“Un beso poco venenoso”

Reseña de Christian Dárchez

Los polacos Ironbound están de vuelta tras su debut “The lightbringer” (2021) al que le precede el demo de 2017, y si no recuerdo mal aquella reseña fue escrita por nuestro amigo Luishard; por lo cual hay que decir que todo está en su lugar con este segundo trabajo, con lo bueno y malo que eso conlleva.

“Serpent’s Kiss”, segundo disco de los polacos Ironbound, no se aparta demasiado del debut donde el faro que guía a la banda es justamente el de Iron Maiden (obviedades en el nombre de lado) con las consabidas cabalgatas, armonías gemelas en los riffs y buen gusto para los solos, claro sin olvidar los bajos punzantes bien arriba y la batería que sigue todo de manera cronometrada y amurallada. Hasta ahí vamos bien, los tipos toman esa influencia para crear temas entretenidos, gancheros y cañeros pero el punto flojo de la banda sigue siendo el cantante Lukasz Krauze. ¿Canta mal acaso o desafina? No, nada de eso, el tema pasa por el lado de que escucharlo cantar me trae a la mente ese mal recuerdo de Blaze Bayley cuando le tocaba cantar en vivo un “The trooper” o “The number of the beast” y la pasaba como el culo dado que su registro era mucho mas grave y al no quedarle cómodas esas canciones debía forzar su voz o directamente cantarlas a la “que me importa”. Pasan los años y aún me resulta inexplicable como Steve Harris no previo que Blaze no solo iba a cantar los temas grabados con él, sino que se las tenía que ver con los clásicos de Iron Maiden en vivo. Volviendo a este “Serpent’s Kiss” hay que decir que musicalmente los tipos la tiene muy clara y lo demuestran con temas como la acelerada Doomsday to come, cabalgatas épicas como Holy sinners, medios tiempos como la canción homónima o la cadenciosa The new dawn y un final con el bajo marcando la marcha como lo es la extensa The healer of souls con algunos punteos que toman prestado en el sonido de “Paschendale” de ya saben quienes para luego tomar esas cabalgatas épicas ya consabidas; pero es justamente Krause quien hace lo posible para no quedarse atrás de sus compañeros, sin embargo su timbre grave no lo ayuda pese a que intenta cantar más alto y en ese aspecto vocal la banda queda a la deriva.

A nivel producción no hay que objetarles ya que todo suena muy pulcro y balanceado, en ese sentido el sello puso sus buenas monedas para que la banda suene lo mas profesional posible y también tuvieron a un artista que emuló el trabajo de Derek Riggs en sus buenas épocas. Pero me temo que no es suficiente: el punto flojo de la banda sigue siendo la voz y no hace falta ser un doctorado en ciencias musicales para darse cuenta de que el estilo vocal de Krause no pega para nada con la música. No te pido un emulo de Bruce Dickinson precisamente, pero si alguien que le pueda hacer frente a las composiciones. Tal vez con otro cantante más acorde al estilo que practican o con un viraje a los carriles metaleros y menos exigidos como los que transita Blaze Bayley (o sea que le quede más cómodo a Krause) nos encontremos en el futuro con una banda a tener cuenta.

Ironbound

Lukasz Krauze – Voz

Michał Halamoda – Guitarra

Krzysztof Całka – Guitarra

Zbigniew Bizoń – Bajo

Adam Całka – Batería

 

Canciones

01 Doomsday to come

02 Holy sinners

03 Serpent’s kiss

04 The destroyer of worlds

05 The new dawn

06 Forefathers’ rites

07Vale of tears

08 The healer of souls

 

Deja una respuesta