«Por fin un concierto en directo en condiciones»

Por Rockberto

Por fin un concierto con unas condiciones parecidas a las de antes de la  pandemia, gente de pie, disfrutando de un show de una manera natural, como debe ser. Sí es cierto que hubo gente que no cumplió las medidas de seguridad que se  anunciaban en la puerta de la sala, no poniéndose en ningún momento la mascarilla, pero bueno.
En lo estrictamente musical que es lo que verdaderamente me importa no pude sentirme más a gusto en el show de Mafia. Lo he dicho mil veces y no me cansaré de decirlo, Star Mafia Boy y su banda tienen uno de los directos más incendiarios de nuestro país. Sí a esto se le añade un público entregadísimo, la combinación es la ideal.
Con un «sold out» a pesar de que a última hora se aumentó el aforo de la sala, entramos para ver el show. Ambiente de gala con muchas caras conocidas y otras nuevas (cuanto se necesitan estas últimas).
Sobre las 21:30 aproximadamente empiezan a sonar las primeras notas. Esta vez decidí disfrutar del concierto y no estar apuntando los temas que sonaron, por lo que no voy a hacer una crónica precisa en cuanto al set list. Lo que sí puedo decir es que Mafia ha conseguido confeccionar un show completo de una hora de duración en el que no hay un solo altibajo.En el suenan parte de sus mejores temas más un par de versiones asiduas en sus conciertos («Born to loose» y «21th century boy»), siendo para mí lo más 
destacable su propia discografía, a pesar de que las cover son clasicazos. ¿Por qué? Pues, porque, aunque alguien me tache de insensato por lo que voy a decir, me parece que están a la altura de esos clásicos.
Y eso que en el tintero se deja infinidad de temas con los que podría llenar otro concierto de la misma duración. Pero no podemos quejarnos, sonaron canciones tan redondas como «Laberinto de pasión», «Killerkool», «Entre cristales rotos» o «Mil años de amor en el infierno».
La intensidad que se vive en el escenario durante el show es tremenda con Mafia como maestro de ceremonias, pero sin olvidar que a sus espaldas tiene a dos grandes músicos como Tito a la batería y Major Peach al bajo, que ejercen de base rítmica perfecta. Y esa intensidad se transmite a todo el público que no para de moverse.
Después de 50 minutos de pura adrenalina, se despiden, pero vuelven a salir para atacar la última parte del show, que como suele ser habitual en Mafia incluye salir del escenario, subirse a la barra del bar y tocar un solo tendido en el suelo, momento en el que se lanzan los fotógrafos del lugar (esta vez había muchos) a conseguir la instantánea definitiva.
Creo que deben ser ya unos diez o doce shows de Mafia los que he visto (al escribir esto, me acabo de dar cuenta que es el artista que más he disfrutado en directo, con diferencia) y os aseguro que cada vez que vuelvo a verle me sorprende la energía que desprende. Si vosotros no lo habéis vivido, peor para vosotros.

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