¨Dejando que la potencia haga el resto¨
Reseña de Christian Dárchez
¨Te pasó lo peor que podía pasarte, lo que puede pasarle a cualquier boxeador: te aburguesaste¨, palabras que el entrañable entrenador Mickey le pronuncio a Rocky Balboa en ¨Rocky III¨ (1982), expresando así su negativa de prepararlo físicamente ante el desafío propinado por el fierísimo Clubber Lang; puesto que estaba seguro que Rocky, al no tener ya el hambre de sus comienzos como boxeador, iba a ser humillado por Lang en el ring (como después pasa), durante el principio de la película. Esta referencia cinéfila le calza muy bien a los americanos oriundos de California y pioneros del new metal Korn.
Tuvieron un comienzo a todo trapo con el debut ¨Korn¨ (1994) seguido por ¨Life is peachy¨ (1996), ambos muy bien recibidos por la prensa del momento como por una nueva camada de jovencitos que ya no veían a Kurt Cobain como un mesías depresivo: el riff grueso y saltarín de las 7 cuerdas, las ropas deportivas marca ADIDAS y los versos rapeados del carismático y sufrido cantante Jonathan Davis habían llegado para quedarse, lo que se tradujo en muy buenas ventas tanto de discos como de convocatoria a sus shows. Pero no fue hasta la edición de su emblemático tercer disco ¨Follow the leader¨ (1998), que la banda explotó en ventas y los catapulto a la fama mundial y teníamos a Korn hasta en la sopa, donde no era raro que algún compañero en la secundaria fuera fan de ellos. Una escalada que luego siguieron con ¨Issues¨ (1999) con el que se presentaron en la desastrosa edición de Woodstock de ese mismo año, seguido de ¨Untouchables¨ (2002) y ¨Take a look in the mirror¨ (2003) todos grandes éxitos de ventas millonarias al que le siguieron giras monstruosas, pero paralelamente a la salida del guitarrista Head de la banda tras ¨Take a…¨ lo que vino después ya lo saben: mas lujos a su alcance como autos de alta gama, chicas voluptuosa y de la mas alta categoría, gran exposición tanto en canales como la MTV cuando era un canal (digamos) de música; Korn se aburguesó y comenzó a perder esa rabia inicial con la que escupían sus traumas al mundo entero, total ya eran millonarios y su status de superestrellas les aseguraba mas ventas abultadas. Y encima los jóvenes a medida que fueron creciendo descubrieron las raíces del metal tanto con Black Sabbath como con Judas Priest o Iron Maiden por citar ejemplos (no por nada Sharon Osbourne comenzó a invitarlos a los OzzFest) y el New metal tanto de Korn como Limp Bizkit o Linkin Park comenzó a ser visto como algo mas bien generacional (como lo había sido el Grunge en los 90’) y que había cumplido su ciclo. Pero los liderados por Jonathan Davis, lejos de recuperar ese hambre inicial para continuar como dignos sobrevivientes de dicha escena (como Pearl Jam o Alice In Chains para el Grunge), entraron en una suerte de nebulosa compositiva y ni siquiera la tan mentada vuelta a las raíces con ¨Korn III: remember who you are¨ (2010) los hizo salir de ella y menos los discos posteriores a el donde hasta metieron bases electrónicas. En los últimos tiempos las tragedias vividas (otra vez) por Jonathan Davis, con el fallecimiento de su ex esposa a causa de una sobredosis y de su madre en 2018, parecieron volver al vocalista a la realidad convirtiendo sus desgracias en algo positivo y se saldo con la edición de ¨The nothing¨ (2019), disco donde mostraron a la banda que nuevamente tenían bastante del hambre de sus inicios. Afortunadamente, este año, y pese a que nunca estuvieron en mi lista de preferencias (aunque verlos en vivo allá por 2008 me sorprendieron de muy buenas maneras), Korn esta de vuelta con un muy buen disco bajo el brazo, demostrando otra vez que los tuvieron retienen y mas cuando están con hambre.
¨Requiem¨, decimocuarto disco de los americanos Korn, se muestra como una clara evolución con respecto a ¨The nothing¨, donde las guitarras tanto de Munky como de Head (retornado desde 2013) escupen riffs tanto característicos como machaques y bases mas amuralladas casi cerca del metal pesado mas estándar como de otros estilos ajenos a ellos, lo que deja a Jonathan vociferando esas líneas tan sufridas llenas de melodías, como algunas mas extremas cercanas los guturales que se traducen a versos como estribillos atractivos y gancheros. El resultado es un disco bastante acorde a sus mejores momentos discográficos, que respira ganas y potencia por los 4 costados, merced también a algunos agregados que fueron muy bien asimilados a su estilo. Desde la entrada saltarina y ¨alambrada¨ de Forgotten con Davis tirando líneas melódicas, pero acorde al ambiente pesado y que se corona con un estribillo recordable, pasando por la pared guitarrera de la oscurita Let the dark do the rest adornado por algunos coros en plan guturales. Y si de pared sónica hablamos, no dejen pasar al machaque potentísimo y entrecortado de la lenta y amenazante Start the healing, donde los coros guturales acompañan las voces de Davis de muy buenas maneras. Lost in the grandeur y sus cortes tanto de las bases rítmicas como guitarreros los tienen experimentando con el groove metal, y además tiene uno de los mejores estribillos del disco. Disconnect por su parte en plan casi post metal europeo como el de Cult Of Luna (aunque sin las voces Sludge), tanto por las rítmicas como en las guitarras, que la verdad no les sienta para nada mal. Hopeless and beaten, lejos de sonar derrotista como su nombre lo indica, sus machaques y ambientes tanto densos como agresivos dicen otra cosa. Penance of sorrow es un tema Korn puro de esos con los que inundaron las radios hace mas de 25 años, se muestra como lo más normalito del disco. Para el final llega los versos más rapeados del disco con My confession, aunque acá mucho mas bañados en guitarras potentes como armónicas y Worst is on its way, de pulso entrecortado sumado a un pasaje de Davis muy a lo ¨Freak on a leash¨, pero bastante acorde al disco le da un muy buen cierre al trabajo.
La producción del disco a cargo de la misma banda, más la asistencia de Chris Collier, le dotó de un sonido depurado con respecto al anterior disco, como también bastante potente que a este Korn de la nueva década del siglo XXI no le sienta para nada mal, sumado a una portada muy propia de ellos y un titulo bastante significativo para Davis, dado que le sirve tanto como réquiem a su catarsis tanto lírica como musical camino a ¨empezar la curación¨. Quienes aun tenga malos recuerdos con respecto a todo lo que significo el New Metal y sean afines a las vertientes tanto clásicas como a las mas modernas que incluyen solos de guitarra no creo que vayan a amigarse tanto con el estilo como con la banda, pero para aquellos que quieran la mente y escuchar una versión mas potente de Korn les va a venir como anillo al dedo, puesto que se trata de un muy buen disco que los muestra con ganas de ir un poco más allá que ser sobrevivientes y yo al menos la pase muy buen con el. Y los que sean fans del grupo no se lo deben perder por nada.
Así si, Korn, así si!
Korn
Jonathan Davis – voz
James ¨Munky¨ Shaffer – guitarra
Brian ¨Head¨ Welch – guitarra
Reginald Arvizu – bajo
Ray Luzier – batería
Tracklist
1 forgotten
2 let the dark do the rest
3 Start the healing
4 lost in the grandeur
5 disconnect
6 hopeless and beaten
7 penance to sorrow
8 my confession
9 worst is on its way