“Pesadilla sonora”
Reseña de Christian Dárchez
De todas las bandas surgidas en (Segundo) Francia, los oriundos de Grenoble Nightmare (no confundir con los japoneses del mismo nombre) es quizás una de las más conocida junto con Gojira y Alcest, aunque su base de fans se encuentra mayormente por Europa, puesto que raras veces han salido del viejo continente. Haciendo historia se formaron en 1979 al principio como un conjunto de Punk Rock pero a medida que se fueron sumando músicos cambiarían su orientación hacia el estilo de metal que estaba empezando a sonar fuerte: la NWOBHM y fue así que en 1984 llega su “Waiting for the twilight” en una vena muy a lo Iron Maiden y Judas Priest y prescindiendo de su lengua madre para captar mas adeptos y aunque el sonido fue bastante rustico le alcanzó a la banda dar a conocer su propuesta y fue muy bien recibido en países como Japón y Grecia. Al año siguiente su cantante Christophe Houpert (cuya pronunciación del inglés dejaba bastante que desear) es reemplazado por Jean-Marie Boix que la tenía un poco mas clara con el inglés y editan “Power of the universe” (1985) mostrando una evolución sonora con respecto a su debut, pero los problemas financieros de su nuevo sello provocaron retrasos para el siguiente disco y encima Boix debió dejar la banda en 1986 por problemas de salud que finalmente lo llevaron a la muerte en 1999. Lejos de desanimarse, el grupo se hizo con los servicios del ex Praying Mantis Tom Jackson para asegurarse una mayor llegada al mercado y tras una gira exitosa en Francia e Inglaterra grabaron una demo de 2 canciones; pero las desavenencias no tardaron en llegar puesto que había diferencias entre los músicos que no estaban muy contentos ya que consideraban que un viraje hacia el AOR poco tenía que ver con el grupo y el grupo se disolvió a principios de 1988. Una década después Nightmare regresaría a la actividad con una formación renovada ahora con el otrora baterista del grupo Jo Amore como cantante y su hermano David atrás de los parches y graban el mini LP “Astral deliverance” (1999) en homenaje a Boix fallecido unos meses antes y tras la firma con Brennus sus 2 discos fueron reeditados y celebraron un multitudinario show de reunión en su ciudad natal. En 2001 llega “Cosmovisión” su tercer disco de una vena power melódica que poco tenia que ver con su pasado ochentero y que fue muy bien recibido, de hecho variar de sonido sería una constante a partir de este regreso: y así tuvimos al oscurito y casi Thrasher a lo Nevermore “Silent room” (2003), el power épico de “The dominion gate” (2005), el Heavy/power de “Genetic disorder” (2007) e “Insurrection” (2009), el heavy/Thrash de “The burden of god” (2011) y el pseudo metal progresivo de “The aftermath” (2014) como para dar cuenta de ello. Pero en 2015 tanto Jo como David Amore dejan la banda “Deteniendo toda colaboración con el bajista Yves Campion”, dejando al bajista Campion como único miembro original del grupo. Los reemplazos fueron la cantante belga Maggy Luyten (Lyra, The Prize y el baterista Olivier Casula y con ellos registran “Dead sun” (2016) que aunque mantenía la línea progresiva de su predecesor le agregaron una cuota mas groovera, pero es algo que no dura mucho puesto que Casula abandonó la banda en 2018 y un año después le siguió Luyten. Aquel palo llevó a Campion a buscar reemplazos nuevamente, incorporando a la cantante Madie y el baterista Niels Quiais para grabar “Aeternum” (2020) en otro giro audaz Nightmare vira hacia un metal moderno como Unsleash The Archers, Kobra And The Lotus, The Agonist o Amaranthe por citar ejemplos y aunque el disco no sonó mucho les alcanzó para girar por diversos festivales europeos, hasta que en Agosto de 2022 via Facebook se anunció que Madie abandonaba el grupo y en octubre anuncian a Barabara Mogore como nueva cantante. Y finalmente llegamos a 2024 en el que, como no podía ser de otra forma, el amigo Campion en otro de esos giros impredecibles hace “La gran Within Temptation” y me refiero a ir donde el viento sopla mas fuerte. Pero en esta oportunidad (el disco llega en junio, dato de color) creo que la pifió bastante feo.
