra: Chris Rawson
Guitarra: Mike Hasty
Batería: Dustin Schoenhofer
Bajo: Aaron Ruby