“Excelsa y sofisticada brutalidad sónica”
Crítica escrita por Luishard
Amigos de Dioses del Metal, vaya discazo que nos han lanzado los australianos (Brisbane) Aversions Crown, banda que viene dando guerra desde 2010 con mucho movimiento en su alienación. Comparando Xenocide con los anteriores Servitude (2011) y Tyrant (2014) se nota una positiva evolución en las composiciones, mucho más trabajadas y rejuveneciendo un estilo, el Deathcore, con una peculiar fama de ser algo del pasado e indigno de evolucionar.
Lo lanzaron el pasado 20 de enero bajo el sello Nuclear Blast Records, exhibiendo ante la escena el poderío y buen estado de forma de una formación que no pretende vivir del pasado y mirar atrás porque hay demasiados cadáveres en el camino.
No encuentro en el disco, como conjunto, nada “malo”, y eso que me van estilos más “melódicos”, todo lo contrario. Desde una magnífica portada con varios planos superpuestos y traslúcidos hasta un sonido más que vibrante, espectacular diría, pasando por esos doce cortes donde no hay tregua para el cerebro. Es el primer disco de la banda con Mark pero parece que lleva con ellos toda la vida, exhibiendo una voz rabiosa hasta la saciedad bien escoltada por la de Jayden, con la temperatura de horno crematorio en las cuerdas vocales y cargando cual espalda de Atlas parte del peso de las pistas, y de eso van sobradas incluyendo las interesantes letras. Sus registros parecen haber salidos del Averno, de alguna bestia que estuvieran destripando los demonios como festín.
Las guitarras son demoledoras a base de riffs de amoladora, auténtica lija de acero, y aquí quiero insistir porque son uno de los puntales de las canciones. Riffs asesinos, intrincados y feroces, no se puede pedir más. Y en cuanto a Mason a las baquetas, es un neurocirujano del doble pedal, con una intensidad sin igual. Intentaré ser más descriptivo: técnico, destructivo, abrumador, misterioso, escalofriante, devastador, plomizo, complejo, conceptual, explosivo, caótico, y aterrador, …..doce adjetivos para cada una de las doce canciones y que pueden servir para resumir lo que se siente al escucharlos. Creo que son más que suficientes para justificar ese 9 a este discazo que entra de lleno en las lista de los mejores del 2017.
Xenocide os va a proporcionar un aterrador paseo por el Hades cósmico y para ello debes prepararte a conciencia, nada de estar haciendo la digestión de las natillas. Si te consideras un Lord Deathcore, este excelente álbum debe estar entre tu colección, así que la media de mis variables a valorar en este estilo sale de 9 puntos sobre diez. Un saludo metálico a todos.
Track List
01- Void
02- Prismatic abyss
03- The soulless acolyte
04- Hybridization
05- Erebus
06- Ophiophagy
07- The oracles of existance
08- Cynical entity
09- Stillborn existence
10- Cycles of Haruspex
11- Misery
12- Odium
Formación
Mark Poida. Voz
Chris Cougan. Guitarra
Mick Jeffery. Guitarra
Jayden Mason. Batería
Escrito por Luishard
Es un gran álbum, el único pero enorme problema son los interludios excesivamente largos, lo peor es que forman parte del inicio y final de cada canción, no son tracks por separado, tan fácil que sería borrar o saltar esos interludios innecesarios, pero no, te los meten en el mismo track, resulta fastidioso hasta el hartazgo, arruina el álbum de una manera bastante considerable, entiendo que la idea de la banda o el ingeniero de audio (quien coño sea que haya tenido la genial idea) era dotar de mayor ambientación este trabajo, tomando en cuenta la temática alienígena que utiliza la banda, pero se excedieron con esos interludios, pudieron ser mucho más cortos, unos 6 o máximo 9 segundos en algunos casos, pero tan solo basta con escuchar el interludio al final de Hybridization; son 35 segundos, ¿que sucede después? Pues otros 35 segundos como interludio al inicio de una gran canción como Erebus, ¡70 segundos entre cada canción!, sólo por nombrar un ejemplo, esto se repite en casi todas los tracks que componen el álbum, no son interludios que doten de mayor ambiente o variedad este álbum, todos son interludios muy sosos y demasiado ambientales que no aportan nada, rompen abruptamente con el fantástico ritmo que lleva cada canción.
Vale tal vez este exagerando un poco ya que gracias a los tiempos en los que vivimos ya no tenemos que tragarnos toda la paja que haya decidido incluir el artista, sino te gusta una o varias canciones simplemente las eliminas y mutilas el álbum quedándote con lo que vale la pena, con este álbum me tuve que ver en la necesidad de usar un editor de audio para cortar dichos interludios, vaya que mejora bastante.
Toda la razón Alain, quita unos cuantos segundos ahí y la escucha se hace más amena, y de acuerdo contigo, un gran disco!, salud.