“Perdidos en la tierra prometida”

Reseña de Christian Dárchez

Como muchas veces aclaré (ni que fuera necesario, pero lo hacía) mi problema con los 2 primeros discos de la nueva encarnación de los americanos oriundos de Seattle Queensryche post Geoff Tate “Queensryche” (2013) y “Condition human” (2015) no tuvieron nada que ver con la entrada de Todd Latorre si no que en su afán de querer tocar Metal otra vez y ser invitados a los festivales europeos se les olvidó 2 ítems muy importantes: la inspiración y su ductilidad para el gancho. Algo que en ambos discos les achaqué mas allá de que los fans y la prensa veían en ellos obras maestras; porque después de todo si tengo que calificar algo con grandes elogios solo porque suena a metal entonces estaría contribuyendo a poner un clavo mas en el ataúd del género. La cosa cambió bastante con “The verdict” (2019), el disco mas logrado de la etapa de Todd Latorre y que coincidió con la salida de otro musico histórico de la banda: el baterista Scott Rockenfield, lo que devino en otro culebrón no tan sonado como el de Geoff Tate en su momento pero si uno que puso en evidencia que las cosas no estaban tan bien como muchos pensaban. Al año de la salida de aquel disco, Rockenfield acusó abiertamente a Latorre de reemplazarlo sin su consentimiento cuando el estaba con licencia por paternidad incorporando a Casey Castillo como miembro fijo de la banda, y aparentemente no fue el único descontento con dicho cambio puesto que el guitarrista Parker Lundgren abandonó la banda el año pasado; lo que queda mas que claro que los únicos 2 miembros de primera hora el guitarrista Michael Wilton y el bajista Eddie Jackson relegaron su liderazgo en Queensryche dejando que Latorre tome las riendas de la misma. En este contexto algo convulsionado en el que muchos medios hicieron la vista gorda, dichos inconvenientes al parecer se vieron reflejados de manera casi inconsciente en quizas uno de los discos mas desparejos del grupo.

“Digital noise alliance”, decimosexto disco de los americanos Queensryche, deja de lado la onda revivalista metalera de discos como “Queensryche” “Condition human” y que tuvo su cenit con el gran “The verdict” para apostar por un material mas progresivo que va de la mano también con un sonido mas moderno pero que carece tanto del equilibrio y la efectividad del disco anterior donde la producción también tuvo algo que ver en ese desbalance. La intención fue noble en ese sentido y me parece justo aclararlo pero creo que no hubo una buena gestión y consenso en el armado de las canciones. De sobra es sabido que Queensryche dentro del metal progresivo nunca se caracterizó por ser una banda que se decante por largos y técnicos pasajes intrincados puesto que lo suyo siempre fue buscar el gancho con canciones redondas y efectivas pero poniendo firme énfasis en la elegancia  (como en el esencial “Operation:Mindcrime” de 1988); acá quisieron agregarle un poco mas de esa vena progreta a su formula habitual pero los resultados distan de ser sobresalientes o en menor medida orgánicos porque ambas facetas se buscan y se encuentran muy poco en el disco. Algo que se puede notar en la entrada con la ya conocida In extremis donde el costado progreta mas puro y técnico logra sonar convincente, pero la cohesión y el gancho propio de la banda no le va en zaga y pareciera que estuvieras escuchando 2 bandas en una misma canción. Vaya y pase. Al menos en los 2 medios tiempos siguientes Chapters y Lost in sorrow pese a ser mas rutinarios fueron a lo seguro y suenan ajustados. En la veloz Sicdeth (¿Qué?) es donde mas comienza a notarse la falta de unidad en el sonido puesto que en los primeros temas las guitarras suenan mas ligeras y acá además de la melodía le agregan una cuota extra de potencia y que se acrecienta con la muy progreta y oscurita Behind the walls (mi favorita del disco) donde hasta se escuchan algunos teclados, acúsenme de lo que sea pero creo que es la canción mas redonda del disco. Hay también canciones que no van a ningún lado como la bastante aburrida Nocturnal light y su riffeo entrecortado sin norte o la balada con aires a Pink Floyd Forest que por su amabilidad y falta de sensibilidad desentona bastante en la placa, fallando en su tarea de descomprimir el ambiente. En Out of the black y Hold on vuelven a trastabillar justamente por lo antes mencionado: falta de cohesión y unidad en ambas facetas progreta y directa. Para el final llegan la bastante lograda Tormentum que junto con “Behind the walls” debe ser lo mas redondo y cohesivo del disco, hasta me atrevo a decir que hubiese sido un final mas digno para el mismo porque el cover Rebel yell de Billy Idol a modo de Bonus Track quedó horrendo y desentona bastante con el disco en si.

La producción a cargo de Zeuss resalta por su desigualdad (algo que a el no le gustó cuando se lo mencioné en Instagram) puesto que el hojaldre de guitarras ligeras no van en conjunción con las partes mas pesadas del mismo. Me parece genial que el tipo defienda su trabajo pero yo al menos creo que ese es otro factor a tener en cuenta en el resultado desparejo del disco. Como siempre digo, sería una animalada de mi parte decir que se trata de un mal trabajo, cosa que no es en absoluto, pero como mencione arriba no hubo una buena gestión en el armado de las canciones y hasta se siente que fue hecho a las apuradas para cumplir con Century Media, puesto que el repatriado guitarrista Mike Stone tampoco pudo aportar demasiado. Recomendado para los fans acérrimos del grupo, yo por mi parte y mas después de un disco tan bueno como lo fue “The verdict” esperaba mas.

 

Queensryche

Todd Latorre: voz

Michael Wilton: guitarra

Mike Stone: guitarra

Eddie Jackson: bajo

Casey Castillo: batería

 

Tracklist

1 In extremis

2 Chapters

3 Lost in sorrow

4 Sicdeth

5 Behind the walls

6 Nocturnal light

7 Out of the black

8 Forest

9 Realms

10 Hold on

11 Tormentum

12 Rebel yell (Billy Idol cover)

 

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