Novela documental sobre la época dorada del Heavy Metal en España.
Crítica escrita por Valkiriana
Pedro Gardner, nacido el 11 de enero de 1990 en Alicante, ha escrito una novela ambientada en el Madrid de los 80, cuna y hervidero del Heavy Metal. “¿En serio?” Sí, eso mismo pensé yo cuando me lo presentó mi gran amiga y compañera Nuria, mi jefa indudable en esta cosa de escribir y sentir música. Conocí a Pedro como digo en Alicante, después del concierto de reencuentro de Furia Animal. Lo primero que pensé fue que no me cuadraba la edad, con la madurez e inteligencia que se le adivinaban. La segunda cosa que pensé es “quiero ese libro”. Evidentemente, Pedro no es el hijo perdido de Janet Gardner, aunque me da a mí que no es maternal su fascinación precisamente. Pero a lo que iba, por fin he leído el libro y aquí tenéis la reseña.
“Perdida en los 80” es la historia de una adolescente que, viviendo en el año 2052, añora estar en otra época, aquélla en la que vivir su gran pasión y la música que le gusta. En ese año, las libertades han desaparecido e impera la Dictadura del Capital, disfrazada de falsa democracia. El panorama dibujado por George Orwell en su clásica novela “1984” ha dejado de ser una recreación, y se ha impuesto un estado policial que limita la singularidad de las personas, un sistema marcado por las prohibiciones, donde el Heavy Metal ha pasado a ser un movimiento marginal denostado y prohibido por Ley. ¿Ficción?: Más bien advertencia, cuando no profecía. Pese a que Pedro no inventa nada, no deja de suponer un lúcido análisis de hacia dónde nos conducen nuestros pasos, por el camino que hemos emprendido; y dónde vamos a ir a parar si no adoptamos medidas para cambiar de dirección: a la alienación colectiva al servicio del Estado.
En ese contexto asfixiante Tenaj, una joven de 16 años, vive en clandestinidad su gran pasión: el Heavy Metal de los años 80. La trama parte de unos extraños e inquietantes viajes en el tiempo a la época dorada de sus sueños, para vivenciar presencialmente lo que en principio era una obsesión de su mente: imbuirse en la música que ella ama -la cultura, la filosofía o la amistad-, en su mejor época, en estado puro y sin represiones. Todas las novelas tienen algo de autobiográfico y sin lugar a dudas, el relato es una radiografía de un anhelo del autor, quien nacido con la muerte de sus amados 80´s, ha crecido con esa añoranza de haber sido testigo presencial de una época mágica; y ha plasmado la historia que a él mismo le gustaría protagonizar (y no sólo por los viajes en el tiempo, pero para eso tendrás que leer el libro).
Formalmente, se nota que es el primer libro, por estar verde en ciertos aspectos, de los que se desprende la juventud y la inexperiencia; especialmente a nivel de sintaxis y puntuación, el ojo exigente puede percibir áreas de mejora (yo en este escrito puedo tener otros mil). Lo raro sería que no las hubiera. Por ejemplo, el principio del libro denota ese febril arrebato de inspiración que mueve a cualquier artista en un momento dado, siendo ahí donde más detalles a pulir puede haber a nivel técnico, precisamente por esa tropelía creadora de una idea que cobra vida y quiere salir como sea. En cualquier caso nada que no subsane el tiempo y el trabajo. Solamente por tener los arrestos de sentarse a escribir una novela, con el tiempo y el esfuerzo que conlleva, merece todo el respeto del mundo.
A destacar muy positivamente (decantando, a todas luces, la balanza hacia la lectura del libro), la historia; tanto por su contenido, como por el modo en que se construye, tiene todos los elementos para engancharte de principio a fin: Una escena que no puede ser más atractiva para la gente que nos gusta el Heavy Metal, como es el Madrid de los 80, intriga, sentimientos… Pedro Gardner sabe manejar la trama (con el clásico esquema planteamiento-nudo-desenlace) de modo que consigue mantener la expectación hasta el último momento, con un impactante final. Por otra parte, pese a que con el argumento no inventa nada nuevo (los viajes en el tiempo son un clásico en el cine y la literatura), sin embargo sabe presentarlo de forma atractiva e innovadora. Personalmente, me lo leí de una tacada, costándome varias noches de insomnio.
Por último y a nivel sociológico, el escenario como decimos, no puede ser más atractivo: todo un homenaje el que se hace, cargado de cariño, admiración y sentimiento, a los grandes de la época en el género y modo de vida que amamos. Aquí radica la grandeza de Pedro Gardner. Y es que salen nombrados si no todos, un gran elenco de ellos: Banzai, Barón Rojo, Muro, Vixen (¡por supuesto!), Santa, la Sala Canciller, y un largo etcétera (me guardo dos diosas españolas del momento para que las busques entre las páginas). Toda una novela documental, antropología impagable de la época. Con algunos/as, te sentirás como si estuvieras allí, tomándote las cervezas con ellos/as. Es literalmente un viaje en el tiempo, un fiel retrato de esos años, un recorrido impagable. Para aquéllos de vosotros que tuvisteis el inmenso privilegio de vivir ese Madrid y en esos años, os hará asomar más de una lágrima a los ojos. Para los demás, nos permite subsanar un poco esa laguna gracias a la poderosa arma de la imaginación.
Por último y como anécdota, se advierte que en el año 2052 “Los Ramones” será “una marca de ropa”. Y si no, al tiempo. No nos olvidemos, en definitiva, del trasfondo de denuncia social de la novela y consigamos entre todos, cambiar el futuro para que no hagan falta los viajes en el tiempo, si queremos que mañana exista el Heavy Metal.
Recomiendo además el formato físico del libro porque la portada y contraportada es preciosa. Si queda alguien listo y con vista en este país, y si la fuerza (dícese la suerte, la política, el dinero) le acompaña, esta novela será llevada al cine. No te esperes a ver la película.
En internet:
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