“Estado de gracia melódica”

Reseña de Christian Dárchez

Tal vez con lo que voy a decir me gane el desprecio de muchos del otro lado (mas todavía) pero de todos los ex Iron Maiden, al guitarrista inglés Dennis Stratton es al que siempre menos afinidad le tuve. En los apenas 2 años que estuvo en la banda (1979 a 1980) si bien sus dotes técnicos alcanzaban con el estándar de la banda, a mi nunca me dio la sensación de ser un guitarra líder de sumo cuidado. Tampoco ayudó mucho que el primer disco de Maiden de 1980 tuviera un sonido tan…Bueno, fue lo único que podían pagar en ese momento y no había muchos productores que entendieran el heavy metal por aquel entonces y estaban acostumbrados a trabajar con bandas de Punk, de hecho es muy comentado por Steve Harris que en sus comienzos las pocas discográficas que se interesaron en la banda le pidieron que se cortaran el pelo (¡!) y tal vez por eso su labor estuvo bastante desdibujada. Tras su salida de Maiden por diferencias tanto con Harris como con el mánager Rod Smallwood, Stratton después de decirle a Smallwood “Si Paul Di Anno sigue en la banda, Maiden nunca va a tener éxito en Estados Unidos” siendo que cuando entró Bruce Dickinson a la banda y giraron por primera vez a yanquilandia el bueno de Bruce tuvo que salir a la calle a vender discos puesto que allá casi nadie conocía a la banda XD, para 1981 montó una nueva banda: Lionheart y la misma además de él estaban el guitarrista y tecladista Steve Mann (ex Liar, mas tarde en MSG y Eloy) el bajista Rocky Newton (ex The Next Band) el baterista Frank Noon (ex Def Leppard) y el cantante Jess Cox (Tygers Of Pang Tang) formación con la cual montaría sus propios shows y también teloneando a gente como Def Leppard y Whitesnake que los acogieron como teloneros de lujo. Para 1984 Lionheart había sufrido varios cambios de formación, siendo la mas importante la de cantantes y con el ingresado Chad Brown la banda firma con CBS Records y se trasladan a USA para grabar su debut con la ayuda del baterista sesionista Bob Jenkins y registran “Hot tonight” (1984) de una vena AOR más propia de gente como Journey, Toto o Foreigner por tirar ejemplos. Y aunque el single “Die for love” tuvo bastante éxito y rotación en las radios y programas de TV, el disco en conjunto no funcionó demasiado bien a nivel ventas debido a que no solo no logró captar la atención de los fans del estilo sino también al desencanto de los fans de Maiden que, aunque Stratton mostró una clara evolución tanto como guitarrista y compositor, no se mostraron muy interesados en la propuesta. Pero lo que terminó con el periplo de Lionheart en los 80’ fue la cancelación de la gira británica junto a Kansas y Foreigner, aquello desanimó al cantante Chad Brown que abandonó la banda en 1986, por lo cual puso punto final a la banda y cada uno se fue por su lado. Stratton por su parte se unió a Praying Mantis en los 90’ y su pesadilla nuevamente se hizo realidad al tener que compartir nuevamente banda con Paul Di Anno, con quien nunca tuvo una muy buena relación, tanto así que ambos dicen “esa época fue un dolor de culo para mí”. “¡Pero Christian, ellos volvieron a grabar juntos en The Original Iron Men!” …déjenme contarles que en esos discos Stratton y Di Anno nunca se vieron las caras en el estudio ya que ambos fueron engañados por un productor inescrupuloso y no solo no les pagó a ninguno de los 2 sino que nunca les dijo que su intención era hacer el proyecto The Original Iron Men. ¡Tanto Stratton como Di Anno nunca supieron de esto hasta que vieron el proyecto lanzado al mercado! Algo que le trajo problemas a Stratton con el sello japonés Canyon Records (Con quienes Praying Mantis tenían contrato en ese entonces) que no estaban muy contentos que digamos con dicha edición. Lo cierto es que tras casi 10 años en Praying Mantis, Stratton abandonó la banda y fue en 2016 cuando la idea de revivir a Lionheart resurge, vuelve a convocar a Mann y Newton más la adición del vocalista Lee Small (Ex Shy) y el baterista Clive Edwards (ex Pat Travers, Uli Jon Roth & wild horses) y un año después lanzan “Second nature” (2017) con una buena recepción tanto de la prensa especializada como de los fans del estilo, algo que le dio mucha seguridad a la banda a la hora de darle continuidad al grupo. Para 2020 editan “The reality of miracles” logrando otra vez el aplauso tanto de la prensa como de los sonidos más melódicos ya que ambos notaron a una banda aceitada y consolidada a nivel grupal y compositivo. 4 años después Stratton y los suyos están de vuelta con un nuevo trabajo y aunque nunca fui un gran seguidor del estilo (y tampoco del trabajo de Stratton) la pasé muy bien con el ya que se trata de un muy buen disco.

