“Perfume Sin Encanto”
Reseña de Christian Dárchez
A la hora de ponerme a hablar del nuevo trabajo de los fineses y otrora reyes del metal sinfónico Nightwish es menester hacer un repaso de todo lo que aconteció en sus últimos y bastante duros 9 años para el tecladista Tuomas Holopainen y compañía: la nueva era de Nightwish junto a la cantante Floor Jansen no empezó mal y se saldó con el excelso “Endless forms most beautiful” (2015) que rescataba el clasicismo sinfónico y cinematográfico de sus primeros discos junto a su diva máxima Tarja Turunen y ponía punto final a la muy cuestionada era junto a la sueca Anette Olzon que hizo lo que pudo en una banda que nunca fue para ella. Aquel disco fue muy bien recibido por sus fans y hasta fue muy bien vendido, pero gran parte de la critica especializada le achacó a Holopainen el poco riesgo creativo del disco. Lejos de inmutarse la banda inesperadamente lanzó un disco en vivo grabado en mi argentina natal en 2019 que (salvo en tierras finesas) pasó sin pena y sin gloria, se despacharon con el olvidable “¨Human II nature” (2020) la prueba cabal de que Tuomas Holopainen se tomó la afrenta de la critica especializada demasiado en serio con un álbum doble donde Holopainen dilapidó todo lo bueno de “Endless…” y lo adobó con divagues de todo tipo como poner a cantar a Floor como si fuera una bruja de Disney. Como era de esperarse la prensa lejos de reconocer riesgos aniquilaron al disco de manera brutal. 2021 fue un cúmulo de desatinos para Holopainen y compañía que inició con la partida en malos términos del bajista y cantante Marko Hietala ya cansado de tener cada vez menos participación tanto compositiva como interpretativamente, una situación que trataron de disimular con un show streaming que solo fue visto por apenas 150.000 subscriptores (hablando de una banda como Nightwish, claro. Si con mi banda logramos esa cifra ya sería un éxito) y la reedición ese mismo año del ultravendedor “Once” (2004) aún cuando no se habían cumplido los 20 años de su lanzamiento fue un manotazo de ahogado que practicamente no le importó a nadie, puesto que el fan de a pie tampoco tiene la gallina de los huevos de oro como para comprar una reedición que constó de 4 discos (¡!). Y así llegamos a 2024 donde hasta se había hablado de una posible separación del grupo que tampoco logró conmover a los fans ya que prefieren que Tuomas baje la persiana en lugar de que los pasos en falso se repitan, la cual hubiera una buena decisión porque “Yesterwynde” no solo es por lejos el peor disco de Nightwish sino también uno de los peores discos del año.
“Yesterwynde”, décimo disco de los fineses Nightwish, es un una obra perezosa y vacía (por mas que fuera un disco conceptual sobre la obra de Charles Bukowski daría lo mismo) que no hace ningún esfuerzo en desarrollar las pocas ideas que se le cayeron en las canciones donde todo está hecho a la “que me importa”, con arreglos de todo tipo (no solo sinfónicos) exageradamente sobrecargados e invasivos que desvían la atención del resto de los instrumentos y hasta a Floor Jansen que antes la podíamos sacar del banquillo de los acusados puesto que era la unica que la seguía remando (junto con Hietala), ahora se la escucha cansada y resignada a repetir yeites vocales que rozan lo infantil y lo grotesco. Pero bueno, si a Tuomas ya no le importa hacer las cosas minimamente bien por que debería importarle a ella ¿No? Basta con escuchar fantochadas sin vida como la extensa An ocean of stranger islands que ya de entrada los arreglos sinfónicos están arriba que sepultan no solo a las guitarras sino las bases, sin dejarlas respirar ni dibujar y Floor imita nuevamente a alguna bruja de Disney (con risa forzada incluida), un medio tiempo como The antikythera mechanism que al principio promete pero se hunde en cambios de humor que sacan de clima como voces masculinas desganadas, colchones de voces al mejor estilo “Slaying the dreamer” pero lejos de darle un sentido épico quedan totalmente descolgadas. Después llegamos a una de las mayores payasadas del disco: The day of… y su andar de bases electrónicas que Dark Sarah (y hasta Amberian Dawn) usó con mas pericia en sus últimos discos que incluyen coros de niños sin ningún contexto y me imagino a Floor aguantándose las ganas de cagarse de risa cuando Tuomas le mostró como debía cantarla. Sin embargo no creo que se haya reído tanto a la hora de grabar la insulsa Perfume of the timeless puesto que los arreglos sinfónicos suenan hasta con mas volumen que su voz a tal punto que en partes no llega a entendérsele lo que canta. Sway a pura voz y guitarra acústica podría haber sido una bonita balada Folk de esas con las que nos maravillaron en el pasado…HASTA QUE ESOS MALDITOS ARREGLOS SINFONICOS VUELVEN APARECER PARA ARRUINAR EL AMBIENTE. The children of ‘ata es de por sí desconcertante: una entrada de canto tribal, voces suaves cantadas sobre bases electrónicas bailables que no pegan ni con moco y una sección media de fraseos guitarreros y un canto parecido al “Haka” de los All Blacks…Que habrá fumado Tuomas al momento de hacer la canción solo él lo sabe. Hasta una pieza mas pasable como lo es el medio tiempo riffero Something whispered follow me cae víctima de la desidia creativa y ni si quiera le dan un tratamiento acorde, lo mismo ocurre con Spider silk donde lo mejor que se les pudo ocurrir fue que Jansen repita un frase hasta el hartazgo. Hiraeth podría haber sido una gran cancion…de tener voces masculinas con más convicción que las de Troy Donockley. The weave y Lanternlight son para el olvido, lo pongo así porque hasta acá llegué!
La producción como habrán leído se excedió sobremanera con los distintos arreglos tanto sinfónicos como electrónicos y cada vez que aparecen están tan arriba en la mezcla que terminan ahogando al resto de los instrumentos, sobre todo a la voz de Floor que esta vez se limitó a hacer lo suyo en piloto automático a la hora cumplir con los designios de Holopainen. Tan solo su portada podría destacar o algunos momentos donde las canciones no terminan sofocadas por los excesos innecesarios disfrazados de ambición creativa ya que el disco tampoco tiene una dirección definida. De hecho decir que este disco tiene cosas del metal progresivo (como bien leí por ahí) ya es cagarse en los límites. Seguramente no faltará alguno diciéndome que no entiendo nada o que hablo como si compusiera mejor que los músicos (como si fuera necesario para dar una opinión pero toco mal el bajo, y me hago cargo) y demás argumentos propios de 1990 que hoy ya huelen a naftalina. Si te gusta el disco está muy bien y te felicito, pero mi opinión es esta y no escribo para que a la gente le guste o no lo que reseño, eso queda en cada uno. Claro está. Lo único que espero es que ya que lo del retiro dejó de ser una opción ojala que Holopainen y compañía para la próxima afilen mejor la puntería. Están a tiempo de arreglar este chasco.
Nightwish
Floor Jansen: voz
Troy Donockle: voz, gaitas e instrumentos autoctonos
Empuu Vuorinen: guitarra
Tuomas Holopainen: teclados y arregos sinfonicos y electrónicos
Jukka Koskinen: bajo
Kain hahto. batería
Canciones
01 Yesterwynde
02 An Ocean Of Strange Islands
03 The Antikythera Mechanism
04 The Day Of…
05 Perfume Of The Timeless
06 Sway
07 The Children Of ‘Ata
08 Something Whispered Follow Me
09 Spider Silk
10 Hiraeth
11 The Weave
12 Lanternlight