“Tiempo perdido”

Reseña de Christian Dárhchez

Como suele ocurrirle (salvo honradas excepciones) a las bandas que alguna vez albergaron a algún músico que luego vió las mieles del exito o en menor medida la notoriedad en alguna otra banda o como solista, los brasileños Viper nunca pudieron sacarse del todo el estigma de ser “La primera banda de…” y en este caso la del fallecido y muy llorado André Matos. Haciendo un poco de historia la banda se formó allá por 1985 en la ciudad de Sao Paulo bajo la iniciativa de los hermanos el guitarrista  Yves y el bajista Pit Passarell al que pronto se les unirían un jovencísimo André Matos a la voz, el guitarrista Felipe Machado y el baterista Cassio Audi; no tardaron mucho en grabar sus 2 primeros demos ese mismo año al mismo tiempo que tocaban en su ciudad natal. No fue hasta 2 años después que llegaría su debut “Soldiers of sunrise” (1987) de un Heavy/Power muy acelerado con un Matos aún verde pero que ya mostraba aptitudes que luego explotaría en la década siguiente, seguido del clásico y celebrado “Theatre of fate” (1989) con el cual adquirieron una buena base de fans sobre todo en Japón donde ademas de colarse en las lista vendieron su buena cantidad de discos. Pero ya en 1990 recibieron el primer golpe cuando André Matos y Cassio Audi deciden abandonar la banda, el primero obviamente con el fin de formar Angra; algo que pese a todo no desanimó a Viper que en lugar de buscar un reemplazo para la voz proclamaron un “Pit ve al micrófono”. Una decisión bastante apresurada y arriesgada puesto que Pit debió llenar unos zapatos muy grandes, algo que se notó en “Evolution” (1992) pero que aún en lo limitado de su rango el disco mas o menos mantenía el tipo de sus predecesores, cual no solo les sirvió para seguir en actividad sino para telonear a Metallica en su gira brasileña en 2 ocasiones. Sin embargo a mediados de los 90’ cuando las cosas se pusieron mas que bravas para el metal (historia hartas veces contada) Viper también fue alcanzado por aquella calamidad con la edición de los desconcertantes “Coma rage” (1995) un flojo intento por acoplarse a la época del groove y las voces violentas y el Ska/Hardcore/Punk a lo Cólera, Ratos De Porao y Os Paralamas de “Tem pra todo mundo” (1996); discos que como era de esperarse no fueron muy del agrado de la prensa y de los fans de aquel entonces. Tal vez el rechazo hacia ambos discos dado lo alejadisimos que estaban de lo que había sido el grupo a fines de los 80’ y principios de los 90’, el grupo decidió separarse a finales de 1996. Tuvieron que pasar unos 11 años para que el grupo volviera a la actividad ya sin Yves Passarell y con el cantante Ricardo Bocchi con quien editan “All my life” (2007) un disco donde también regresa el sonido clásico del grupo, pero sorpresivamente un año después Viper se llama otra vez a silencio aunque dieron señales de vida con disco en vivo/DVD “To Live Again – Live in São Paulo” (2015) con la histórica participación de Andre Matos nuevamente en la voz después de 25 años. Este año la banda está de vuelta tras 16 años sin material nuevo y lo cierto es que con discos como este, poco puede hacerse para sacar a Viper del coma creativo (y no precisamente rabioso) que parece yacer.

