Hellripper – Coagulating darkness (2017)

¨El infierno tan temido¨

Por Christian Darchez

Detrás de este nombre tan ridículo (Hellripper,¨destripador infernal¨, bueno los hay peores) se oculta el proyecto unipersonal de James McBain, un escocés de apenas 22 años que un día tras descubrir a bandas como Bathory, Celtic Frost y Possessed en su etapa seminal de Metal extremo, el Speed Metal de Avenger, Agent Steel y Anvil (la tripe A) y un poco del Metal de Judas y ,por que no, Iron Maiden, decidió darle forma a este proyecto.

Al escuchar este Coagulating darkness se entiende del por que tantos elogios en la prensa especializada, el disco no solo remite mucho a las bandas citadas sino también en tiempo y lugar. ¿A que voy con esto?, con que el trabajo tranquilamente se puede ubicar en 86’/87 (periodo en los cuales McBain no estaba ni en los planes de los padres, ya que seguro ni se conocían) cuando Qorthon o Tom C Warrior batallaban en el under escandinavo, por lo que el material se muestra puramente revivalista y de esos que tanto encandilan al metalero al uso y al crítico dispuesto a tirarle flores a cualquier cosa que suene de manera siendo que en los 80’ muchas buenas bandas fueron ignoradas por ellos. Recuerdo muy bien cuando en las revistas leía como los críticos les exigían a las bandas ¨originalidad e innovación¨…como cambiaron los tiempos!.

Coagulating darkness, debut de este ¨prodigio¨ musical tras un EP y varios Split, se mete de lleno en el Speed Metal ennegrecido y épico por momentos con toques clásicos de Metal y si bien se muestra ganchero y con buenos riffs, el gran inconveniente del disco no solo es el clima primitivo y revival carente de frescura, sino que McBain cometió una inocentada propia de muchos músicos jóvenes: hoy cualquiera que quiera sentirse multiinstrumentista (como en este caso) sentado en su casa con una guitarra y una PC se pone a grabar unos riffs, frasesos, melodías, solos y escalas a los cuales luego con algún programa le insertan las bases rítmicas (y el bajo también, si la pereza así lo demanda) descargadas desde la web, por lo que después las voces mediante Copy/Paste van en las pistas.

Esto puede resultar útil para algunas canciones y así se reduce el tiempo entre mezcla y grabación, mas si se quiere grabar un EP. Pero al parecer McBain usó esta modalidad en TODO el disco por que las bases suenan genéricas, repetitivas y planas algo que termina repercutiendo en la estructura de las canciones. Y si de las canciones hablamos no voy a negar que la furia riffera y proto blacker a toda velocidad como “Bastards of hades”, “Within the everlasting hellfire” y “Black invocation” (que títulos tan originales) más allá de que McBain cante convincentemente en los guturales y suenen potentes, se parecen demasiado entre si y cuesta horrores distinguir cual riff pertenece cada canción y es algo que se prolonga en todo el disco. Los apenas 26 minutos que dura se hacen eternos y me da para pensar que la próxima no vendría mal probar con un EP o llamar a algunos amigos que le den una mano con las bases. La máquina nunca le va a ganar al hombre.

Como ya vengo diciendo en la reseña, el sonido es puramente primitivo y está en sintonía con la música, coherencia hay, lo admito. Estaría mintiendo si digo que el disco es un desastre, cosa que no lo es para nada. Pero el problema no solo es el desgaste que provocó esta ola revival que nos viene golpeando cual huracán Irma, sino las inocentadas que se mandó en el armado de las canciones. Por lo que nuevamente a las reseñas de discos como este Coagulating darkness hay que bajarlas a la tierra, no se trata de un disco fresco ni altamente creativo a tal punto que una de ellas rezaba que ¨es horas de construir un altar y adorar a esta nueva deidad¨…si bien nunca fui un tipo religioso (aunque encanta llevar cruces) creo que la biblia decía algo sobre ¨no adorar a falsos profetas¨. Solo para recién iniciados.