“Esclavo del viejo mundo”
Reseña de Christian Dárchez
Tengo que admitir que seguí la carrera de Soulfly de manera muy esporádica y no porque extrañara demasiado al Max Cavalera que supo estar al frente de los (Por aquel entonces) bestiales Sepultura sino porque mis gustos siempre distaron bastante del riffeo saltarín que el bueno de Max continuó en “Roots” (1996) en su primer disco homónimo de 1998. Los discos de Soulfly fueron pasando (Así como mi interés por otros estilos ajenos a los de la banda de Max) al mismo tiempo que las ideas se fueron agotando mas rápido que paulatinamente y a Max no le quedó otra que recurrir a olvidarse de que alguna vez colaboró con Fred Durst (Limp Bizkit) tanto reconciliándose con su hermano menor Igor Cavalera para el regular proyecto Cavalera’s Conspiracy o bien rescatando de a poco el legado de la famosa S de Brasil, mas precisamente de la etapa de los 90’ con “Arise” (1991) y “Chaos AD” (1993), para ir incorporándolas a su S en cuestión; tal como fue ocurriendo a partir de “Enslaved” (2012). Aquel cambio rotundo no pareció sentar muy bien en su base de fans y mucho menos a Marc Rizzo (El guitarrista que mas tiempo estuvo en la banda) que seguramente sintió que ya no tenia cabida en la dirección mas “old school” que su líder Max y el hijo de este, Zyon Cavalera, estaban tomando durante el proceso creativo del disco que nos ocupa y abandonó el grupo en Agosto del año pasado. Este año Soulfly está de vuelta en formato de trio y bajando a la tierra algunos de los tantos buenos comentarios que recibió este “Totem”, los resultados son bastante cuestionables.
“Totem”, decimotercer disco de Soulfly, pese a ser un disco mucho mas parejo que sus dos anteriores “Archargel” (2015) y “Ritual” (2018) donde se notó horrores las influencias cruzadas tanto de Max como de Rizzo, se siente mas como una sucursal de Sepultura que de Soulfly en si, pero una bastante tosca en ideas y ornamentación. La intención de Max por retomar el viejo espíritu que el mismo forjó en aquella banda que salió del culo del mundo y triunfó contra todo pronóstico fue noble, eso lo tengo que reconocer; pero hoy los tiempos son otros y la simpleza de los riffs y machaques (Y no hablo de ejecución sino de composición, ya se que hacer un riff en una guitarra no es fácil jejeje) ya no tienen el mismo impacto y frescura que otrora supieron tener. Hoy son un manojo de clichés que hasta los mismos sepultura terminaron desterrando. Y a esa tosquedad en las ideas se le añade otro defecto que este disco tiene: una producción anacrónica y desenfocada, con algunos efectos que van a contramano de las intenciones de Max donde las grandes víctimas fueron las bases rítmicas con un bajo olímpicamente ninguneado en la mezcla. Desde la entrada con la veloz Superstition donde los cortes en plan noventeros se ven empañados con el sonido que por momentos es una bola de ruidos cuando aceleran y no se logran distinguir si son riffs, fraseos o machaques, Scouring the vile con John Tardy (Obituary) como voz invitada aunque no suena mal con sus bajadas y subidas su final abrupto la tira totalmente abajo. Si Max creía que en la marcha constante y pesada de Filthy upon filth iba a quedar bien meterle un solo de guitarra tras otro debo decir que la terminó pifiando peor que Dave Mustaine en lo ultimo de Megadeth. Rot in pain parece el hijo bobo y no reconocido de “Slave new world” que 29 años después viene a reclamar la paternidad. Después de eso todo va cuesta abajo: The damage done y la canción homónima no solo aburren y no despega nunca sino que sus efectos están fuera de lugar, Ecstasy of gold (nada que ver con el tema de “El bueno, el malo y el feo”) hasta parece un tema perdido de Vader. Soulfly XII aunque se hace audible dado sus remanzos y sintetizadores (¡!) uno se pregunta que es lo que anda fumando Max como para incluirla y los 9 minutos de la remake clandestina de “Refuse/Resist” en Spirit animal mas que un viaje a la nostalgia se hacen cansina dado lo reiterativa que termina sonando cierra un disco no solo demasiado corto sino también falto de ideas y lleno de clichés.
Ya aclarado el tema de la producción está mas que cantado que la intención del bueno de Max era esa: volver a los días de gloria (y no hablo de su mujer) de la S brasileña pero me parece que se lo terminó tomando demasiado en serio y en el lineamiento de Soulfly el enfoque no solo termina sonando tosco y sin ideas creativas sino también anacrónico donde (otra vez) las mas perjudicadas fueron las bases rítmicas. Recomendado para quien llegue a conectar mejor con esta “nueva” faceta de Soulfly. Yo por mi parte ya escuché esto antes y en mejores ocasiones que en este “Totem”.
Soulfly
Max Cavalera: voz y guitarra
Mike León: bajo y voces
Zyon Cavalera: batería
Tracklist
Superstition
Scouring the Vile
Filth Upon Filth
Rot in Pain
The Damage Done
Totem
Ancestors
Ecstasy of Gold
XII
Spirit Animal