“The grace of a dragonfly”, cuarto disco de los ingleses Lionheart, muestra a la banda afincada en ese sonido AOR que los caracterizó desde su debut en 1984 y el cual actualizaron con su regreso discográfico en 2017. Las principales armas de Lionheart además de la pluma compositiva de Stratton y la instrumentación en conjunto sigue siendo la estupenda labor del cantante Lee Small, dueño de una gran voz llena de gancho y feeling (algo de vital importancia en el estilo) capaz de dibujar estribillos emotivos y memorables apoyados por los clásicos coros que enaltecen a las canciones. Yendo a las mismas tenemos la entrada de las teclas en los riffs y machaques de Declaration que va desde las partes lentas y el medio tiempo rompedor con Small adueñándose de la canción seguido de la gran Flight 19 (mi gran favorita) un medio tiempo bien hitero y con la potencia justa que se corona con un muy buen estribillo. La cosa se pone más movida con V is for victory donde las teclas toman mas protagonismo y tienen su lugar de lucimiento y en la muy ochentera This is a woman’s war de marcha sincopada y estribillo resultón. Para quien busque un sonido mas heavy y que a lo mejor recuerde el paso de Stratton por la doncella esa puede ser la movida y constante The longest night de riffeo muy a lo NWOBHM portadora de un muy buen solo. Armonías gemelas en la cadenciosa Little ships tal vez conformen a quienes digan que este estilo es muy “dulzón” a la hora de buscar bases mas potentes. Just a man baja un poco mas revoluciones con un comienzo a piano en un medio tiempo bien melódico y la también ochentera UXB llevará al oyente a la era del FM. Para el final tenemos a la canción homónima del disco en plan medio tiempo que aunque no es tan destacada cumple con la línea a rajatabla y el breve interludio a piano y orquestaciones en Remembrance, praying for world peace a modo de outro sirve tanto como para cerrar el disco como para anhelar la paz mundial que al menos a corto plazo dudo que llegue…

La producción del disco es impecable por donde se la escuche, respira pulcritud y prolijidad por los 4 costados, eso sin olvidar el costado rockero y por momentos metálico que conviven en armonía simbionte. Y también cuenta con una buena portada. Lionheart logra así un muy buen disco del mas puro AOR que agradará tanto a los fans de la banda como del estilo y también por que no, a aquellos que busquen algo mas de potencia y riffeo al uso.

Lionheart

Lee Small: voz

Dennis Stratton: guitarra

Steve Mann: guitarra y teclados

Rocky Newton: bajo

Clive Edwards: batería

Canciones

01 Declaration

02 Flight 19

03 V Is For Victory

04 This Is A Woman’s War

05 The Longest Night

06 The Eagle’s Nest

07 Little Ships

08 Just A Man

09 Uxb

10 The Grace Of A Dragonfly

11 Remembrance, Praying For World Peace

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