“Un disco que se te mete en las entrañas”
Escrito por Crom
Puede parecer exagerado el título, pero es que este disco fue un antes y un después en mi vida, porque lo cierto es que, cuando para ti es tan importante la música, esta va sembrando de bandas sonoras las distintas etapas de tu vida. Y este cuarto disco de Los Suaves me llegó en un momento algo convulso de mi vida, con un trabajo nuevo, vida social que encontré con amigos que no compartían mis gustos musicales, ya que vivía en una ciudad pequeña, y los pocos que conocía rockeros eran fanáticos de AC/DC y Barricada, fumaban porros y bebían cerveza… y poco más; yo conocía muchas bandas de Metal distintas y tenía otras inquietudes. Estaba buscando mi lugar en el mundo, mis primeras borracheras, amores platónicos, nostalgias… y este disco fue como una bofetada primero, y un refugio después; sorprendido por unas letras tan personales y, por qué no decirlo, tan fatalistas, fascinado ya para siempre por un personaje con tantas aristas como Yosi, y enamorado de esas interminables partes de guitarra y uso del Wah-Wah de ese crack de las seis cuerdas que es Alberto Cereijo.
Con Los Suaves no hay medias tintas, los amas o los odias, sus letras te enganchan o te parecen tan tristes que nunca conectas con ellas. Recuerdo que un amigo me decía que cómo podían historias tan tristes levantarme el animo, porque él sabía que eran mi refugio en los momentos bajos, y me costaba darle una explicación, pero creo que me ayudaba escuchar en boca de otro cosas que yo sentía, cantarlas a voz de grito cuando lo necesitaba. Porque escuchando canciones como Viajando al fin de la noche, Parece que aún fue ayer, Tiempo perdido o la maravillosa Pardao, yo sabía que no estaba solo, sabía que hay un final para todo pero que también hay salidas para casi todos los problemas. Y lo que tengo muy claro es que Yosi es un gran poeta de nuestro tiempo, de negro corazón, amargado si quieres, pero un talentazo componiendo como pocos, un genio que si se llamara Ozzy y viviera en los USA, sería un artista mucho más respetado y valorado. Porque no hay que olvidar que el que fuera vocalista de los Sabbath tuvo una vida con muchos más excesos que la de nuestro gallego, y con eso no quiero disculpar sus desmanes pero tampoco olvidar su figura, lo que a mis ojos, a mis oídos, lo hizo único, por encima de esos bochornos conciertos borracho, o algunos aspectos de su vida personal.
Maldita sea mi suerte es el cuarto álbum de estudio de Los Suaves. Se grabó durante los meses de marzo y abril de 1991 en los estudios Kirios de Madrid con el ingeniero de sonido Pedro García. Donde también colaboró Alvin Lee fundador y exguitarrista de Ten Years After. Abajo tenéis los créditos y los guitarristas que participaron en uno de los cortes… de 19 minutos. En su día se presentó en doble Cd, de esos gordos que no te cogen en ningún archivador, jaja, y fijáos que preparando esta reseña he descubierto que lo acaban de sacar Warner Music en doble LP (vinilo), también de sus primeros tres discos, así que ese va a ser mi regalo de Reyes Magos…
El disco comienza con sonidos de tormenta, guitarras y campanas, que bien podrían tocar a muerto, porque Viajando al fin de la noche es una roadsong (creo que acabo de inventarme un nuevo término), que es un loco conducir de forma suicida, con las venas cargadas de noche, buscando terminar con todo: “Maldiciendo no sé a quién, Voy como Cristo sin fe, Viajando al fin de la noche… nunca un libro escribiré, jamás un árbol plantaré, ni a un hijo daré la vida; siempre es tarde y esta vez, será la última vez, Hermana, Muerte querida.”. El tema en lo musical es brutal y las guitarras de Cereijo excelsas, disfrutables.
De Pardao qué voy a decir, es el diamante del disco. Voy a poner parte de lo que escribí de ella en una sección, hija de esta, que se llama canciones 10. Y el enlace para que la leas completa si así lo deseas. Pardao es un gorrión. Yosi usa esa figura para contar la historia de un músico que toca (y vive) en la calle, que saca su guitarra haga frío o llueva (“Pardao, le llaman en la plaza, porque aunque llueva él canta”) y con su música pone en la vida de los que se paran a escucharlo “promesas olvidadas”. Por un momento, con su guitarra (su “amiga vieja y gastada”) y sus historias, cantadas con su voz fatigada, consigue que la gente olvide sus problemas del día a día. Después, vuelven las prisas, y la gente se marcha, al trabajo, a casa… a seguir con sus vidas, pero Pardao, en su acera mojada, guarda sus cosas, despacio con calma. “Unas monedas en su gorra raída, en su bolsa una botella mediada, en sus días esperanzas quemadas, y en sus noches pensiones baratas”, y la vida de Pardao, tan diferente a la del resto, tan desconocida, sigue su curso. Pero esta persona tan humilde tiene un superpoder, el de poner un rayo de luz y algo de esperanza en los corazones de los que le escuchan. Es una composición sublime, que en lo musical está cosida a la historia que cuenta… leer más: https://diosesdelmetal.org/canciones-10-decimooctava-entrega.