“Encrypted”, décimo segundo disco de los franceses Nightmare, si bien tiene bastantes similitudes para con “Aetenum” para esta ocasión el bueno de Campion redirigió la propuesta a lo que hoy todavía esta pegando fuerte en la escena: el metal de corte extremo y groovero que tiene a bandas como los ucranianos Jinjer o los canadienses Spiritbox en la cresta de la ola. A ver, nunca me va a molestar que un artista o banda la quiera pegar para ver los frutos de su arduo trabajo y mas si es una banda longeva como la de los franceses que encima tuvieron 10 años de inactividad dada las desavenencias y la mala suerte del pasado, pero el inconveniente de los franceses es que desde su refundación en 1999 incursionaron en distintos estilos y nunca establecieron un sonido en particular como para diferenciarlos en cada dirección que tomaban y aunque “Encrypted” suena como nunca (pero eso sí, exageradamente sobre producido) el disco carece de identidad propia. Te podría decir que es el segundo disco de cualquier banda moderna de hace 2 o 3 años y no hay diferencia. Basta con escuchar el arranque de Nexus inferis con sus consabidos riffeos y machaques repiqueteados, cambios de velocidad abruptos de medio tiempo a velocidades hiperkineticas y aunque Barbara es una gran cantante le juega muy en contra tener que imitar a Tatiana Shmaylyuk o Courtney LaPlante con eso de las voces limpias y guturales dado el lineamiento musical que solo se limita al típico andar violento y rápido con partes repiqueteadas o fraseadas para simular gancho melódico como en The blossom of my hate, Saviours of the damned o la misma canción homónima cuyos recursos mencionados hace que todo se vuelva predecible y aburrido. Son pocas canciones que se salen de esa regla y resultan ser mas lineales como el medio tiempo Voices from the other side, White lines y Wake the night que pese a lo impersonal del tratamiento aunque sea se oyen como canciones bastante distinguibles entre si. El resto del disco va por la misma línea: Incandescent que de incandescente tiene lo mismo que el polo norte y Borderlines que resume todo lo que aburre de esta modalidad: comienzo death veloz, verso a media maquina y repiqueteado y estribillo con guturales incluidos el final con una nueva e innecesaria versión de Eternal winter de su disco “Insurrection” masacrada sin piedad.
Como mencioné arriba el disco suena potente y moderno, eso no lo voy a negar; el problema pasa que a los franceses se les fue la mano con las perillas y todo suena hipersaturado. Un error que bandas como Jinjer o Spiritbox dentro de su estilo no cometen ya que en su lineamiento saben que deben dejar respirar a las guitarras para que los distintos arreglos no termines ahogados y sus oyentes después de una semana no tengan que sacar turno con un otorrinolaringólogo. Pero bueno, al parecer los franceses estaban mas preocupados en intentar sonar como ellos que no repararon en ese detalle. Repito: me parece genial que la banda se suba al tren para poder levantarla con pala con el fin de renovar la casa o cambiar el auto, pero si este es tratamiento que le van a dar a sus composiciones no creo que este les funcione, salvo en lo esporádico y lo casual. Un disco que va a agradar mucho a los fans y las fans de la movida moderna pero que aburrirá al resto a los pocos segundos de haber empezado.
Nightmare
Barbara Mogore: voz
Franck Milleliri: guitarra
Matt Asselberghs: guitarra
Yves Campion: bajo
Niels Quiais: batería
Canciones
Nexus Inferis
The Blossom of my Hate
Voices from the Other Side
Saviours of the Damned
Wake the Night
Encrypted
Incandescent
White Lines
Borderlines
Eternal Winter (2023 Version)