«La llama eterna y una causa por la que luchar»

Una reflexión By Crom

Compromiso.
Es más que una palabra, mucho más. En el caso del que os habla y (creo) del resto del equipo de Dioses, es nuestra bandera. Somos defensores de una fe, miembros de una raza casi extinguida, dispuesta a dedicar parte de su tiempo libre a luchar en pro de la música que amamos.
Somos Quijotes del Metal, pero no luchamos contra molinos de viento. Por desgracia, nuestros enemigos son muy reales, aunque igual de intangibles. Si tuviera que usar las tropas de Luishard contra un único enemigo, dirigiría todas las fuerzas contra la indiferencia.

Una causa.
A menudo, he reflexionado sobre si merece la pena seguir adelante; las sensaciones al ver una buena banda de Rock tocar en una sala casi vacía, cuando llego a casa cansado y sin tiempo, cuando compañeros de viaje se quedan en el camino, cuando publicamos algo y no obtenemos el feedback de vuestros comentarios, cuando realizamos concursos, regalamos cosas y no obtenemos la respuesta que esperamos… ¿Por qué seguir? ¿Por qué no disfrutar de la música sin más, y dedicar mi tiempo libre a la familia o simplemente descansar?

Los músicos.
Esa es mi razón para no cejar en el empeño, todas esas horas empleadas y sinsabores del camino… Ellos hacen que merezca la pena. Cuando descubres que los músicos están tan alejados del estereotipo de Rock Star, que además de no vivir de esto ponen dinero para que sus sueños queden plasmados en un trozo de plástico, pagando por que alguna compañía lo publique, pagando la promoción, a los medios para que se hagan eco de su trabajo. Los ves en el escenario darlo todo sin importar que toquen ante 1.000 ó 10 personas, kilometros y kilometros de carretera, tocando los fines de semana y trabajando el resto para ganarse la vida… Si ellos no merecen nuestro esfuerzo, no sé de nadie más. No soy religioso, no tengo ídolos, pero sí que tengo fe, el Metal es mi causa, ¿perdida? puede ser. Pero nosotros somos un medio libre que les brinda un escaparate para su trabajo, gratis, y creo que eso les ayuda, así lo espero.

La inercia.
Quizá os sentáis retratados al leer esta parte, quizá no, porque si estáis leyendo esto no pertenecéis, al menos, al ejército de zombies, esas personas que siguen viviendo por inercia. No, no me interpretéis mal, muchos de ellos tienen familia, trabajan, van al gimnasio, les gusta el fútbol… Son aparentemente «normales». Pero si rascas en la superficie, si ahondas un poco, te das cuenta de que su llama ya se apagó. Conozco a muchos de ellos, les encanta rememorar contigo aquellos días en que acudían a conciertos, cuando lucían pelo largo y tachuelas, cuando esperaban ansiosos la salida del nuevo disco de Judas Priest… ¿Qué ha cambiado? La falta de pelo, vale, ahora tienes responsabilidades, una familia, hipoteca, un horario de trabajo (con suerte), menos tiempo… ¿Y? Aún estás vivo, las cosas que te gustaban siguen ahí, ¿por qué renunciar a ellas?

Los metaleros.
Los aficionados a la música han cambiado, no quiero parecer el abuelo cebolleta, como diría Rob, pero es cierto que muchos de ellos apenas se mueven o están dispuestos a dedicar un esfuerzo, unos euros o, simplemente, su presencia, para apoyar la escena. Escuchan música, eso sí, pero lo hacen sin pagar, quizás sin maldad, pero sí con indolencia, porque basta pararse a pensar un poco para darse cuenta de que la música no brota sin más, hay mucho trabajo y dedicación detrás, y no digo que haya que comprar todo lo que se oye, pero sí al menos algo de lo que más te guste, si está a tu alcance. Hay muchas bandas que financian sus trabajos mediante crowfunding, echa un vistazo, por poco dinero puedes ser el mecenas de alguna buena banda, que tu nombre salga escrito en la lista de agradecimientos del libreto, así eres útil. También lo eres si acudes a sus conciertos, muchos de ellos por poco dinero y algunos gratis, implícate! La música puede no estar ahí siempre y luego todos podemos lamentarlo.

La jungla.
Dentro ya del circuito de los que apoyan el Metal, también hay un poco de todo. Gente que está en esto por imagen, por llenar un vacío en sus vidas, porque son novios/as de metaleros/as, por intereses económicos (en este «banquete de mendigos que es el rock» aún hay quien saca tajada…), personas mezquinas, desequilibradas, fieles a la causa hasta que encuentran otra… Pero, afortunadamente, hay mucha gente auténtica, más que en cualquier otra «tribu» que haya conocido, y estoy encantado de haberlas encontrado en mi camino.

Esperanza.
Así que aquí sigue Dioses del Metal, al pie del cañón; un medio libre que está al servicio de los músicos y la música, que trabaja con ilusión y sin esperar nada a cambio, quizás solo tu apoyo, lector, saber que nos lees y estás al otro lado, y desear que te guste algo de lo que escribimos y, si así lo deseas, lo expreses en palabras, solo eso.
Este barco lleva navegando años surcando los mares del Heavy Metal, Power, Thash, Progresivo, Death… Y la tripulación la componen marineros entregados, alguno venido allende los mares, de la lejana tierra hermana Argentina, otros han dejado el barco en busca de nuevas aventuras, otros vendrán, ¿te apuntas? Solo puedo ofrecerte una bandera, una causa por la que luchar, un medio donde expresarte con libertad y conocer música y músicos de todos los rincones del mundo, que no es poco; no hay paga, solo alimento para el alma, formar parte de este loco equipo y mi amistad, así como ser un nuevo Dios en la épica batalla que Luishard narra y que nos convertirá en seres de leyenda.

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