«Capitulo dos: Empieza el Rock & Roll parte 1»

Historia escrita por: Mike Young

ATENCIÓN: Esta historia contiene lenguaje soez e historias gráficas de adicción que podrían herir la sensibilidad del lector. No me hago responsable de malas influencias relacionadas con esta historia, ya que está clasificada para +18. Cualquier sugerencia o crítica, siempre y cuando sea correcta en su vocabulario, será buenamente atendida y respondida. Todo es ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Capitulo dos: Empieza el Rock & Roll parte 1

Recuperamos el dinero gracias a que mi padre accedió a dárnoslo, con la condición de que se lo devolviera cuando tuviese dinero. Así que con lo que nos habían dado, pudimos alquilar un estudio semi-profesional, donde pudimos componer y grabar nuestro segundo disco: «In The Fucking Road». ¿Porque le pusimos ese nombre? Porque nos encantó estar de gira, y queríamos volver cuanto antes. Durante uno de los ensayos del nuevo disco, creo que era a principios del 82, cuando estábamos a punto de acabar el nuevo álbum, entró un tipo trajeado con un maletín de cuero que parecía nuevo, se plantó en medio del estudio y nos dijo: «Chicos, soy de la discográfica ‘Atlantic Records’ y nos gustaría ficharos».

¡No me lo podía creer! Pero… ¿Por qué se iban a fijar en nosotros? Al parecer, le vendimos un disco a un tipo que tenía una radio en Nueva York y… ¡Llevaba sonando nuestra música un año por todo el país! Y como nosotros nunca escuchábamos la radio, no nos habíamos dado cuenta. El tipo nos llevó hasta una sala al lado del estudio, donde había otro tío, también trajeado. Nos preguntó si teníamos representante, claro que no lo teníamos, así que aquel tipo se ofreció a serlo y nosotros aceptamos.

Nos dieron un contrato, donde ponía que nos darían un salario de 15 millones por cada disco que hiciéramos y 50 mil por cada concierto más algún plus por la venta de discos y merchandising. ¡Voy a ser millonario! pensé, pero decidí ir a hablar con el resto de la banda en privado, ya que sonaba demasiado bien para ser cierto. Después de estar casi un cuarto de hora hablando, decidimos que nos tomaríamos unos días para pensarlo y aquellos tipos aceptaron.

Llevé el contrato a casa de mi padre, que había llamado a mi primo Mario, que es abogado, para que le echara un vistazo antes de firmarlo. El contrato era de verdad, así que mi padre me dijo: «Fírmalo ya, no seas tonto y no te lo pienses más». Dicho y hecho, todos lo firmamos y se los dimos a aquel representante. Una de las condiciones era que nuestra casa y estudio tenían que estar en Los Ángeles, así que nos fuimos para allí.

Cuando llegamos, nos dijeron que podíamos comprar la casa que quisiéramos, que ellos nos adelantaban el dinero (no sabían lo que acababan de decir los pobres jajaja). Yo me compre la más cara, ¡casi dos millones de dólares! Pero no me importaba mucho, en aquel entonces todo era lujo gratis. También necesitábamos algo con lo que ir al estudio, así que los cuatro nos fuimos a un concesionario. Mark se compró una Harley, Matt un Rolls Royce, Josh un Mustang y yo un Ferrari.

Con tanto dinero, estábamos casi todo el día gastando. Recuerdo que en el 83, ya tenía una colección de diez coches y medio cuerpo tatuado, además de tener más de treinta guitarras, todas ellas colgadas en mi estudio personal. Fue muy divertido, porque los cuatro éramos vecinos, vivíamos en la misma calle, uno al lado del otro. Siempre nos pasábamos las bolsas de  cocaína, de una ventana a otra. Un día, iba tan colocado que al pasarle una bolsa a Josh se me cayó en su piscina y se rompió. No hace falta que os diga que nos estuvimos bañando en su piscina un mes seguido, hasta que ya no había más coca jajaja, me encantaba el agua con cocaína.

Acabamos el disco tres meses después, y recuerdo que lo pusimos a la venta a finales del verano. No sé cómo, pero para navidades habíamos vendido casi 1 millón de discos. ¡UN MILLON DE DISCOS! y eso que este era el segundo. Con todo el éxito que tuvo el disco, empezamos a hacer sesiones de fotografía, elegir diseños para las camisetas, entrevistas para decenas de medios que siempre preguntaban lo mismo… vamos un coñazo. Al haber sacado ya el álbum a la venta, nos ingresaron el dinero que nos prometieron, menos el que ya nos habíamos gastado. A mí me dieron unos 9 millones de los 15, aunque no fui el que menos dinero le quedó, a Mark solo de dieron 5.

