Top 5: Grandes discos injustamente castigados e ignorados por prensa y fans Parte I
inauguramos nueva sección, donde publicaremos algunos artículos, ensayos o monografías sobre temas relacionados con nuestra música. El primer golpe lo asesta christian, con la primera entrega de tres sobre este interesante tema, no dudéis en comentar, tanto si estáis deacuerdo como si no. Por supuesto la sección está a vuestra disposición para incluir vuestros propios artículos.
El mundo del Rock y el metal es sumamente exigente y lineal, un mundo donde 2+2 siempre será 4 es un gran problema. Por eso grandes bandas y otras no tanto vieron como muchos de sus trabajos, ya sea por cambios de rumbo y/o de integrantes fueron recibidos con frialdad y hasta recelo por parte de la prensa mas inquisidora y los fans mas quisquillosos, y lo que es peor es que no merecían semejante trato exagerado, por que estaban lejos de ser desastrosos y en muchos de ellos fueron cambios y propuestas interesantes… bueno, algunas más que otras.
Y justicia para ellos!
Comenzamos
1) Judas Priest – Turbo (1986)
Los 80’ fueron jodidos para algunas bandas que venían de los ’60 y ’70, a muchas les costo horrores acoplar su linea musical de aquella década para no sonar anticuadas y obviamente para Judas Priest no fue la excepción: tras las buenas entradas a la era de las fiestas, el rimel y los trajes a colores con excelentes discos como ¨Screaming for vengeance¨ (1982) y ¨Defenders of the faith¨ (1984), los Priest dieron un paso arriesgado y sumamente valiente en ¨Turbo¨.
Tal vez viendo los buenos resultados que las baterías electrónicas y las programaciones le trajeron a bandas como ZZ Top, adaptaron su música a dicho formato. El resultado es el disco mas hard rockero de Judas Priest, sumamente variado y entretenido con el plus de los adelantos digitales de aquella década. No tardó mucho en que la critica especializada se le crisparan los nervios al escuchar ¨Turbo lover¨, ¨Locked in¨ y ¨Wild night, hot and crazy days¨. Alegaban que judas ahora hacía música pop y los fans estuvieron muy divididos. Hoy en día la concepción del disco cambió mucho y se considera al disco un clásico de Judas.
2) Bathory – Requiem (1994)
Tras sentar las bases del Black Metal con joyas como ¨Under the sign of Black mark¨ (1987) y cimentar lo que luego serían los predicamentos del Viking Metal en los inmensos ¨Hammerheart¨ (1990) y ¨Twilight of the Gods¨ (1991), Quorthon, o mejor dicho Bathory, se guardaba las espadas, los teclados, los vientos helados del Norte y las guitarras acústicas para cambiarlas por cuchillos, ametralladoras y blasfemias para parir a ¨Requiem¨, un disco de Death/Thrash violentísimo, algo primitivo pero a la altura de las genialidades que Quorthon nos tenia acostumbrados.
Maltratado por la crítica que antes lo alababa quorthon lo defendió a muerte hasta el día de su fallecimiento, alegando que el disco rompió esquemas, ya que no estaba a gusto con el hecho de dormirse en los laureles. Una prueba más de que Quorthon era de otro planeta.
3) Rata Blanca – Entre el cielo y el Infierno (1994)
La banda del narigón (como se lo conoce cariñosamente en Argentina) y guitarrista Walter Giardino no pasaba un buen momento y era hora del cambio. Después de 3 discos como ¨Rata blanca¨ (1988), ¨Magos, espadas y rosas¨ (1990) y ¨Guerrero del Arco Iris¨ (1992), donde profesaba su amor por Rainbow y Deep Purple y un mini LP ¨El libro oculto¨ (1993), donde se notaba el viraje estilístico que Giardino quería seguir, lo que llevó al cantante Adrián Barilari a abandonar el grupo.
Y así en 1994 Giardino dijo ¨adios Rainbow y Deep Purple, hola Judas Priest¨, para eso se aseguro a Mario Ian (ex Hellion, Alakrán) y su halfordiana voz para solventar el estilo que Giardino quería hacer, el resultado fue ¨Entre el cielo y el infierno¨, el disco mas Heavy y pesado de Rata Blanca. Por supuesto, las lenguas mas bífidas no tardaron en maltratar al álbum y la gente que los seguía comenzaron a darles la espalda, una injusticia! el disco contenía temazos como ¨Bajo control¨ o ¨Jerusalem¨, algún que otro papelón como ¨Fantasma azul¨ y una innecesaria versión de ¨Travelling band¨ de Creedence Clearwater Revival.
