Stormzone – Seven Sins (2015)

«Ambición sin límites»

Crítica escrita por Luishard

Amigos de Dioses del Metal, más que interesante es el trabajo que tenemos por aquí de los norirlandeses (Belfast) Stormzone, diría que rayando la ambición extrema porque es, para mi gusto, de lo mejorcito que han sacado hasta ahora. Clásico, llamaradas de la Nwobhm, bien ejecutado y encerrando mucha musicalidad, todo va suave como la seda. Pero cuidado, no de la seda “Helloween” endulzada con teclados, aquí es más natural y rasposa.

Creados en 2004, repasemos su discografía: Caught in the act (2007), Death dealer (2010), Zeto to rage (2011) y Three kings (2013), buen ritmo creativo. Un disco con mucha sustancia es Seven Sins, que lo edita el sello Metal Nation, no en vano son 12 canciones rebosantes de inspiración. Sentirás una mezcolanza de aromas Iron Maiden, Queensryche, Saxon, Riot, Vicious Rumors …, sin que sea un simple revival ni imitación barata, aquí hay Metal propio y bien conjuntado.

La portada tiene su atractivo, llena de simbolismo, ¿esa cerradura será la de la puerta de los 7 pecados capitales?. ¿O al abrirla nos saltará al cuello Bathsheba con el suave violín y parcheo creciente?, mejor esa llegada fulminante de riffeo y parches, con toques orientales y estribillo musical alquitranado. A destacar desde el primer momento a Harbinson con una actuación en alza. Buen cantante, competente, tiene una voz clara y limpia, buenos tonos, aporta mucha música y armonía a las canciones, quizás algo más de garra en algunos momentos para no caer en la tentación “empalagosa” hubiera quedado bien. Pero no nos confundamos, hay caña y de la acerada, en su justa medida.

Sonido más que bueno, bien producido. Musicalmente hablamos de Power, de Heavy, de Rock duro como la cañera Another Rainy Night, un medio tiempo que sube y baja asentado en riffs cortantes y punteo de alambrada. Si seguimos encontraremos algunos toques oscuros, algo de Groove, grandes coros, adictivos, elegantes estribillos, guitarras brillantes, con brillantes punteos, algunos con sentimiento a tope, no hay tema malo, no hay relleno, solo buenos cortes, unos mejores que otros, pero todos notables. Como la ligera Your Time has Come, que te enganchará desde el primer segundo con su armonía clásica y estribillo de ambiente ochentero.

The One That Got Away me recuerda en el inicio al estilo de Dio en We Rock, parches cadenciosos llevan la batuta para llegar a otros coros “de merengue” y dulzones. ¡Vaya batería inicial de martillo de Thor en I Know Your Pain!, pero es que esas guitarras “maidenianas” no se quedan atrás, un corte imponente que te gustará por pelotas. Y llegamos a la pista homónima, Seven Sins, que comienza suave, casi mesiánica, muy Iron, la voz ganando fuerza, los instrumentos se van sumando al momento de la explosión musical, sobre todo las guitarras, que sacan junto con la entonación de Harb, momentos memorables.

Arreglos de tormenta, pasos, grito de chica desvalida y……You’re Not the Same, es mucho más veloz y cañera, lo cual se agradece, cede empalago y aumenta la garra, lleva cierto tipicidad escandinava en el estribillo pero es enérgico y esa ralentización del tempo a dos tercios del final seguido de salvaje solo posterior, engancha. Raise Knife se oscurece con aires Queensrÿche, más profunda y coros grandiosos, muy de otros tiempos. Abandoned Souls llega con preparación cuasi speedica, un corte fulgurante y arrollador.

Arpegios acústicos y caña eléctrica en el inicio de Special Brew, otra que suena sobremanera a Doncella de Hierro al comienzo, deslizándose hacia una apuesta más seductora y propia. Vamos finalizando con la clásica Master of Sorrow, una montaña rusa de tempos creando un buen contraste y la soñolienta Born of the Dammed que despierta en plan himno y que pone broche de plata a este trabajo.

Disco de Metal melódico altamente recomendable. Con momentos estelares, intensos y con poderío, así que la media de mis variables a valorar en este estilo sale de 8,25 puntos sobre diez. Un saludo metálico a todos.