Espectacular elenco de grupos y artistas con un formato acertadísimo por una causa noble

Crónica de Rockberto

19/02/16. Sala Cats de Madrid. Con esta es la tercera vez que voy a esta sala madrileña. Con diferencia ha sido la vez que más llena la he visto, y eso que en las pasadas ocasiones se trataba de ver a artistas internacionales. ¡Qué bien sienta decir esto!

Una vez más se demuestra que la gente cuando se la necesita cumple. El reclamo era digno de tan magno acontecimiento, proveer de comida a niños necesitados, casi nada. Hay muchas veces que te invitan a conciertos siendo un medio acreditado, pero esta vez ni se te ocurre por razones obvias.

El mérito de este festival es atribuible a David Collados, José Martos, Santi Fernández y Justo Urbano, quienes han trabajado durante más de 4 meses para llevar a cabo el evento. Deseo de todo corazón que se hayan cumplido con creces los objetivos que se marcaron al empezar a prepararlo.

Después de este obligado preámbulo, vayamos, no a lo importante que era el fin que se daba a la recaudación, sino al show.

El mismo estuvo presentado por Beatriz Rico y Óscar de Lujuria que aportaron dos maneras de presentar distintas, pero ambas reivindicativas. Bien por ellos.

Tengo que disculparme porque llegué tarde al recinto y me perdí las actuaciones de Leonor Marchesi, Topo y The Val. Una lástima, ya que me hubiese encantado ver a los tres.

Hay que decir que cada grupo tocaba tres temas, excepción hecha del artista que cerró el evento como veremos más tarde que tocó cuatro.

Llegué para oír dos temas de Atlas. El grupo del batería organizador del evento, José Martos, que junto con sus experimentados secuaces Manolo y Ángel Arias  e Ignacio Prieto forman un cuarteto demoledor que merece estar muy alto en las preferencias de los rockeros duros. Contundencia mezclada con melodía son las armas de este grupo del que en breve tendremos noticias agradables en forma de nuevo disco, o, por lo menos eso creo.

No conocía nada de Rafa Martín salvo el tema que grabó con Javier Mira en su último disco de versiones «Coverdrive», una fantástica «Dead or alive» de Bon Jovi. Salío acompañado de Manolo Arias a la guitarra y Gaby de Val a los coros y dio una lección de buen rock. Brillante.

Juanjo Melero fue el siguiente en salir. Tocó dos temas de su último disco que sonaron fantásticos, «Rebelde resistencia» y «Entre la mortadela y el caviar». Para el  tercer tema que tocó invitó al escenario a Susana Ruiz que nos dejó a todos boquiabiertos con su poderío vocal interpretando un tema de Santa Fe. Magníficos.

E iba acercándose lo que iba a ser uno de los platos fuertes. Había visto a Sherpa hace un año y pico en una sala pequeña y tenía ganas de verle en un recinto más grande. Además iba acompañado por su compinche Hermes Calabria, con lo que la mitad del mítico grupo estaba sobre las tablas. El primer tema que hizo fue «Al centro del corazón» de su disco «Guerrero en el desierto» que sonó a gloria. Pero lo que nos quedaba fue inmenso. Atacó con un tema que «no sabía si íbamos a conocer», con el particular humor que tiene José Luis. El tema era, ni más ni menos que «Siempre estáis allí» que coreó de cabo a rabo toda la sala al unísono y sonó perfecto.  Para terminar de matarnos de placer se marcó un «Concierto para ellos» espectacular, ya con todos entregados a la causa. Maravilloso.

El último en saltar al escenario fue Ramoncín, presentado por José Martos, que destacó que se había implicado desde el minuto uno en el proyecto. No tengo otra palabra para calificar el show del vallecano que «enorme». Sí, con todas las letras y en mayúsculas, le pese a quien le pese. El mini show consistió en tres temas que se extendieron a cuatro a petición directa de Óscar Lujuria, que no quería que se marchara sin cantar «Hormigón, mujeres y alcohol», su gran himno que fue recibido como se merece, como un tema icónico del rock nacional. Entre su repertorio, comenzó con un tema que a mí personalmente me enloquece, «Putney Bridge», una de esas canciones que está escrita en letras de oro en el rock nacional. De verdad que después de lo de Sherpa, no podía cerrarse la noche de una manera más acertada.

Pero, no quedó ahí la cosa. Nuevamente a petición de Óscar, varios de los participantes en el evento volvieron a subir al escenario para atacar «We will rock you» de Queen, cantado por Gaby de Val y por Ignacio Prieto de una manera fantástica.

Y llegó el final. Mencionar también que entre medias del acto se rindió un sentido homenaje a Javier Gálvez, personaje fundamental en la movida rockera de este páis, lamentablemente fallecido ya hace un tiempo.

Esperemos que volvamos a tener la ocasión de tener festivales de estas características en años venideros, y más si son por estas causas tan loables.

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