“Impecable, humano y real”

Crónica escrita por lachicamapache

El pasado sábado 1 de octubre, Leo Jiménez llevó su magia al Escenario Santander haciendo las delicias del público cántabro, que llevaba ya tiempo solicitando una actuación del artista. Sin embargo, esta expectación no se hizo notar en la afluencia a la sala, dando lugar a un espectáculo mucho más cercano y familiar de lo esperado.

Aunque el inicio del show estaba previsto para las 21h no fue hasta una hora más tarde que las primeras notas de la (ya muy manida) banda sonora de Conan, junto al ensordecedor griterío de los seguidores del conjunto, daban comienzo al concierto.

Durante algo más de hora y media pudimos disfrutar de un Leo simpático, profesional y dicharachero que prometió a los asistentes una noche llena de sorpresas, y no decepcionó.

Tras interpretar Desde Niño y Condenado, el cantante nos explicó que Antonio Pino no podía acompañarles esa noche y que en su lugar disfrutaríamos de la impecable técnica de Adrián Aguilera (Fiebre), que logró dejarnos sin palabras.

Para introducirnos los distintos temas que completaban el setlist, Leo abrió su corazón y nos habló de hambre y pobreza, de la situación actual de nuestro país y de la importancia de luchar por nuestros sueños, discursos que fueron escuchados atentamente por todos los presentes y seguidos por vítores y aplausos para nada desmerecidos.

En un momento de la noche, el vocalista encontró distintos momentos para acercarse a su público, ya fuera haciendo mención a un par de fans que llevaban toda la gira ocupando las primeras filas de sus shows, así como haciendo subir al escenario a otro espectador que no paraba de pedirle que contara un chiste. La pequeña venganza (sin maldad) de Leo fue hacérselo contar a él, un momento de lo más entrañable y simpático.

A lo largo del concierto, también hubo tiempo para otras colaboraciones, pues Mero Mero (Toni La Mota) se unió al conjunto durante No Hay Más Canciones Para Ti y Soy Libertad, aportando a la velada un toque más rudo y trasher, consiguiendo formar hasta un principio de pogo entre los espectadores más entregados.

Por otro lado, las peticiones de otra seguidora también fueron respondidas y Leo se dispuso a cantarle un pequeño fragmento de Getsemaní, tema incluido en el repertorio de Jesucristo Superstar que el de Fuenlabrada ha protagonizado, creando un momento de lo más íntimo que mantuvo mientras cerraba el espectáculo con Parte De Mí, Resurrección e Hijo De La Luna, que concluyó con una impactante pirotecnia.

Sinceramente, creo que viví una nueva jornada de reflexión. Me parece una falta de respeto tremenda que exista gran demanda de un artista o banda en un punto concreto de la península y, cuando finalmente se da lugar el evento, no aparezcan por la sala ni la mitad de los que decían estar interesados en ello.

Los conciertos no se llenan, pero no es porque los músicos no ofrezcan buen contenido, algo ocurre con el público. No queda claro si es un tema de educación, de falta de interés por este tipo de experiencias o por desconocimiento de causa; indistintamente de los motivos que escondieran vuestra ausencia en el Escenario Santander, merecéis saber que os perdisteis un pedazo de concierto, musicalmente impecable, humano y real, pura esencia de lo que representa Leo Jiménez.

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