“Timeless”, séptimo disco de los brasileños Viper, presenta a una banda con una crisis de identidad y esquizofrenia creativa severa. Tan así es que “Timeless” parece ser el resultado de una aventura internauta de Felipe Machado y Pit Passarell (Únicos miembros de primera hora) que convencidos de que la onda Heavy/Power la tienen mas que dominada (Lo cual es así) se pusieron a bucear en YouTube y precisamente en los comentarios de temas de “Tem pra todo mundo” en los que la gente hoy aprecia el disco mas por nostalgia (“Me recuerda a mi adolescencia”) y decidieron revisitar esa tendencia, lo cual difiere bastante de un proceso compositivo per se. Y es una verdadera lástima porque “Timeless” tiene un comienzo fenomenal como es la velocidad a toda marcha de Under the sun (Que cuenta con una intro de batería a lo “Painkiller” de ya saben quienes) aunque el recurso de repetir el nombre del tema en el estribillo no es muy de mi agrado (Salvo que seas Anvil, rara vez funciona) seguido de la cambiante Freedom of speech con una letra que se expresa favor de la libertad de expresión y la velocidad machacante de la canción homónima del disco son temas 100% Viper que están muy en sintonía no solo con sus primeros trabajos sino que son sucedáneos elocuentes de “All my life” y el nuevo cantante Leandro Caçoilo sorprende con un muy buen rango vocal bien Power. Pero a partir de The android es donde empieza la debacle total: a ver, no tengo nada en contra del Hardcore ni del Punk (De hecho quien escribe una vez tocó en una banda Punk, dato inútil ya lo se!) pero si empiezas un disco en un estilo en particular hay que tener en cuenta una cosa: no puedes saltar de un extremo a otro a no ser que lo integres a tu estilo para darle cohesión al resultado final como lo hizo Prong en su disco de covers “Songs from the black hole” (2015), cosa que acá no pasa. La canción no está mal, eso si, y tiene su potencia pero para eso prefiero directamente escuchar a bandas de ese estilo. Lo mismo ocurre con los insufribles casi 10 minutos de The war donde no faltan aceleraciones “tupa tupa”, notas de quinta y bajadas de velocidad con versos que le calzan mejor a The Offspring o NOFX. Green Day es una banda que nunca llamó demasiado mi atención pero aún cuando tuvieron pretensiones grandilocuentes como en “American idiot” (2004) y “21st Century Breakdown” (2009) no llegaron jamás al nivel del ridículo como Viper en la marchosa Angel heart y su pobre intento de sonar hitera y facilista. Justo cuando creímos habernos librado de tanto “One, two, three, four!” en Light in the dark con la vuelta de la melodía power, la velocidad, el machaque y a Caçoilo cantando otra vez con orgullo guerrero, de una feroz bofetada con el Pop y Punk Echoes in the mirror nos devuelve a la triste realidad de una banda queriendo ser Blink 182 y luego con Punk y Reggae de Vit righta parecen querer homenajear a Bad Brains pero mas que un tributo termina siendo siendo una falta de respeto, tanto para los americanos como para ellos mismos. Si creen que eso es todo déjenme decirles que aún hay mas, todavía falta uno de los mayores papelones del disco: la horrible Thais y su marcha acústica a lo Os Paralamas (Tampoco tengo nada contra ellos) en el que incluyen una voz femenina con cámaras de eco y que estoy seguro de que ni Herbert Vianna se animaría a componer y cantar una canción tan pedorra. El final de la tortura llega con un Reality  un instrumental que ya a estas alturas con el desastre que ha hecho el grupo (al menos para mi) ni corta ni pincha.

La producción del disco (al igual que su comienzo) es de lo poco rescatable: cristalina y sin ningún tipo de impurezas donde al menos hay equilibrio de sonido en los instrumentos. ¡Al menos en eso si hay equilibrio! Ante todo lo que ya he dicho en la reseña me gustaría agregar y mencionar el brutal desperdicio que la banda hace con Caçoilo al ponerlo a cantar ese tipo de material, es como tener una Ferrari y usarla solamente para comprar el pan en la tienda de la esquina. Me cuesta muchísimo recomendarlo abiertamente pero se que hay publico para todo y por eso puedo entender que haya gente que va a gustarle. A principios de este año Shaman (Otra ex banda de Andre Matos) tal vez desanimados por la poca respuesta de “Rescue” del año pasado y aún acongojados por la perdida de Matos anunciaron su separación definitiva; con esto no digo que Machado y Passarell deban tomar ya misma dicha decisión, pero si es bueno considerar esa idea antes que pasos en falso como este “Timeless” se repitan…

Viper

Leandro Caçoilo: voz

Felipe Machado: guitarra

Kiko Shred: guitarra

Pit Passarell: bajo

Guilherme Martin: batería

 

Canciones

1.Under the Sun

2.Freedom of Speech

3.Timeless

4.The Android

5.The War

6.Angel Heart

7.Light in the Dark

8.Echoes in the Mirror

9.Vit Righta

10.Thais

11.Reality

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