«Cuando lances tus runas al aire necesitarás toda la sabiduría de The Order of Israfel para poder descifrarlas.»
Crítica escrita por Luishard
Amigos de Dioses del Metal, tenemos aquí el primer trabajo de una banda de la cuidad sueca de Gotemburgo que respira el Doom Metal como pocas, The Order of Israfel, nacida en 2012 de la mano de Tom Sutton y Patrik Andersson Winberg. Su primer álbum, “Wisdom”, ha sido lanzado al mar de plomo por el sello austriaco Napalm Records el pasado 29 de Agosto. Dadas las buenas expectativas levantadas, tiene previsto comenzar el día 9 de Septiembre una gira europea en Berlín para finalizar el 3 de Octubre en París, recorriendo Holanda, Bélgica, Reino Unido, Suecia y Austria. Siento decir a sus seguidores que no tienen previsto pasar por España.
Es un trabajo extenso, pues a lo largo de casi una hora y cinco minutos se distribuyen nueve temas, ocho en la versión en vinilo puesto que no incluye “The Order”, que derrochan por doquier un candente Doom clásico, meciéndose en un potente Hard Rock con ligeros toques de Stoner. El paisaje que se nos presenta es un continuo ritmo de plomo abrasador arropado por guitarras, a veces excesivamente denso para mi gusto, sobre todo en las canciones más largas. No voy a negar que hay momentos memorables, pero estos se me antojan escasos, a pesar de que la concepción del conjunto es buena.
Como aspectos que menos me han gustado son los innumerables riffs pesados que enmascaran a una batería que está pidiendo a truenos retumbar más, la voz de Tom se me antoja por momentos muy mesiánica y el excesivo minutaje de las canciones, con cinco temas que van por encima de los ocho minutos, con uno que incluso sobrepasa los quince. De todas formas he de deciros que estoy seguro que en sus comienzos Ozzy Osbourne hubiera alucinado con esta “Sabiduría” y que este trabajo solo puede ser realmente disfrutado por auténticos adoradores del Doom.
La portada presenta una luminosidad mate y predominan los elementos vegetales y líneas distribuidas en un ordenado caos, con un primer plano del ángel Israfel observando hacia lo alto una representación diabólica. Es decir, es lo que nos espera musicalmente hablando expresado en imágenes.
Para autosugestionarme enciendo unas velas e incienso en mi cueva del metal, extiendo la piel de oso sintética, recuerdo de mis viajes a los fiordos y lanzo al aire mis runas talladas en hueso de morsa. Empieza Wisdom con sutiles acordes de guitarra, hasta que en poco más de un minuto resuenan todos los instrumentos en un ritmo plomizo y profundo como pocos. Esto es una constante a lo largo de sus nueve minutos y medio, tiempo más que suficiente para dejar volar la imaginación y acostumbrar los ojos a la penumbra. Las runas están el en aire con The Black Wings a Demon, tema más fluido pero que sigue conservando ese toque de pesadez con buenas y potentes guitarras que acompañan hasta el final. Lo más llamativo ha sido escuchar como al mando del vocalista los distintos instrumentos se van contestando sucesivamente, sin duda es de las que más me han llegado.
Estas continúan en el aire cuando interpreto The Noctuus, excesivamente pausada. Tenemos que tomarla con calma puesto que hay que esperar hasta los eternos 5´15” para que empiece la canción propiamente dicha, eso sí, con fuerza y garra. Sigo sin entender el porqué de este repetitivo detalle dado que con menos tiempo se conseguiría la misma atmósfera agobiante.
El tema The Earth Will Deliver What Heaven Desires parece el discurso alucinado de algún hechicero del lugar, acordes de guitarra con tintes étnicos y coros en la obscuridad. Hasta el 2´55” no se rompe el encanto y empezamos a escuchar instrumentos, terminando de la misma forma como empezó, soñolienta. The Order es una rareza en el disco porque dura 1´25”, una lástima porque el ritmo elegido y letra hubieran dado mucho más de si y ayudarían a despertarnos del trance. Vuela Born For War, repitiendo esquemas de pesadez y profundidad, aunque más sugestivo que las anteriores por los estribillos desplegados y los solos de guitarra.
Con promesas de futuro empieza Promises Made To The Herat, el tema más largo con más de quince minutos, toda una eternidad. Pero como malas promesas, se las lleva el viento y es de las que menos me han llegado, porque hasta prácticamente el final no se altera el ritmo con color, sabor y olor a plomo. Vuela la penúltima runa con The Vow, comenzando con una parrafada de Tom, quizás leyendo algún pasaje oculto de un nigromante, al estilo de Bruce en The Number of the Beast, claro que ahora dura la totalidad del tema, 3´09” minutos y sin instrumentos de por medio, realmente agotador. Y todas ya desplegadas sobre la piel de oso con Morning Sun (Satanás), que en cuanto es capaz de sacudirse todos los estereotipos utilizados en la hora anterior vuelve a gustarme, un buen final de disco con sabor a hueso.
Me quedo pensativo entre la bruma provocada por el exceso de humo, observo detenidamente las runas y llego a la conclusión de que no tengo ni idea que me quieren decir, por lo que no me facilitan la tarea de puntuar este difícil trabajo. No son de mi estilo, demasiado conceptual para mis afilados tímpanos, pero tengo que reconocer que hará las delicias de los seguidores del género, además tengo a la Parca soplándome la nota en la oreja, por lo que sería temerario bajarla de un 7 sobre diez puntos que es lo que finalmente creo les corresponde. Un saludo metálico a todos.
Tracklist:
- Wisdom
- The Black Wings A Demon
- The Noctuus
- The Earth Will Deliver What Heaven Desires
- The Order
- Born For War
- Promises Made To The Earth
- The Vow
- Morning Sun (Satanas)
Componentes:
- Tom Sutton. Vocalista y guitarra
- Staffan Björck. Guitarra
- Patrik Andersson Winberg. Bajo
- Hans Lilja. Batería