Nueva sección en la que desglosaremos año a año lo que sucedió en el mundo del rock and roll y en el mundo en general. Comenzamos con 1981, un buen año para nuestra música.
Escrito por Rockberto.
¡¡¡Gran año para el rock duro!!!
Se avecinaban una serie de acontecimientos que marcarían los años venideros tanto en nuestro país como en el mundo.
El 20 de enero de ese año toma posesión de su cargo el primer actor en convertirse en presidente de los Estado Unidos, Ronald Reagan, que un par de meses después sería objetivo de un atentado fallido.
Mientras, aquí, Adolfo Suárez dimitía y unos días más tarde se produjo el golpe de estado que intentó sesgar los recién estrenado derechos de nuestra democracia.
Ese año también fue el principio de la Ley del Divorcio.
El 1 de agosto comenzó a emitir la MTV que tantos momentos buenos nos entregó en sus primeros años de vida, con la transmisión del vídeo de The Buggles «Vídeo killed the radio star».
En cuanto a música se refiere, 1981 fue un año muy interesante. Ese año vio nacer a dos de las bandas más grandes que ha dado el Heavy Metal en toda su historia.
Una fue Metallica, que comenzaban su andadura llena de éxitos y también, por qué no decirlo, altibajos.
La otra eran Mötley Crüe, uno de los grupos más controvertidos de la música rock en toda su historia, pero también una de esas bandas que cada cierto tiempo nos regalaban un gran disco. Con Hetfield, Sixx y compañía haciendo ya de las suyas, también empezaban su singladura musical formaciones tan recomendables como Pantera, en un principio, dedicados a un hard glam rock que no les llevó a ninguna parte, pero que después se apuntaron en los 90 al incipiente movimiento metálico que les llevó a «reinventar el metal».
Anthrax fue otro de los grupos que fueron fundamentales unos años después en el ámbito del recién nacido thrash metal, que vivió una época dorada con ellos, los propios Metallica y Megadeth, entre otros.
Jeff Keith y sus Tesla echaban a andar con su inclasificable y original estilo que nos dio discos como «Mechanical resonance» o el gran «The great radio controversy».
Queensryche estaban a punto de sorprender al mundo con su primer Ep y esa gran voz que poseía Geoff Tate.
En 1981, AC/DC pasaban una dura reválida, conseguir emular su increíble éxito con «Back In Black» y anteriormente, con «Highway to Hell». Con estos precedentes se presentó «For those about to rock», un fantástico disco que, sin embargo no llegó al nivel de sus predecesoras, y eso que se le considera uno de los álbumes clásicos de los de Young.
Accept apuntaban ya el potencial que atesoraba la conjunción de un grupo de músicos enganchados a una causa, el heavy Metal. «Breaker» no se puede decir que sea un clásico, pero sí el comienzo de algo grande.
Anvil comenzaba a tejer su eterna tela de grupo maldito con «Hard n’ Heavy».
En España algo estaba pasando también. La situación socio política española propició una escena contestataria que fue un gran caldo de cultivo para una camada de grandes grupos que con la dictadura recién caducada no hubiesen tenido ninguna oportunidad por su carácter netamente reivindicativo.
De esta manera, en 1981 publicaron su primer disco los dos iconos metálicos de la época. Por un lado, Barón Rojo, con los hermanos De Castro, Sherpa y Hermes, facturaban un disco debut tremendo, con temas que son bandera de nuestro rock como el que da título al disco, «Larga vida al rock and roll», «Barón Rojo» o la imprescindible «El pobre».
Por otra parte Obús publicaban «Prepárate», excelente debut de una banda que los medios y, a veces ellos mismos, siempre pusieron en contraposición a los Barones. En el disco había temas tan potentes como la que titula el álbum, «Pesadilla nuclear» o la cachonda «Yo sólo lo hago en mi moto».
Volviendo al plano internacional, Black Sabbath publicaban muevo disco con Ronnie James Dio a la voz, viviendo una segunda etapa de gloria con el cantante después de que Ozzy pegase la espantada. «Mob rules» fue una bomba que nos avisaba de que, a pesar de que el Madman ya no estaba en el barco, el grupo, liderado como siempre, por Tony Iommi seguía en una forma descomunal.
En Inglaterra, unos pipiolos que se hacían llamar Def Leppard publicaban su segundo LP titulado «High and dry» sorprendiendo a todo el mundo por la frescura que desprendía y por esos fantásticos coros que más tarde les encumbrarian mundialmente.
En el ámbito cinematográfico también se intentaba aprovechar el filón de un estilo de música como el heavy rock. Con una banda sonora en la que se podía encontrar a gente como Black Sabbath, Grand Funk Railroad, Nazareth o Sammy Hagar, «Heavy Metal» tuvo una aceptable acogida , acrecentada por la recepción que le dispensó el público metalero, muy numeroso en esos años. Se trataba de una película de animación dirigida por Gerald Potterton.
Iron Maiden publicaron dos discos. «Killers», su segundo trabajo y último con el gran Paul Di Anno, fue la confirmación de los buenos presagios que apuntaban a algo muy grande con su primer vinilo. La mejora en la producción fue evidente, con la incorporación de Martín Birch, famoso por haber producido ya a Deep Purple. En general el disco era más oscuro que su predecesor, pero poseía una coherencia a lo largo del mismo de la que carecía su disco homónimo. Además, Eddie hacia su aparición por segunda vez de la mano de Derek Riggs.
Por si este disco fuera poco, también se editó un Ep en directo grabado en Japón titulado «Maiden Japan» con cuatro temas, incluido «Killers», imprescindible para los fans de la banda.
(CONTINUARÁ)