“Reedición camaleónica”
Reseña de Christian Dárchez
Siguiendo con el tema de las reediciones de los alemanes y próceres del power metal Helloween en esta oportunidad me voy a abocar en quizás el punto mas bajo de la discografía de las calabazas. ¿Y por que mejor no reseño los “Keepers”? se preguntarán, buenos ambos discos ya fueron reseñados con anterioridad en la página y dudo mucho que pueda decir algo que no se haya dicho ya de aquellas gemas, por lo mejor voy a enfocar en sus discos siguientes. Primero toca hacer un poco de historia: “Pink bubbles go ape” (1991) los dejó en una situación bastante complicada, siendo un fracaso de criticas y ventas al mismo tiempo que no gustó a los fans y encima comenzó las disputas internas que empeoraban conforme pasaba el tiempo. Lo único positivo es que tras la edición del compilado “The best, the rest, the rare” (1991) la disputa legal con su ex sello Noise records terminó puesto que el sello ya tenían algo como para arañar un par de billetes bajo el nombre de Helloween. Eso hizo que las aguas se calmaran un poco en el seno del grupo puesto que ya no tenían a los estafadores de Noise rompiéndoles los huevos y además de poder brindar otra vez conciertos podían ponerse a trabajar en el sucesor del vapuleado disco de 1991. Un año después Kiske otra vez volvió con su condición para seguir en la banda: participar activamente en la composición del disco que hoy nos ocupa. Y no fue el único, puesto que Grapow quería aportar algunas composiciones viejas que había hecho para su antigua banda Rampage. Weikath nuevamente pasó por el aro y otra vez volvería arrepentirse puesto que esto sería determinante en el resultado final del disco cuya grabación comenzó en 1992. 31 años después el grupo reedita de manera remasterizada su disco mucho mas polémico (mucho mas que “Pink bubbles go ape”) y hoy tengo la oportunidad de reseñarlo. El resto ya lo saben: ¡bienvenido sea!
“Chameleon”, quinto disco de los alemanes Helloween editado el 31 de mayo de 1993, rompió con todo nexo con su pasado Power y mostró su lado mas experimental…o mas que “camaleónico” mas bien esquizofrénico diría yo. Lo que habían amagado en el anterior disco lo terminaron volcando acá con un disco que deambula entre un Hard Rock poco inspirado con algún que otro momento rescatable y un pop bastante bobalicón que incluyen mucho uso de teclas, orquestaciones y secciones de viento (¡!) pero bastante mal utilizadas. Una de las cosas a destacar es que el sonido al menos era mas acorde con la época (a diferencia del disco anterior) pero a nivel musical en plena era de las camisas a cuadros no era una buena idea editar un disco tan experimental y sin un rumbo fijo como este. Ni siquiera Mike Patton con Faith No More se hubiera animado a tanto! Yendo a las canciones hay que decir con la hard rockera y firme First time de buen riffeo, bases y Kiske estando mas comedido pero que hacía lo suyo el disco abre bien. Una canción cumplidora pero para gente que años atrás compuso temazos como “Eagle fly free” y “I want out” por citar pocos ejemplos era bastante poco, luego llegaría el primer descalabro del disco: la marcha popera y casi discotequera de When the sinner que tengo que reconocer que no empieza mal y hasta podría haber sido mas aprovechado, pero vaya saber que fumó Kiske al momento de componerla y termina arruinando el panorama con un puente y un estribillo felizón a lo Broadway que incluyen secciones de viento que quedan como el culo. Cuando la cosa no podría empeorar mas llega la balada almibarada obligatoria de la época I Don’t Wanna Cry No More con la que parecía que querían colar un hit de la época. Un desastre que lleva la firma de Grapow junto con un solo de guitarra acústica y un escueto solo. Crazy cat pudo haber sido una buena canción en plan hard…de no ser que la sección de viento onda obra musical de Broadway otra vez sobra. Vaya a saber que fumaba Grapow en los 80’. Luego viene quizás una de las pocas canciones logradas del disco: el machaque amurallado en la epicidad de Giants donde Weikath se pone la 10 a nivel compositivo y entrega uno de los poco puntos altos del disco…aunque se pone el traje de clown en la balada felizona Windwill que da bastante vergüenza ajena. Revolution now y su onda hard rockera y con cierto regustillo Black Sabbath no esta del todo mal pero es un total despropósito que dure 8 minutos. La marcha acústica de In the night es una muy buena canción…como para Electric Light Orchestra o Grateful Dead, otro desatino que lleva la firma de Kiske. En la marcha lenta y progresiva Music parece que Grapow anduvo dándose una panzada del Queensryche del “Empire” (1990) pero otra vez la sección de viento mal colocada arruina el ambiente. En el rock casi AOR a lo Reo Speedwagon de Step out in hell aciertan con lo justo y el final llega con la marcha riffera y lenta de la muy Black Sabbath de la era de “The headless cross” (1989) y “Tyr” (1990) en I believe que no está para nada mal y tranquilamente la podría cantar Tony Martin jejeje y el cierre con la balada acústica Longing que zafa bastante y cuenta con su buena cuota de emotividad cierra un disco en cuya variedad sin rumbo fijo encuentra su mayor debilidad.
“Chameleon” al momento de su edición recibió una respuesta mucho mas negativa que “Pink bubbles go ape” y decepcionó enormemente a sus fans que esperaban que el grupo retomara la fuerza y velocidad de antaño, por lo que terminaron dándole la espalda tanto al disco como a la banda. Algo que no pasó desapercibido para Weikath que ya cansado, no solo de las insistencias creativas y de ego de Kiske, como de los constantes problemas de drogas y desvaríos mentales de Ingo terminó expulsando a los 2 a fines de ese mismo año, el segundo encontrando la muerte arrojándose a las vías de un tren en 1995. Lo que propició la llegada del cantante Andi Deris y el baterista Uli Kusch para levantar el muerto que había en Helloween, pero esa es otra historia…La reedición de “Chameleon” pese que lleva el nombre de “Remasterización” es tan solo una formalidad puesto que pese a lo disparejo del resultado Tommy Hansen hizo un buen trabajo en la producción. Para los mente abierta de siempre, con “Chameleon” tienen un pasaje a Disneyandia.
Helloween 1993
Michael Kiske: voz
Michael Weikaith: guitarra
Roland Grapow: guitarra
Marcus Grosskopf: bajo
Ingo Schwichtenberg: batería
Canciones
1 First Time (2024 Remaster)
2 When the Sinner (2024 Remaster)
3 I Don’t Wanna Cry No More (2024 Remaster)
4 Crazy Cat (2024 Remaster)
5 Giants (2024 Remaster)
6 Windmill (2024 Remaster)
7 Revolution Now (2024 Remaster)
8 In the Night (2024 Remaster)
9 Music (2024 Remaster)
10 Step Out of Hell (2024 Remaster)
11 I Believe (2024 Remaster)
12 Longing (2024 Remaster)