Espectacular en todos los sentidos
Crónica escrita por Sikanda
Cuando un concierto se te pasa en un suspiro es que la banda ha hecho algo bien. Pero claro…estamos hablando de Iron Maiden y llevan desde 1975 dando caña… Todo les era propicio… un recinto nuevo y espectacular, el Wanda Metropolitano de Madrid, un público entregado, más de 50.000 personas según cifras oficiales y un repertorio lleno de temazos, himnos y clásicos.
La tarde se abrió a las 18.30 con Sabaton. Ya había entrado mucha gente al estadio aunque todavía había larguísimas colas en las entradas, sobre todo para las personas que iban a pista que tuvieron que comerse hasta tres filas diferentes. Durante unos 45 minutos desgranaron temas de todos sus discos, con un sonido mejorable y un sol bastante potente… Una de las primeras en sonar fue “Ghost Division”, tampoco faltaron cortes como “Swedish Pagans” y “Carolus Rex”. Para el final dejaron el “Primo Victoria” su tema más emblemático. Tuvieron un gran apoyo de la gente.
Después le llegó el turno a Gojira, llegados desde el sur de Francia. Tampoco contaron con un sonido espectacular… pero durante 50 minutos lo dieron todo sobre el escenario. La gente les coreó menos que a Sabaton y eso que las gradas aparecían ya más llenas. El cantante paró unos momentos para comunicar que era el cumpleaños de su bajista Juan Miguel. No perdieron la oportunidad de destacar lo contentos que estaban de acompañar en su gira a una de las bandas más grandes del planeta.
Y ya, a las 21.15, con el público ansioso y expectante, aparecieron en el enorme escenario del Wanda dos soldados vestidos de camuflaje que se situaron en la parte delantera y que a una señal retiraron las telas negras que cubrían una parte del montaje. Justo después, todos los músicos de Iron Maiden fueron saliendo a través de un arco que formaba parte del decorado y empezaron a tocar “Aces High”. Ya con todos ubicados y un gran avión modelo Spitfire saliendo desde el fondo y sobrevolándolo todo, Bruce Dickinson pegó un salto enorme para comenzar su show llevando un gorro de aviador. Después de este inicio tan espectacular, se situó en la parte trasera y elevada del decorado con un gorro tipo ruso para el frío para interpretar “Where eagles dare”.
El sonido en estos primeros temas no era todo lo bueno que cabía esperar para un evento de tal magnitud… y el decorado de camuflaje que cubría todo nos impedía ver con claridad a Nico McBrain y su enorme batería. A pesar de todo el “2 minutes to midnight” puso a todo el mundo patas arriba. La imagen del Wanda tan lleno y con el público tan entregado debía de ser impresionante. Y es que este iba a ser el concierto más multitudinario de Iron Maiden en España. Después de una larga introducción hablada de Bruce llegó el “The Clansman” por supuesto con un telón de fondo diferente para este tema, como venía ocurriendo canción tras canción. Fue en este punto cuando el sonido pegó un salto de calidad grande y empezó a sonar, al menos desde mi posición, con la calidad que esperábamos.
Por supuesto, con un temazo como “The Trooper”, o como poner un estadio lleno patas arriba, nadie se quedó parado, y fue el tema en el que apareció Eddie, la mascota que mantuvo con Dickinson un duelo a espada. Tampoco faltaron las banderas española y británica. Me imagino que los coros de esta canción se escucharían en kilómetros a la redonda.
Justo después, cambió la escenografía por completo, convirtiendo el escenario en una catedral gótica con vidrieras en las que las imágenes las componían diversos elementos de las portadas de los discos de la banda. No faltaron ni las lámparas que colgaban del techo con unas luces anaranjadas. Todas las telas que había de camuflaje se sustituyeron por otras en tonos granate. Es decir, toda la simbología que están utilizando para este tour, “Legacy of the beast”. Esta modificación nos permitió además ver mucho mejor a Nico y su batería.