No quiero que esta sea una reseña eterna, así que no quiero extenderme ni hablar de todas las canciones, pero no puedo dejar de hablar de Parece que aún fue ayer, que es otra de mis preferidas de este doble álbum, y que es un repaso nostálgico (o no tanto, por lo triste) al pasado: “Sin fe, qué triste un final sin fe, Ya nada se ve como es, Pena le doy a la pena, Pues penas coleccioné, Ahora el reloj se paró, Harto ya de correr, Cómo se fueron los años, Y parece que aún fue ayer…”. Musicalmente es muy energética, de las más heavies del disco, y como curiosidad tiene su versión acústica al final del disco… pero yo me quedo con esta. Como digo me dejo canciones sin comentar porque esto sería un libro, pero Pobre Sara la tenéis que escuchar, es dura; por supuesto también el corte que da título al disco porque explica bastante cómo se forjó Yosi la leyenda de hombre maldito, desde su nacimiento. Tiempo perdido también tiene su versión acústica y, en este caso, la prefiero a la eléctrica; tiene frases imperdibles como “Todos me han abandonado, todos menos mis amigos, como me van a dejar, si nunca los he tenido”. Pensando en ti para mi es de las más flojas del plástico, aunque está hecha de emociones.
Para ir finalizando me tengo que detener en Dame Rock & Roll, que se sale del guión para abordar un tema rockero hasta la médula, que es una declaración de intenciones y que solía ser un punto álgido en los conciertos del Gato Negro: “¡Dame Rock & Roll! La banda no se cansa. ¡Dame Rock & Roll! La banda tiene ganas.”. Y me dejo para el final una que es un homenaje a las seis cuerdas y a los guitarristas, porque después de un rápido y heavy riff de guitarra y frases muy en la línea de “… Cuando hay algo que se gana, siempre hay algo que perder, más amargo que la muerte, es el amor de una mujer. La noche se muere…”, unos buenos solos de Cereijo y unas estrofas, la canción tiene casi 17 minutos de orgia guitarrera a cargo de hachas de primer nivel y que te incluyo en los “créditos 2” para que flipes, pero están Carlos Raya de Sangre Azul, Jero de Saratoga, Paco Ventura y un largo etcétera.
Maldita sea mi suerte es un disco que puso definitivamente en el mapa metalero a Los Suaves, les dio una dimensión más global, llegando a más público, y por supuesto más Heavy, mucho de ese mérito es de las guitarras de Cereijo, que le dieron a las canciones de Los Suaves más agresividad. Es en fin un disco importante para mi en lo personal, y creo que de los más queridos de sus fans de siempre, y esta era una reseña que no podía dejar de escribir en este año de su 30 aniversario, y que os invito a descubrir, si no lo conocéis, o a revisitar… y si os queréis dar el gustazo, comprad el vinilo que acaban de editar. Ya sabéis que la banda parece que no va a regresar, Yosi tuvo una fea caída del escenario en la gira de despedida y pandemia por medio, razones de salud… parecen haber privado a los de Ourense de una salida por la puerta grande… pero quién sabe. En cualquier caso, su legado sonoro estará ahí por los siglos de los siglos.
Canciones
Viajando al fin de la noche – 8:31
Pardao – 10:07
Parece que aún fue ayer – 5:40
Maldita sea mi suerte – 4:40
Pobre Sara – 4:56
Tiempo perdido (versión acústica) – 5:01
La noche se muere – 19:40
Dame rock and roll – 5:20
Tiempo perdido – 4:41
Pensando en ti – 5:05
Parece que aún fue ayer (versión acústica) – 4:52
Créditos
Acoustic Guitar – Juan Cerro
Bass – Carlos «Charly» Dominguez*
Design [Diseño] – Línea 4
Drums – Angel «Gelo» Barrio
Engineer [Ingeniero De Sonido] – Pedro García
Guitar – Ramon «Montxo» Costoya*
Lead Guitar – Alberto Cereijo
Management – AZ Division Music & Management*
Music By, Lyrics By, Voice, Guitar, Harmonica, Twelve-String Guitar – Yosi*
Producer [Productor] – Juan Miguel Sánchez
Technician [Assistant] – Alfredo De La Fuente
Créditos 2
Guitarristas que participan en La noche se muere
Alvin Lee (Ten Years After)
Carlos Raya (Sangre Azul, M-Clan)
Carlos Rufo (Hiroshima)
Eduardo Pinilla
Jero Ramiro (Ñu, Saratoga, Santelmo)
Juan Cerro (Velahi)
Kisco (Legion)
Manolo Arias (Niagara)
Ollie Hansall
Paco Ventura (Medina Azahara)
Teo (Numeros Rojos)
Toni Valles (Manzano)
Alberto Cereijo