“Charles Starkweather, un rebelde con una sangrienta causa. Primera parte”

 Por Christian Darchez

Nuca se sabe ni se va a saber realmente lo que ocurre por la cabeza de alguien que decide quitarle la vida a una persona. Más allá de sus justificaciones y motivos, y que los hechos hablen por si solos o que profesionales desentramen esas mentes enfermas que perpetran tan repugnantes actos; es imposible ver lo que ocurre sobre la mente de un asesino. Y más complicado aun la mente de un asesino en serie. Un tema que siempre me apasionaron fueron las crónicas policiales y no por una cuestión de morbo en si; sino que la existencia de estos seres enfermos que cometen actos mórbidos y horrendos nos hace ver siempre que la realidad supera siempre a la ficción, por muy bien actuada y guionada que esté; la realidad es mucho mas dura…y macabra.

Charles Starkweather nació en el Estado de Nebraska (EEUU) el 24 de noviembre de 1938, su infancia fue bastante feliz junto a sus padres y hermanos. De hecho era el tercero de 7 hijos; Guy y Helen la pelearon desde primera hora para que a sus hijos no les faltara nada y más en la época de la depresión de los años 30, cuya crisis económica hacía las cosas muy difíciles para las familias numerosas. Tuvo una infancia feliz y sin carencias, si, pero los problemas comenzarían cuando el pequeño Charles empezó la escuela.

 En la misma sus compañeros se burlaban de el todo el tiempo por padecer miopía y además le costaba hablar; esto hizo que los chicos mayores lo golpearan todo el tiempo. Haciendo que su furia interna aumentara cada vez más. Cuando llegó a la adolescencia, el joven Charles solo le iba bien en educación física, al mismo tiempo que comenzó a enfrentarse y vengarse de los que lo molestaron cuando era más chico. Si, aquel chico que todos solían golpear se había cansado y era hora de devolver los golpes, no importaba si era con gente que jamás lo molestó. Siempre estaba dispuesto a iniciar alguna pelea. Todos empezaron a ignorarlo para evitar problemas con él. La soledad había llegado a su vida pero eso por ahora no le importaba, ya no era el saco de arena de nadie. El único que parecía entender la angustia y rabia que él (y muchos jóvenes más)  era un personaje de la ficción que encarnado James Dean en ¨Rebelde sin causa¨, aquella película que haría al legendario actor mundialmente famoso. A tal punto llegó su obsesión por James Dean que comenzó a vertirse y a hablar de la misma forma que el actor en la película. Claro que James Dean en la vida real si bien era informal para vestirse y actuar, tenía muy poco que ver con los personajes que interpretaba. Si Charles sabía esto o no, pareció no importarle demasiado. Ya tenia alguien con quien identificarse.

Debido a los maltratos que sufrió durante su infancia, el joven Charles desarrolló un severo complejo de inferioridad. Pero su baja autoestima encontraría por fin un poco de consuelo cuando conoció a Caril Fugate, de apenas 14 años de edad. El amor prácticamente fue a primera vista: ella siendo una chica rebelde y muy mala estudiante quedó impactada por el porte y el look de Charles que parecía salido de una película de James Dean y el encontró a la compañera y contención que tanto había esperado; más para los problemas que él se veía envuelto: su padre lo había echado de la casa tras una fuerte discusión por que chocó su auto y había sido despedido de su trabajo debido a sus difíciles comportamientos.

El quería darle una prueba de amor a su novia, y así cometió el acto que cambiaría su vida para siempre. El 30 de noviembre de 1957, a pocos días de haber cumplido los 19 años, Charles se fue a una estación de servicio con el fin de comprarle un regalo a Caril. El regalo elegido fue un perrito de peluche el cual Charles quería pagar con tarjeta de credito. Robert Colvert, el empleado del negocio le dijo a Charles que no podía aceptar tarjetas y solo debía aceptar efectivo. A lo que Charles le pidió si por favor podía darle el juguete de manera gratuita ya que no tenía dinero encima; Colvert obviamente dio una respuesta negativa al insólito pedido de aquel joven y lo sacó a patadas en el culo del lugar.Sin saber que ese acto fue lo que sello su destino.

Al día siguiente Charles volvió a la estación de servicio donde primero le compró cigarrillos y cervezas, al irse afuera y dejar las cosas en el coche, volvió…pero con una escopeta en la mano. Apuntó el pecho de Colvert y le pidió el dinero de la caja registradora, solo había 100 dólares dentro, una suma que para un chico como él era una fortuna. Tras tomar el dinero obligó a Colvert a subir al auto y se lo llevó a una zona descampada. El empleado, aunque preso del miedo, comenzó a forcejear con Charles aprovechando un descuido pero todo fue en vano, el arma se disparó sola e hirió en las rodillas a Colvert. Para un enfurecido Charles ese fue un acto totalmente estúpido, ya había tenido el atrevimiento de echarlo del comercio y ahora había querido quitarle el arma. Y así Colbert, que tenía una novia embarazada, fue ejecutado de un tiro en la cabeza. Aquel acto terrible para él no lo fue tanto, se trató de una especie de liberación a toda esa angustia, soledad y frustración que el consideraba que las personas le habían causado había desaparecido. Ahora se sentía bien, había encontrado mediante el robo la forma de darle los gustos a su novia y jamás nadie le iba a impedir que hiciera alguna cosa.

El crimen  causó gran conmoción en la ciudad de Lincoln, ya que no era común que ocurrieran tales siniestros, no se habloó de otra cosa que del asesinato del empleado del autoservicio. La policía no tenía pistas verdaderas y para ellos el crimen fue perpetrado por aun loco viajero, y se descartaron varias hipótesis como la que Colvert tenía enemigos. Claro que Charles estando totalmente conciente de ello, mantuvo un perfil bajo un tiempo, hasta que decidió contarle a su novia una versión distinta de los hechos: Charles le contó a Caril que ese día el presencio el asesinato de Colvert y vio que otro hombre lo había hecho. Algo en su corazón le dijo que el no le estaba diciendo la verdad: él mató al empleado! pero por alguna razón a ella no le importo y tampoco iba a entregarlo, lo amaba demasiado para eso y quería estar con el, pero había otro problema.

Los padres al estar enterados de la mala fama de delincuente y pendenciero de Charles, no estaban para nada contentos con que su hija saliera con un tipo así y cada vez que Charles iba a buscarla a la casa siempre se desataba alguna trifulca que terminaba con alguna denuncia policial. De todas maneras, Charles había encontrado la forma de lidiar con quienes tenían la osadía de interferir con su noviazgo con Caril.

¨Ya no más¨ pareció decir su ya desbordada condición de psicópata…

CONTINUARÁ.

Escrito por christian darchez

 

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