Bruce se paseaba por el escenario como con un abrigo negro de mangas largas y enormes para interpretar dos cortes algo más relajados como “Revelations” y “For The Greater Good of God”. Con otro telón de Eddie al fondo le llegó el turno a “The wicker man” donde los coros y el estribillo le permitían al frontman interactuar aún más con el público. Mientras, Steve Harris recorría el escenario con sus clásicas bermudas negras y su camiseta de tirantes y su típica pose rodilla encima del monitor. Janick Gers daba sus saltitos por todos lados con sus playeros blancos y Dave Murray lo daba todo en cada nota. . Adrian Smith se mantuvo la mayor parte del concierto hacia el fondo del espacio aunque en algunos solos si se acercó a la parte delantera para tener más protagonismo. Se les nota a todos la profesionalidad, las tablas acumuladas durante años, y que realizan su trabajo con gran eficacia. Espectacular su buen hacer. Siempre me queda la duda de si las bandas después de tantos conciertos disfrutan tanto tocando como nosotros viéndoles.
Agazapado, detrás de una cruz y con una capa negra… así se presentó Bruce para cantar “The sign of the cross” donde jugó con la escenografía y la cruz, corriendo de un lado a otro… no faltaron las grandes llamaradas ni unos pequeños fuegos artificiales en el final de la canción.
Después, llegaba una tralla espectacular con una serie de canciones que ponían más patas arriba al Wanda y nos hacían gozar más y más… “Flight of Icarus” con una especie de ángel figura en el fondo del escenario que se iba moviendo y Dickinson jugando con unas manqueras con las que iba lanzando fuego según le apetecía. “Fear of the dark” fue uno de esos momentos épicos, que te ponen los pelos de punta y que recuerdas años después…que tendrá este tema que sigue siendo un himno generación tras generación… Tras una máscara de larga nariz y con una chistera y un farol de luz verdosa en la mano, el líder de la banda nos fue contando su miedo a la oscuridad mientras recorría todo el escenario a lo fantasma de la ópera.
El éxtasis continuaba con “The number of the beast” en el que sacaron una cabeza gigantesca de Eddie en plan gárgola con cuernos, ojos rojos y que giraba de un lado a otro. ¡¡¡¡¡ Decir que el momento fue brutal es quedarse corto!!!!!! La engancharon con “Iron Maiden” y con eso dieron por cerrada la primera y gran parte del concierto, eran las 22.48 y se nos había pasado el tiempo volando… Apenas tardaron tres minutos en volver para interpretar “The evil that men do” y “Hallowed be thy name” que cantaba, saltaba y bailaba hasta la última persona de la parte más lejana y más alta del recinto… Y es que todos estábamos entregadísimos a la causa… porque en un concierto con tanto público puede haber gente más fan y otros que vayan por acompañar o hacer bulto, pero aquí nadie dudaba, nadie se aburría, nadie quería que acabara… y así llegamos al “Run to the hills” con unos fuegos persiguiendo a Bruce Dickinson por todo el escenario hasta que llegó delante un detonador gigantesco que él pulsó y con el que aparecieron como dos explosiones enormes con las que se puso final a poco más de hora y tres cuartos de magia, de música con mayúsculas, de espectáculo, de felicidad…
***Las fotos están tomadas de Madness Live***
Lo mejor: el repertorio, la escenografía. Que dejaran introducir un bocadillo y una botella de agua por persona.
Lo peor: el precio tanto de la entrada, las más caras de Europa, como los precios de las bebidas y comidas dentro del recinto. Las largas colas de entrada.
SET LIST
Aces High
Where Eagles Dare
2 Minutes To Midnight
The Clansman
The Trooper
Revelations
For The Greater Good of God
The Wicker Man
Sign Of The Cross
Flight Of Icarus
Fear Of The Dark
The Number Of The Beast
Iron Maiden
Bises
The Evil That Men Do
Hallowed Be Thy Name
Run to the Hills
Buen concierto, los vi hace años en Badalona e impecables, iban con Gamma Gray de teloneros. Set algo corto, pero es lo que pasa con dos teloneros. Lo de la entrada, oferta y demanda, saben que están en la cima y lo cobran, salud!.