Nos prepararon una gira por todo Estados Unidos y Europa, que empezamos a principios del 84 tocando en Los Ángeles, en el estadio de los Lakers. Era increíble ver como estaba todo aquello lleno de gente. Estaba tan nervioso que incluso me dio un ataque de ansiedad antes de empezar.

Conseguí tranquilizarme, eso sí, con unos cuantos tragos de whisky y para compensar, con unas rallas de coca. Llegada la hora, salimos al escenario y teníamos delante a unas 20.000 personas delante cantando, gritando y saltando. Fue increíble. El concierto fue bastante bien, todos lo hicimos de lujo, aunque a Mark tuvimos que desenchufarle el ampli, porque iba tan colocado que no daba una. Acabábamos de empezar y aunque todo era una juerga continua, nos dimos cuenta que a Mark se le estaba yendo de las manos la adicción por las drogas, y mucho más ahora que tenía tanto dinero. Era como Sid Vicious pero tocando Hard Rock y sin novia.

Una vez que habíamos acabado el concierto, nos sacaron rápidamente de allí en una furgoneta, que nos llevó hasta un hotel donde nos esperaban unas cuantas putas de lujo, para desahogarnos un poco. Después de haber estado toda la noche follando con dos o tres putas a la vez (no lo recuerdo bien), nos llevaron al aeropuerto, porque esa misma noche teníamos que tocar en San Francisco. Y otra vez lo mismo, llegamos, salimos al escenario y tocamos, y a viajar hacia otra ciudad.

Estuvimos girando por Estados Unidos desde enero hasta mediados de julio y en septiembre retomaríamos la gira, pero esta vez por Europa. Si recordáis, aquel verano la MTV emitió un reportaje sobre nuestra gira, donde se veía que estábamos todo el día de juerga, con chicas, tocando ante miles de personas… y en parte eso era cierto, pero no todo el día. Yo básicamente me mantenía despierto y activo a base de cocaína, porque no os podéis llegar a imaginar lo agotador que era estar de gira, ahora ya no lo es tanto porque hacemos tres conciertos a la semana, pero en aquella época hacíamos entre cinco y seis por semana.

Cómo sabéis, muchos de los estados están en diferentes zonas horarias, por lo que nos teníamos que ir adaptando, pero el horario casi siempre era el mismo:

2:00 PM – Salida del hotel

4:00 PM – Prueba de sonido

5:00 PM – Apertura de puertas

5:30 – 8:00 PM – Teloneros

8:00 PM – Cambio de escenario

8:30 PM – Concierto Spinal Map

Después de todo eso, muchas veces nos íbamos directamente al aeropuerto o a una caravana que nos llevara hasta el siguiente concierto. Otras veces nos quedábamos en el mismo hotel si tocábamos en el mismo sitio al día siguiente o teníamos un par de días de descanso. No solo era esto, sino que también teníamos más faena en cada ciudad: entrevistas, firmas de discos, ruedas de prensa, actos benéficos contra las drogas (no es coña, alguna vez los hicimos jajaja), acudir a los actos de nuestros patrocinadores… Realmente era muy agotador estar así casi cada día, por lo que aprovechábamos y dormíamos todas las horas que las putas cámaras no estuviesen delante grabando.

En aquella gira hubo fechas muy mágicas que nunca olvidaré como la primera en L.A, Florida, Las Vegas, Dallas, Seattle, Detroit… pero la más especial fue en Nueva York, en el Madison Square Garden. Esa primera vez no se llegó a llenar del todo, pero el simple hecho de saber que hacía pocos años estabas pasándolas putas metido en una furgoneta de mierda y sudando la gota gorda para que te dejaran tocar en los locales de turno (no siempre lo pudimos hacer con antelación) y que el único merchandising era nuestro primer disco en una cutre funda de cartón a como estábamos ahora, donde el transporte era el mejor que podíamos imaginar, con una gira ya planeada y con conciertos ya pactados y todo (o casi todo) el merchandising que una banda pueda tener: camisetas, parches, chapas, discos… era muy emocionante.

Recuerdo la noche que tocamos en Las Vegas, os podéis imaginar que un chaval con 23 años y empezando a emerger en la escena rockera de la época, que le van todos los excesos y lo tiene pagado, pues mal no lo iba a pasar en la ciudad del pecado. Lo teníamos todo pagado, literalmente, cada cosa que pedíamos, la discográfica nos lo pagaba y más de una vez nos amenazaron con dejar de pagarnos todo, ya que a cada hotel que íbamos les destrozábamos la habitación. El concierto de Las Vegas fue en un hotel- casino de los más grandes que había por entonces, y fue el más espectacular que hicimos en aquella gira (está grabado y se llama “Spinal Map: Live in Las Vegas, chapter 1”) pusimos muchos fuegos artificiales, strippers sobre el escenario, motos… fue una pasada.

