“Un ataque sorpresivo indígena no muy efectivo”
Reseña de Christian Dárchez
En los 12 años que ya pasaron desde la vuelta a la actividad de mis compatriotas argentinos Malón pasó prácticamente de todo: desde los shows donde solo tocaban temas de sus primeros discos “Espiritu combativo” (1995) y “Justicia o resistencia” (1996), tener un gran regreso a la actividad discográfica como lo fue el contundente “Nuevo orden mundial” (2015) uno de mis discos favoritos de aquel año dicho sea de paso, la celebración de los 26 años del disco de Hermética “Acido argentino” (1991) bajo el nombre de “La H No Murió” (puesto que a Malón lo integraba la ¾ parte de Hermética) y que fue registado en un DVD en vivo en 2017 y que al dia de hoy tocan cada tanto bajo esa denominación a modo de tributo a Hermética. Y por ultimo el hecho mas sonado que sacudió tanto al seno de la banda como a sus seguidores: la salida en 2021 del histórico baterista Claudio “El pato” Strunz aludiendo diferencias personales con el resto del grupo, tal cual se dijo en un escueto comunicado de Facebook mientras que Strunz en declaraciones posteriores dejó entrever que su salida no se dio en circunstancias precisamente amistosas. En este contexto algo convulsionado, Malón está de vuelta con un nuevo material bajo el brazo pero me duele en el alma decir que esta vez los resultados no son del todo halagüeños.
“Oscuro plan de poder”, cuarto disco de mis compatriotas argentinos Malón, si bien conserva la esencia del grupo en lo que respecta a su habitual metal argento de matices Thrasher, el nivel creativo es bastante inferior a lo que fue esa bomba sónica de 2015. Las canciones suenan potentes y cumplen con el estándar estilísticos a la vez de que dentro de todo hay cohesión, pero poco y nada de lo que se escucha en “Oscuro plan de poder” despierta energía extra y contundencia, al menos como yo esperaba que me ocurriera. Esto también creo que se debe a un protagonismo y abuso indiscriminado del doble bombo, por lo que las canciones raras veces alcanzan ritmos vertiginosos y todo se reduce a medios tiempos o canciones de compases apenas acelerados. Esto no es culpa del nuevo baterista Javier Rubio (ex Horcas y Avernal) que hace una labor encomiable con lo que le tocó trabajar sino como están construidas las canciones que además de todo lo dicho anteriormente, parecen hechas a las apuradas. Y es una lástima por que el disco tiene un comienzo fenomenal y a todo trapo como Ficciones berretas portadora de riffeos, machaques entrecortados y pesados, ritmos acelerados y un estribillo ganchero; pero a partir de La convergencia creo que empiezan los problemas: el riff y el fraseo pierden su encanto casi de inmediato, al gran cantante que siempre fue Claudio O’Connor se lo escucha rutinario y se lo escucha efectivo solamente en el estribillo. Para colmo de males el solo de guitarra casi no despierta emoción (otra de las constantes en el disco). Un cielo rojo salvo por su fraseo parece calcado del tema anterior en lo que respecta a los machaques y los ritmos. Paraiso de cristal es una especie de power ballad mas típica de los discos solistas de O’Connor de que Malón y aunque la idea no es mala (como para darle variedad al disco) la inclusión de pasajes a los Ghost en riffs oscuros y serpenteantes genera confusión e indecisión a partes iguales. Después llegamos a uno de los puntos mas bajos del disco: Impulsando el encuentro y su riff inicial deliberadamente calcado de “Blackened” de Metallica, igual eso es lo de menos puesto que las pérdidas de velocidad del mismo sacan mas de clima en lugar de incitar a encontrarte con tus amigos en el concierto como reza la canción. Por suerte El gran reinicio y sus ritmos vertiginosos y machaques infernales y hasta el solo de guitarra es efectivo, el halo oscuro y malvado de La soledad del miedo y los aires a Motorhead en la acelerada Antorcha junto con “Ficciones berretas” son lo mejor del disco sacándolo un poco de la medianía reinante. Lamentablemente no puedo decir lo mismo del final Ancho falso con una lirica que parece apuntar contra un viejo conocido de la escena metalera argenta es un medio tiempo machacoso y entrecortado pero que se lo escucha genérico en su tratamiento le da un cierre raro a un disco cuya medianía fue el denominador común.
Desde el lado de la producción no se puede objetar absolutamente nada: todo suena nítido y sin ningún tipo de impurezas: tanto las voces como el resto de los instrumentos suenan en perfecta armonía. Además presenta un muy arte de portada. En lo que respecta a la parte creativa, creo que “Oscuro plan de poder” es un disco apenas correcto, con algunas instancias que se disfrutan pero que flaquea en el resto del disco. Y lo digo porque se que a Malón se le puede pedir un poquito mas y a mi por lo menos me cuesta creer que en los 8 años que separan a este disco con “Nuevo orden mundial” estuvieron preparándolo. Espero que para la próxima “El ataque sorpresivo indígena” (tal cual es el significado de la palabra “Malón”) nos lleve puestos a todos sin darnos tiempo siquiera a defendernos.
Malón
Claudio O’Connor: voz
Antonio “El tano” Romano: guitarra
Karlos Cuadrado: bajo
Javier Rubio: batería
Canciones
1 Ficciones Berretas
2 La Convergencia
3 Un Cielo Rojo
4 Pacto Pesado
5 Paraiso De Cristal
6 Impulsando El Encuentro
7 El Gran Reinicio
8 La Soledad Del Miedo
9 Antorcha
10 Ancho Falso