«Después de la tormenta llega la calma»
Crítica escrita por Salva Overkill
Si a todos los amantes del Metal nos preguntaran cual fue la década dorada, seguro que un gran porcentaje, contestaría la de los ochenta. A principios de la misma, nació una nueva variante: Power metal. Grandes grupos como Rainbow, Judas Priest, Saxon, Iron Maiden o incluso Queen, dejarían grandes éxitos que influirían en el mismo. Hasta que mediados de esta década llegarían las bandas pioneras como Helloween, Stratovarius o Running Wild, que terminarían de desarrollarlo. Este estilo conserva las características principales del Metal tradicional pero concentrándose en la velocidad, toques melódicos y en algunas ocasiones la épica.
Helloween se fundó en 1978 (Hamburgo, Alemania) con el nombre de “Gentry” y, tras varios cambios de miembros y de nombre, en 1984 pasaría a conocerse tal y como la conocemos hoy en día, considerados como los “padres” de este género. Tras su gran éxito con un Mini LP y su primer disco “Walls of Jericho” en 1985, grabaron este álbum que voy a comentar, considerado uno de los mejores discos de la banda: “Keeper of the seven keys”, en 1986.
En primer lugar nos encontramos con una intro denominada Initiation, considerada como un preludio, que deja entrever la garra, la melodía y la potencia con la que se afronta este disco. Seguidamente aparece en escena I’m Alive, relata un diálogo entre un par de amigos en el que uno piensa que ha perdido el camino, que ya no tiene objetivos y que está perdiendo el tiempo. El otro le contesta que quedan muchas cosas por terminar, que mire al sol por encima del cielo y que vea la luz de la mañana, pronto gritarán juntos: “Estoy vivo”.
En el tercer tema, conocido como A Little time, una persona expresa su necesidad de hacer las cosas a su manera y poner sus propios límites. Después, nos envía un mensaje afirmando que nos queda poco tiempo para construir nuestra vida, decidirnos y llegar hasta nuestros sueños. Twilight of the goda expone una historia dividida en dos versículos: “Insania 20 14” e “Insania 20 16”. En el primero, destaca la creación de nuevos dioses para controlar el camino, ellos protegen nuestras vidas y nos mantienen seguros de los enemigos. En el segundo, los dioses se revelan proclamando el día del juicio final, hasta que “Insania” (Demencia, locura) desaparece y nace un nuevo mundo, comienza el crepúsculo de los dioses.
A continuación, somos sorprendidos con la balada A tale that wasn’t right, extrae un cuento que no estaba bien de una persona, que sufre la traición de alguien muy cercano para él, no obtiene ningún consuelo y cree que está llegando su final, a causa de que no le ayudarán como a los que aquel traidor usó previamente. Future world, la canción que nos envía prosperidad a los que podamos estar solos y no sepamos donde ir, nos ofrece un viaje al futuro en el que observaremos una vida llena de alegría, un sentimiento de unión, un mundo lleno de amor. Pronto viviremos una etapa gloriosa y podremos decir que amamos nuestra vida.
En séptimo lugar llega Halloween, una de las dos obras maestras que tienen los alemanes de trece minutos, y que trata sobre la tradición de esta festividad de ir casa por casa pidiendo caramelos hasta que los fantasmas y los espíritus irrumpen en las calles con su gran poder desconocido. ¿Podrás controlar ese terror frenético y sobrevivir a la noche de Halloween? Por último, llega Follow the sign, es la conclusión del álbum. Representa que la única esperanza de la victoria reside en el guardián de las siete llaves, lo único que tendrá que hacer es seguir el camino.
Lo primero que hay que reseñar es la introducción de Michael Kiske como vocalista cuando apenas tenía dieciocho años, por los problemas de Kai Hansen al tocar y cantar a la vez, no estaban muy seguros de si esto funcionaría y la jugada les salió perfecta.
Como punto de partida, puedo afirmar que las introducciones de las canciones se caracterizan por ser muy intensas, con diferentes modalidades alegres o más tristes.
Para continuar, se aprecia una relación de causa y efecto entre la batería y la voz, en cuanto a que la batería coge velocidad y potencia, la voz lo imita y expone tono más agudo y más limpio, pero si marca un ritmo más lento y pausado, Kiske usa su voz en un tono más grave.
El bajo resalta la destreza de aplicar ritmos que no sean iguales a los de las guitarras, el sonido en ningún momento es monótono y da un toque de frescura.
En cuanto a las guitarras, poco hay que decir de la maestría con esos riffs totalmente melódicos y veloces, que nos llevan a esos solos largos, perfectos e incansables, que nos hacen fundirnos con todo el disco, y que dejan unos estribillos memorables que todos guardamos en nuestros tímpanos como una delicia.
Por último, me gustaría resaltar la introducción de voces externas, que le dan toques tétricos a las canciones “A tale that wasn’t right”, “Follow the sign” y “Halloween”. Al tener una variedad más melancólica y oscura, respectivamente, se mezclan de una manera sencillamente perfecta.
Tracklist:
- Initiation
- I’m Alive
- A Little time
- Twilight of the gods
- A tale that wasn’t right
- Future world
- Halloween
- Follow the sign
Integrantes:
Voz: Michael Kiske
Guitarra solista: Kai Hansen
Guitarra rítmica: Michael Weikath
Bajo: Markus Grooskopf
Batería: Ingo Schwichtenberg