Justo coincidió con que teníamos un par de días de descanso y en cuanto salimos de allí nos dirigimos a la habitación del hotel (que justamente fue donde tocábamos) que compartíamos los cuatro y era una suite presidencial casi tan grande como la planta baja de mi mansión. Pensábamos que nos habrían preparado una buena juerga y subíamos medio empalmados solo de pensar lo que íbamos a follar aquella noche y expectantes pensando en cuantos kilos de coca nos habrían comprado esta vez. Pero al llegar, nuestro representante nos había preparado las camas con el pijama, un vaso de leche caliente y unas toallitas calientes. ¿Qué puta mierda es esto Jeff? Le dije sin cortarme un pelo. Era una noche esplendida para pasarlo en grande y no hacer el gilipollas durmiendo, así que cogí la bandeja con todo lo que había preparado, abrí la ventana y la tiré 35 plantas abajo. Jeff se me quedó mirando atónito y yo me fui con los chicos al comedor.

Cogimos todas las tarjetas y anuncios de prostitutas que teníamos y llamamos a todos. Teníamos un contacto que nos suministraba buena mercancía y no dudamos en llamarle, le llamamos y le dijimos: 2 Kg de coca, speed, éxtasis y heroína por favor, y no tardes mucho jajaja. La prensa nos acechaba por todas partes, pero en aquel momento nos sudaba la polla todo lo que hiciésemos, ¿Por qué me iba a preocupar por lo que pensaran cuatro gilipollas? A la mierda, soy una estrella del rock, pensaba. Las putas y la droga llegaron casi al mismo momento, se presentaron unas 20 prostitutas y cinco camellos, que por supuesto no estaban invitados a la fiesta. Creo que no me he hinchado a follar tanto en una sola noche como aquel día. Y tampoco recuerdo muy bien lo que pasó, solo recuerdo que cuando llegaron todos empezó la fiesta y que entre la adrenalina del show, la cantidad de drogas que teníamos delante y el alcohol que ya habíamos empezado a beber, hicieron que mi mente empezase a no recordar nada.

Me desperté a eso de las diez de la mañana porque entraba un sol de justicia por las ventanas. Se ve que habíamos arrancado unas cortinas y la luz me daba de lleno. Dios, que dolor de cabeza aquella mañana jajaja y la habitación parecía un campo de batalla: gente tirada por el suelo, una cantidad ingente de botellas vacías desperdigadas por todos lados, condones  usados a raudales, ni una gota de coca y la habitación prácticamente destrozada, literalmente. Fui al baño a mear porque ya no aguantaba más, y al entrar vi que Matt estaba sobando en la bañera y me pareció gracioso mearme en su cara a ver si se despertaba jajaja pero el cabrón siguió sobando. Josh estaba en una de las camas con unas cinco o seis putas alrededor y no veáis lo contento que estaba durmiendo. Pero me faltaba Mark y no tenía ni puta idea de donde coño estaba ese desgraciado, que cada día se le iba más la olla y empezaba a ser un problema serio el de las drogas. Bajé a la piscina a hablar con Jeff, nuestro representante, para que me dijese donde estaba Mark.

La noche fue increíble, pero no os miento si os digo que casi mando todo a la mierda en aquel momento. Mark estaba en el hospital con una pierna rota y casi en coma etílico. Lo que pasó, fue que en un momento de la noche, nos pusimos a jugar a retarnos entre los cuatro y yo le dije a Mark que no tenía huevos a saltar por las escaleras con el carro de la señora de la limpieza, y vaya si lo hizo si, se pegó el ostión de su vida, pero nosotros en aquel momento no teníamos ni puta idea de nada y nos partíamos el culo. Me sentía fatal, así que fui de inmediato al hospital a verlo. Nunca olvidaré la imagen de cuando llegué a la habitación y verlo a él tumbado en la camilla con la pierna escayolada y descojonándose con los dibujos animados que daban por la tele. Sorprendentemente él tampoco se acordaba de nada y mi sentimiento de culpa me impidió estar callado y le conté lo que pasó, se quedó serio por un momento, me miró riéndose y dijo que daba igual, que estaba todo perdonado y siguió mirando los dibujos animados como si nada.

     CD: «In The Fucking Road»

      Tracklist:

  1. Go, go, go!!!
  2. In The Fucking Road
  3. Roses are Black
  4. My sex camera
  5. New situation
  6. In my town
  7. Pop Corn Race
  8. Stars on your pussy
  9. Hey Man!
  10. Cookies

        Banda:

         Ryan White: Guitarra

         Mark Drugs: Bajo

           Matt Manson: Voz

              Josh Randon: Batería

Deja una respuesta