Calificación: 7/10 Género: comedia
“Los relampamigos están de vuelta”
Reseña de Christian Dárchez
Nunca fui muy fan del humor de Seth McFarlane (De hecho «Padre de familia» y «American dad» me aburrieron enseguida) pero con la primera de «Ted» (2012) llegó a su pico máximo de creatividad en materia de humor con la parodia fumona y borracha de «Alf» que hizo reír a carcajadas al público que respondió muy bien en la taquilla recaudando casi 600 millones de dólares, una bestialidad teniendo en cuenta que su presupuesto fue apenas de 66 millones. Engolosinado con dicho éxito el bueno de McFarlane se despachó con “A Million Ways to Die in the West” (2014) un film horrendo que no hizo reír a casi nadie y aunque recuperó el presupuesto invertido fue un desastre en la taquilla. En «Ted 2» (2015) sufrió el mismo déficit creativo y no se le cayeron muchas ideas y terminó siendo un rejunte de chistes repetitivos y no gustó tanto como la primera pese a que no le fue mal en la taquilla recaudó mucho menos que la primera, algo que terminó sepultando la idea de una tercera parte. ¿Solución? dejar pasar el tiempo y sumarse a la moda de las series a modo de secuela pero en esta oportunidad McFarlane optó por el camino de la precuela. ¿El resultado? Si bien no descolla como dicen por ahí los que extrañaban al oso fumeta si es un buen regreso del personaje.
La serie nos cuenta cuando John Bennet (que en las pelis fue encarnado por Mark Wahlberg) tenía 16 años y era más boludo que el agua de los fideos donde Ted ya de entrada le daba consejos bastante dudosos y lo ponía muchas veces en situaciones bastante incomodas y graciosas. Los primeros 3 capítulos da la sensación de que McFarlane está en piloto automático y son bastante aburridos con muy pocos chistes que funcionan pero a partir del 4 la cosa levanta mucho mas en materia de humor. Los puntos a favor de la serie están en la animación de Ted que aunque sabemos que está hecho con CGI al mismo se lo ve muy real, seguido del reparto “humano” integrado por Max Buckholder como el John Bennet adolescente y sus padres encarnados por Alanna Ubach y Scott Grimes que también tienen muy buenos momentos humorísticos. Hasta llegar quizás al mayor aspecto negativo: la inclusión de Blaire, la prima de John que en pleno 1993 (en la que se ambienta la serie) se expresa como una progre actual en una década donde tanto adolescentes como los recién entrados en los 20 creían que bandas como Nirvana, Alice In Chains y Soundgarden comprendían su angustia. Obviamente la actriz Giorgia Whigham no tuvo la culpa de esto (quiero creer que no) e hizo un muy buen trabajo pero su personaje es totalmente irritante y hasta tiene más tiempo en pantalla que el mismo Ted o John con sus diálogos que son panfletos de esos que hoy puedes encontrar hoy en las redes sociales en los que siempre quiere tener la razón. No se entiende que quiso hacer McFarlane con Blaire y si pretendía mofarse del contenido woke de Hollywood y de las series de Netflix debo decir que la pifió bastante feo, o a lo mejor le tuvo miedo a los hípsters de Twitter, quien sabe. Aunque después del 4 capitulo donde los chistes funcionan mejor, al menos como serie precuela parece una excusa mas para reírse de chistes fumones y de masturbación porque no te enteras mucho del pasado de John y Ted salvo cuando ambos conocen a la “maría”, pero dentro de todo los 7 capitulos son bastante variopintos y si bien no todos nos reimos de lo mismo bajo esa premisa hay para todos los gustos.
En definitiva, la serie representa un buen regreso del oso fumeta y aunque los 7 capítulos me dejaron con ganas de mas eso es buena señal y me hacen esperar una segunda temporada. Recomendada para los que quieran reírse un poco jejeje.