Lo que se le puede objetar al disco es la falta de temas veloces y la verdad que el enfoque Heavy daba para más, y la producción no acompañó, pero no es para nada un disco malo. Todavía falta ¨VII¨ (1997) y comenzaba el principio del fin…
4) The Cult – Ceremony (1991)
La cosa ya venia malparida, luego del exitoso ¨Sonic temple¨ (1989) The Cult se convertía en dúo. Y para colmo de males Ian Astbury y Billy Duffy ni se dirigían la palabra, y por primera vez en su historia repetían la misma linea musical del anterior disco, a lo mejor buscando el mismo éxito, cuestión que estuvo muy lejos de suceder ya que ¨Ceremony¨ fue de esos tantos discos que sufrieron las consecuencias del tremendo suceso de ¨Nevermind¨ (sigo sosteniendo que si Kurt Cobain viviera nadie ahora recordaría aquel disco, como muchos otros) y del ¨Black album¨ de Metallica, aun con todo el disco patea culos a granel, lo que llama la atención es la fuerte impronta de los pueblos originarios de Estados Unidos sumado a ese Rock aplastante que lograron en ¨Sonic temple¨. Obviamente a nadie le importó el disco, recibió críticas negativas exageradas y fue un desastre de ventas.
Hasta el día de hoy siguen sin tocar ninguna canción de este disco, como si quisieran borrarlo de su memoria.
5) Helloween – Rabbit Don’t Come Easy (2003)
Al próximo crítico y habitual blogger que diga que ¨The dark ride¨(2000), ¨Gambling with the devil¨ (2007) y ¨7 sinners¨ (2010) son los únicos discos decentes que editaron Helloween, merecería ser enterrado vivo!
Entiendo la impunidad que tienen las revistas con el consabido ¨no nos hacemos responsables de las opiniones de nuestros redactores¨ y la democracia que hay en Internet, pero no se puede ser tan obtuso. Helloween ya tenía experiencia con discos castigados de manera injusta como «Pink bubbles go apes» (1991) y «Chameleon» (1993), discos que ni se asoman al Helloween ochentero pero ni a palos son malos discos.
El tema es que la crítica había quedado encandilada con el exageradamente oscuro ¨The dark ride¨ (un disco que convenció solamente a los críticos) y con el supuesto talento de Roland Grapow y Uli Kusch, ya que cuando se fueron/echaron, la prensa se puso de parte de ellos alegando que era ¨el único gran disco de Helloween hasta la fecha¨ (un disparate) ya que en 2003 Helloween retomaría su sonido clásico en ¨Rabbit don’t come easy¨, un retorno al happy metal, con temazos como ¨Open your life¨ (¿cómo no pudieron disfrutar de un tema así? no lo entiendo), ¨Never be a star¨ y ¨Sun 4 the world¨ y sus dejos árabes, sonidos clásicos con las velocísimas ¨Do you feel good¨ y ¨Listen to the flies¨. El disco al no ser oscuro y tristón como el anterior fue destruido por la prensa (los críticos argentinos también entraron en esa estupidez), siendo que el disco era el Helloween puro, no el de los ’80 pero mantenía su esencia. Si quisiera escuchar algo oscuro y tristón voy con los discos de Lacrimosa u Opeth, ese enfoque no le queda bien a todas bandas, esto es Helloween muchachos!
Entiendo que a lo mejor no les pueden gustar 1,2 o 3 canciones, pero calificarlo de carcasa vacía de Power Metal, mediocre o disco desganado me parece una exageración, hasta ahora no escuche ni leí un argumento lo suficientemente sólido y convincente que sostuviera del por que es un disco malo.
Lo mismo pasaría con ¨Keeper of the seven keys: The legacy¨ (2005), la prensa comenzaba a alabar a ¨Masterplan¨ (2003) y ¨Aeronautics¨ (2005) de Masterplan, discos que seguro ni ellos deben recordar que inflaron de manera exasperante en los medios especializados. Hasta el día de hoy parecen esperar un ¨The dark ride 2¨. Yo paso.
Con esto concluye la primera parte, en breve o en unos días tendrán la segunda de aquellos discos que merecieron mejor suerte.
Hasta la próxima!