«Derroche de energía la que tuvimos el jueves en Bilbao»

Crónica y fotos Floopy

Rondaban las cuatro de la tarde cuando me puse de camino a la capital Vizcaína. Con seis graditos de nada y 45 min antes de la “apertura” de puertas ya había una cola interesante a la puerta de la sala Santana 27, que poco después ya daba la vuelta a la esquina. Sobre todo caras jóvenes en los primeros puestos aunque la diferencia de edades entre el publico en general era bastante amplia.
Media hora de retraso para la apertura y mucho frío hicieron que alguna persona se calentase antes de tiempo, transcurriendo el resto del evento con total puntualidad.

A las 19:00 salen a escena los suecos Twilight Force, una banda que desconocía y que consiguió cautivarme. Con una vestimenta medieval en la que aparte de ropajes y capas de la época Christian Eriksson (voz) portaba una espada, Blackwald (teclista) un bastón con una bola iluminada de mago y Lynd (guitarra) llevaba unas orejas élficas.
 Con tan solo 30 min de concierto consiguieron fascinarme lo suficiente como para quedarme con ganas de más. Simpatía, movimiento, diversión, velocidad y buenos punteos sobre el escenario algo realmente atrayente que demostraban ya desde el primer tema Battle of Arcane Might. Buen trabajo el de Wolffman, que adorna esta música de una manera increíble. Le siguió To the stars y  Riders of the Dawn, con una gran demostración de la voz de Christian, y Flight of the Sapphire Dragon. Gates of glory fue una de las que más me motivó, empezaba a apenarme por que llegase el fin de este concierto, final que llegaba a las 19:30 con The power of the ancient force, otra clara demostración de hasta donde puede llegar el tono de voz de Chris y la velocidad de los dedos de Lynd. Por supuesto gran trabajo también del resto del sexteto Born al bajo, Aerendir en la otra guitarra y De’Azsh a la batería.
Tras media hora para el cambio llegaba lo que era el momento más esperado para muchos de los que allí estaban,  Accept, que a  pesar de no ser el cabeza de cartel estoy seguro de que atraían mucha más gente que los propios cabezas de cartel. La banda mítica Alemana subió al escenario con Stampede a la guitarra de Wolf Hoffman introducía al resto de la banda en este tema hasta llegar la gran voz de Mark Tornillo. Le seguía Stalingrad y Restless and Wild, canciones con las que alguna foto salió borrosa debido a mi inevitable movimiento de cabeza por el ritmo. Fuera del foso escucho London Leatherboys, con el ambiente ya caliente, y Final Journey. Da gusto ver moverse a Peter Baltes (bajo) junto con Uwe Lulis (guitarra) y Wolf Hoffman (Guitarra), subiéndose sobre los bafles y juntándose en diferentes zonas del escenario. Otro de los temas que se ha quedado en mi mente es Princess of the Dawn con la que el publico empezó a acercarse al 100% de motivación, el batería se levanta y todos corean y llevan el ritmo con las palmas, seguimos con Fast as a Shark, en el que veo un punteo simétrico de ambas guitarras que me ha deja impactado. Otro gran tema para llegar al nirvana es Metal Heart, el cual aprovecha Christopher Williams para terminar con un pequeño pero grandioso solo de batería, para finalizar con Teutonic Terror y Balls to the Wallen la que solo al oír la primera nota ya hace que la gente se emocione, dejando en un trozo de la canción al bajo y al publico coreando. Este era ya mi tercer contacto con esta banda y sinceramente creo que por el acertado setlist, aunque de tan solo una hora, ha sido el mejor sin duda. Demuestran carácter, agresividad con su música, sus chorros de humo y sus subidas constantes a los bafles.
También era mi tercera vez con Sabaton, venían 6 meses después de ser teloneros de Scorpions,  y ya tenía muchas ganas de verlos, sinceramente más que a Accept de quienes creía que ya estaba satisfecho. Pues todo me ocurrió al revés, ahora tengo más ganas de los alemanes y menos de estos suecos. Se me hizo algo largo, he de reconocer que lo hicieron a la perfección tanto en sonido como en puesta en escena pero quizás demasiadas canciones desconocidas para mí. Antes de entrar ya se apreciaba esa decoración típica de ellos en lo que a bélico se refiere con rifles y cascos en los micrófonos y a ambos lados de la batería, que estaba algo más alta de lo normal, una red militar y lanzamisiles, incluso los técnicos llevan casco. Su vestimenta también la de costumbre, pantalones militares, camisa negra y un chaleco para Joakim (voz) que adopta varias posiciones militares dando más fuerza al espectáculo, Tommy Johansson (guitarra) tampoco para sobre el escenario y comparte miradas y vaciles con Chris Rorland (guitarra), Par Sundstrom (bajo) y Mikkey Dee (batería). Una pantalla trasera adornaba el show y en ocasiones mostraba imágenes de guerra.
Todo comienza con una intro y dos “buscaminas” sobre el escenario y para empezar con uno de mis temas favoritos Ghost Division, entrando con mucha fuerza y energía. A esta le seguían Sparta y Blood of Bannockburn. Salimos del foso para seguir escuchando Swedish Pagans, otro gran tema que todo el  público coreó. Luego The last stand y Carolus Rex. El humo en la escena no es muy intenso pero sí  continuó, sin dar tregua, siendo en ocasiones hasta molesto. Proseguían con Union, The lion fron the North y otro de los grandes temas de los alemanes: The lost battalion. Podía ver como algunas (pocas) personas abandonaban la sala, seguramente porque ya habían quedado satisfechos con la banda anterior. Mientras tanto Sabaton continuaba con Far from the fame y The final solution, tema que relajo mucho la cosa con un piano que sacaron. Después Resist and Bite, Night Witches, Winged Hussars, Primo Victoria, que era otra de las preferidas por el público, Shiroyama y To hell and back, para terminar con una hora y media de concierto y que la gente saliese con buena cara.

En fin, muy satisfecho por esta gran noche con tremendas bandas. Da gusto asistir a eventos tan bien organizados en lo que a grupos, sonido e iluminación se refiere. No habría venido mal un poco de pirotecnia pero tampoco lo he echado en falta.

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