“Lanzamiento a la piscina”

Crítica realizada por Jose Meh

Supongo que a estas alturas ya habréis leído de todo sobre el nuevo disco de Iron Maiden. Que si es un “ñordo”, que si es una obra maestra, que si tal que si cual. Por tanto, leer una opinión más pues como que ya da igual. Pero bueno, voy a soltar la mía desde el derecho que tengo a opinar sobre si es bueno o es un truño maloliente lo que acaban de sacar unos tíos que llevan casi 40 años más que yo dedicándose a esto de la música. Y es que, poder opinar del nuevo disco de una de las bandas más grandes del mundo del Metal y que encima la gente te lea y pueda comentarte si está de acuerdo o no, no ocurre todos los días.

Viendo el pasado reciente de la banda, yo esperaba este libro de las almas con más miedo que otra cosa. Iron Maiden venían de alcanzar su punto más bajo de inspiración con el anterior The Final Frontier,  un disco que se encuentra muy lejos del buen A Matter of Life and Death de 2006, es inferior al ya irregular Dance of Death y está a años luz del soberbio Brave New World. De los clásicos no hablo porque es otro puto nivel y creo que todos lo sabemos. Aparte de eso, sus recientes directos, coreografiados hasta las trancas, transmitían cierto conformismo, como si la banda llevara el piloto automático puesto y sin intención ni necesidad de quitarlo, cosa que no me gustó demasiado.

Pero una vez nos enteramos del problema de salud de Bruce Dickinson se me enfriaron los ánimos ya que, vistas las circunstancias, tener un nuevo álbum de Maiden iba a significar una gran noticia más allá de la calidad de éste. Pero la curiosidad seguía al 1000%. Curiosidad, miedo y sí, ganas. Tal vez, en este caso, ganas y curiosidad signifiquen prácticamente lo mismo.

Pues ya lo tenemos aquí, con una portada algo sosilla, aunque me mola el Eddie rollo tribal, el doble álbum de hora y media de Iron Maiden mantiene un digno nivel. No es el mejor disco de su carrera (evidentemente, joder), ni tampoco es el mejor de la segunda etapa de Dickinson pero sí rinde a un buen nivel, teniendo en cuenta que hablamos del decimosexto álbum de una banda. Pedirles la inspiración de hace 30 años es, cuanto menos, absurdo. No se la pedimos a Judas Priest (y aún así el Redeemer fue lo suficientemente mediocre como para decepcionarme), no se la pedimos a AC/DC y no se la pediremos a Maiden. Chavales, que estos tíos rondan los sesenta años. Por muy en forma que estuvieran en sus recientes directos (que pese a lo comentado antes, lo estuvieron), estamos hablando de una banda veterana de cojones y que a día de hoy sacan lo que les queda dentro.

Y tras la parrafada, voy a beber un traguito de agua y hacer pipí antes de empezar, porque esto va pa largo. The Book of Souls abre con If Eternity Should Fail, tema de 8 minutos al que en mi opinión le sobra al menos uno y medio. Ojo, no es malo solo se pasa de minutaje, como le ocurrirá a más de uno del disco. Abre con aura misteriosa, Bruce cantando casi a capella en un arranque ciertamente oscuro y extraño, para luego romper con la típica melodía Maidenesca. Aunque ya sabemos que el disco está grabado de antes del problema del vocalista, no deja de sorprender su buen estado vocal a sus 56 años.

Más de uno que no llega a la cuarentena firmaría tener esa voz. Total, buen tema, aunque creo que habría sido más acertado abrir con uno más cañero como Speed of Light, el ya conocido single, de rollo mucho más directo y que gana con más escuchas. A mí, hoy, me tiene enganchado. The Great Unknown baja un poco el nivel, tal vez el menos inspirado del disco. La intro me suena a «autohomenaje» pero no consigo recordar de qué tema y el resto no me logra enganchar. También le sobra un minuto. Y tal vez por efecto rebote, tras el corte flojete viene la obra cumbre del disco. Me vais a perdonar la expresión, pero The Red and The Black es un puto temazo del carajo, 13 minutos redondos de nivelón, fiabilidad Steve Harris total, este mamón no falla. Ese pasaje instrumental cuando el tema se va acercando al final es oro puro. Temón y ya. Vamos alternando uno directo con otro largo, ahora toca uno directo. When the River Runs Deep nos devuelve a los Maiden primitivos y directos, sonando el tema a la época Piece of Mind (por sonido, que no por nivel). Con éstas, llegamos al ecuador del disco. Una cosa que hemos apreciado es que faltan estribillos de esos pegadizos que te obliguen a cantar cuando los escuches en directo. Maiden se han complicado algo la vida ahí y creo que eso perjudica algo la aceptación del disco entre bastante gente. Volviendo al repaso, el tema título es otra de las joyitas, 10 épicos minutos con varios cambios de ritmo, un Bruce sobresaliente, riffs variados… de todo. La cabalgada tan típica maidenesca de la mitad que deja paso al solo de guitarra… eso es amor puro. Grande.

Y lo que es el segundo CD, pues sigue manteniendo el buen nivel hasta el momento. Si bien es cierto que Shadows of the Valley suena a autoplagio por todos lados (meter ahí la misma intro que en Wasted Years ya no es auto homenaje, ¡no jodamos!) y que Tears of a Clown, pese a la buena intención que tiene (ya sabéis, está dedicada al malogrado Robin Williams), baja algo el nivel. Tenemos Death or Glory, potente y directo o la final Empire of the Clouds, el tema de 18 minutos compuesto totalmente por Bruce Dickinson y que, pese a que alarga en exceso ciertos pasajes, es una auténtica locura que merece ser descubierta poco a poco y que cada uno la aprecie a su manera, ya que tiene mil matices que se van descubriendo poco a poco.

En resumidas cuentas, Iron Maiden se lanzaron a la piscina desde mucha altura con este doble disco de 90 minutos pero por suerte había suficiente agua y evitaron (aunque por poco) lo que habría sido un hostión importante. Disco muy digno de los británicos que, pese a que los momentos de «homenaje a su carrera» me suenan a refrito total, supera claramente The Final Frontier y Dance of Death y queda cerca del A Matter of Life and Death. Brave New World sigue jugando en otra liga. Posiblemente, lo mejor del disco sea la jodidamente agradable sensación que da el hecho de estar escuchando algo nuevo de Iron Maiden tras el susto que nos dio Bruce Dickinson hace solo unos meses. Puntuación: 7/10.

Track List

Disco 1

  1. If Eternity Should Fail
  2. Speed of Light
  3. The Great Unknown
  4. The Red and the Black
  5. When the River Runs Deep
  6. The Book of Souls

 Disco 2

  1. Death or Glory
  2. Shadows of the Valley
  3. Tears of the Clown
  4. The Man of Sorrows
  5. Empire of the Clouds

Formación

  • Bruce Dickinson. Cantante
  • Dave Murray: Guitarras
  • Adrian Smith: Guitarras
  • Janick Gers:  Guitarras
  • Steve Harris: Bajo
  • Nicko Mcbrain: Batería

Oficial

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