“Un espíritu de media elevación”
Reseña de Christian Dárchez
Cuando enteramos de la noticia de la lamentable muerte del guitarrista William Tsamis a los 60 años a causa de un paro cardiaco muchos creímos que la carrera de su máxima creación Warlord estaba mas que cerrada, y encima había dejado a la innecesaria regrabación de temas clásicos de la banda “The Hunt of Damien” (2015) como ultimo testamento en vida. La verdad que un pionero como Tsamis que junto a su banda fue una de las pioneras en el metal progresivo pero que nunca ha sido reconocida como tal (hasta en la web Metallum los describen como Heavy/Power. Nada mas alejado de la realidad) merecía una mejor despedida. Pero afortunadamente está el baterista Mark Zonder, miembro cofundador de la banda junto a Tsamis para continuar el legado de su compañero caído. Una decisión que no fue muy buen vista por los fans mas antiguos del grupo, pero que al menos yo sinceramente veo bastante idónea; rearmó el grupo (aunque el cantante griego Nicolas Leptos no es de la partida) y se puso a trabajar en el nuevo trabajo del grupo. Finalmente tenemos el nuevo trabajo de Warlord y aunque es una de mis bandas favoritas debo bajarlo a la tierra con respecto a los comentarios altamente exagerados hacia el ya que está muy lejos de ser la maravilla se menciona por ahí, pero si representa un buen disco y del que seguro Tsamis estaría más que orgulloso.
“Free spirit soar”, quinto disco de los americanos Warlord, se aleja por completo de la faceta moderna del sonido más actual de “The holy empire” (2013) para ofrecer un trabajo que tranquilamente podría haber sido el sucesor de “And the cannons of destruction has begun” (1984) o sea ese metal progresivo de matices clásicas y épicas al mismo tiempo con mucha melodía tanto de las guitarras como de teclados tanto incidentales como de acompañamiento aunque sin tanta producción y con un sonido más austero. Algo que podría haber quedado bien en 1986 o 1987, pero en pleno 2024 suena anacrónico y mas cuando en 2002 actualizaron muy bien la propuesta con “Rising out the ashes”, disco de regreso con Joacim Cans (Hammerfall) en las voces y con el ya mencionado “The holy empire”, el sonido de este “Free spirit soar” queda en off side. ¿El malo esto? No, para nada, el disco aún así tiene sus virtudes y si bien el comienzo con Behold a pale horse es bastante prometedor sus casi 8 minutos se vuelven cansinos y displicentes lo mejor llega con canciones como la movida y épica The rider donde el cantante neozelandés Giles Lavery empieza a mostrar sus cualidades vocales muy acordes a la propuesta con entonaciones mas agudas y jugadas, pasando por la veloz y emocionante Conquerors (mi gran favorita del disco) donde el guitarrista Eric Juris también se destapa y aprueba muy bien con el lugar de privilegio que le tocó ocupar mostrando un muy gusto por las melodías. La vena progreta y épica se dan la mano en la cadenciada Worms of the earth donde también el tecladista Jimmy Waldo (Alcatrazz) toma un poco mas de protagonismo mas que acompañar y hacer de colchón. La movidita The watchman aunque tiene un trabajo excepcional de Zonder y sus rulos de batería le faltó un poco mas de potencia para no sonar endebles, siendo Waldo que saca las papas del fuego con un gran solo de teclas. La canción homónima del disco por suerte arregla un poco el palo anterior con un tema con bastante intrincamiento progreta. The bell tolls le agrega potencia extra con un medio tiempo riffero y mucha presencia de teclas y el ataque metalero de Alarm no se queda atrás. Para el final tenemos a Twin de lo mas flojo del disco y los 7 minutos de la cambiante y muy progresiva Revelation XIX cuya alguna que otra melodía me recordó a “The clansman” quizás uno de los mejores temas del terriblemente flojo “Virtual XI” (1998) de Iron Maiden; al tema no le falta nada: melodía a raudales, guitarras limpias y teclas tanto de acompañamiento como marcando los tempos, bases rítmicas intrincadas y Lavery dejándolo todo con su interpretación. Muy buena elección para cerrar el disco.
La producción de corte retro para trazar un paralelismo con el legado de Tsamis dentro de todo fue noble, por ende en muy pocas partes el exceso de melodía le da paso a la distorsión, algo que si bien favoreció al resto de los instrumentos, eso le restó bastante potencia. Y la referencia no queda ahí puesto que la portada tranquilamente podría haber salido por esa época. Tal vez con un sonido mas acorde a los tiempos que corren podría sumarme a la avalancha de elogios pero tengo que ser sincero y decir que Warlord (o mejor dicho Zonder) ya vivió esa época y el mejor homenaje hubiera sido actualizar el sonido. De todos modos estamos ante un buen disco que tiene sus virtudes y esta a la altura de lo que semejante nombre representa. Va a ser interesante ver y escuchar como Zonder sigue ese legado de ahora en más.
Warlord
Giles Lavery: voz
Eric Juris: guitarra
Jimmy Waldo: teclados
Phillip Bynoe: bajo
Mark Zonder: batería
Canciones
Behold A Pale Horse
The Rider
Conquerors
Worms of the Earth
The Watchman
Free Spirit Soar
The Bell Tolls
Alarm
Twin
Revelation XIX