“No todo es Black”
Crítica escrita por Luishard
Amigos de Dioses del Metal, después de comentar el año pasado The Flame of Eternity’s Declinen, un relanzamiento totalmente remezclado y remasterizado para conmemorar el décimo aniversario de ese álbum debut volvemos a la carga con su último trabajo, el sexto de larga duración de su carrera, Night Falls Onto The Fronts Of Ours, que bajo el sello Candlelight Records se puso a la venta el pasado 20 de abril. No me considero “experto” de nada y mucho menos del estilo de estos ucranianos (Kharkov), Heathen Dark Metal según su facebook, pero me gusta adentrarme, sin temeridad, por otros estilos menos afines a mis gustos y ver como reaccionan mis neuronas.
Aun cuando Khors se formó en agosto de 2004, se refundó en julio de 2011 y así aparece en las redes sociales, coincidiendo con el hecho de que el guitarrista Warth de repente deja la banda y al mismo tiempo Helg, el guitarrista original y cantante, vuelve a la formación.
El estilo actual ha dado un paso al frente respecto al original, quien no evoluciona muere de inacción, y estos han mutado correctamente hacia una versión sólida del Black Metal de toda la vida pero dulcificado con melodías de buen gusto e interesantes influencias folklóricas. A ello aportan, con la maestría que dan los años y las ideas claras, algo de Death, Doom y Gótico, por ejemplo, en una resultona amalgama.
El resultado son composiciones agradables al neófito y momentos espectaculares, como los que se desarrollan en la canción de apertura, No Oaths, No Tears, No Knees!, de estribillo demoledor. Placenteros segundos donde se combinan las sensaciones despiadadas con la armonía, porque si por algo destaca este disco es por las atmósferas ennegrecidas combinadas con la melancolía, en una marabunta imparable de riffs grasos que pesan como una losa de plomo y de ejemplo menciono la entrada en faena de Dead Birds Valley.
Los verdugos y sus hachas, Helg y Jurgis, demuestran que aun tienen buenas ideas, parches retumbantes con mucho y audible platillo, solos que se alzan sin problemas sobre el marasmo instrumental y con el importante aporte de la voz de Helg, desplegando todo un derroche de temperatura en esa garganta cantando en la lengua natal, en un estado de permanente ansiedad y con cierto toque “exótico”.
Khors no tiene miedo a que se les tache de “suaves”, está claro que buscan otras sensaciones que las meramente despiadadas, como las de Following the Ways of Blood, la más corta, con una guitarra de fondo sensacional llenándolo todo y un final de rumores lejanos de truenos y lluvia digno de mencionar. El sonido como es de esperar está pulido al máximo, son ocho intensas canciones, sin que ninguna destaque en demasía sobre otra y siendo todas buenas, que te trasladan a un ambiente de hospital psiquiátrico de lujo. Si cierras los ojos pensando en la portada, llena de clichés del estilo: oscura, recargada y con cuervos en lo que parece un maizal, puede que pronto te ingresen por esquizofrénico.
Night Falls onto the Front of Ours es una inquietante instrumental que da paso a 1664, que pasa por ser la más temeraria de todo el trabajo, repartiendo estopa sin cesar. La melancólica For the Last Time a la que le cuesta avanzar, continúa con Slight Web Solitude, espesa y con manto de Black Metal que se pliega con algunos cambios en melodía y ritmo. Cerramos con el corte más extenso, My Cossack Way, en la que destaca ese riff épico, un gran solo final y aromas a Amon Amarth.
Un disco muy recomendable para iniciarse en el Black Metal porque está dulcificado en su justa medida, abriéndose al potencial oyente un mundo de nuevas sensaciones, así que la media de mis variables a valorar en este estilo sale de 8 puntos sobre diez. Un saludo metálico a todos.
Track List
- No Oaths, No Tears, No Knees!
- Dead Birds Valley
- Following the Ways of Blood
- Night Falls onto the Front of Ours
- 1664
- For the Last Time
- Slight Web Solitude
- My Cossack Way
Formación
Helg. Vocalista, guitarra
Jurgis. Guitarra, voces
Khorus. Bajo
Khaoth. Batería
Oficial
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