¨Punto de gran retorno!¨

Crítica escrita por Christian Darchez

Aunque cueste creerlo, pasaron 16 años del último lanzamiento de la gloria americana del Hard Rock progresivo Kansas (¿hace falta que diga de que estado son?), sí, esa misma banda comandada por el genio de las 6 cuerdas Kerry Livgren, ese gran cantante Steve Walsh y sin olvidar al violinista Robby Steinhardt (pilares compositivos de Kansas) que en los 70’ editara joyas como Kansas (1974), Songs for América (1975) pero que en 1976 explotaría el éxito para la banda con Leftoverture dejando su primer gran himno rockero ¨Carry on wayward son¨ y en Point of Know return (1977) dejarían otro hit para la posteridad: la hermosa balada ¨Dust in the  wind¨.

Pero que en los 80’ (como toda banda progresiva) tuvieron sus primeros traspiés y deserciones de integrantes, sumado al hecho de los fans no toleraron las crecientes muestras de inclinaciones religiosas de Walsh y Livgren. Los 90’ los tuvo bastante inactivos discograficamente aunque se despacharon con el genial Freak of nature (1995) y finalmente en el nuevo milenio llegaría Somewhere to elsewhere (2000), uno de los puntos más bajos de su carrera y lo más decepcionante del asunto es la expectativa que había generado la reunión de la formación original y el resultado fue un álbum bien ejecutado y facturado pero sin alma. Tras aquella fallida reunión, el grupo solo se dedicó a editar discos en vivo y compilados, tocar y tocar, volverían los consabidos vaivenes de músicos, y finalmente el retiro de Steve Walsh dejaron a aquel pálido disco del 2000 como el último registro de estudio.

Este año nos sorprenden a todos con The prelude implicit, su décimo quinto disco de estudio tras 16 años sin material nuevo por varios motivos muy concretos. Por empezar el disco marca el debut del cantante y tecladista Ronnie Platt reemplazando a Steve Walsh (se retiro en 2014) y también de Zak Rizvi que vino a apoyar en las 6 cuerdas al ya histórico Rich Williams y otra cosa muy importante: se trata de un trabajo decididamente superior a Somewhere to elsewhere más allá que 16 años los separen y eso se da justamente por el enorme paralelismo con sus discos más clásicos y con aquel discazo que fue Freak of nature (más por el sonido moderno) o sea de ese Hard Rock progresivo con el violín y los teclados apoyando las composiciones.

El resultado es una obra con peso propio sustentado con historia y excelentes canciones, que se han liberado por fin de las partes orquestadas con las que habían inundado las mismas en los 2 discos previos de la banda. Desde la entrada a toda emoción de “With this heart” cortesía del debutante Platt, dueño de un caudal melódico y muy agradablemente emotivo (mucho más que John Elefante, aquel primer reemplazante de Walsh en los 80’). Aunque aun carece de la intensidad que tenía Walsh en sus mejores épocas, logra imprimirle personalidad y presencia. Seguido de la marcha Hard rockera “Visibility zero” con un gran solo de violín. Casi en la misma línea nos encontramos con otra pieza dura como “Rythm in the spirit” que no hubiese desentonado en Freak of nature.

El comienzo folk acústico con el violín dando contrapuntos en la preciosa balada “Refugee” con Platt cantando en suaves y soñadores hilos melódicos convirtiéndolo en el track más extenso del disco. Los pasajes intrincados iniciales de la inquieta y juguetona “The voyage of eight eightteen”, que va desde las partes lineales y luego vuelve a tomar partes muy progresivas con el violín comandando el ataque. Los teclados en colchón en la pesadita “Camouflage” de estribillo muy emotivo.  Los climas más progresivos vuelven a tomar fuerza en la marcha constante de “Summer” con un solazo de guitarra entrelazado con violín. El comienzo de guitarras reposadas del Hard Rock intrincado y rítmicas contundentes (especialmente en el bajo distorsionado) de “Crowded isolation” que luego le pasó pie a un gran duelo entre el sintetizador y el violin eléctrico. Hasta que en el final con encontramos con “Section 60, un instrumental sencillo y sin pretensiones de ningún tipo sirven de epilogo a esta excelente obra

El sonido, como no podía ser de otra forma, es excelente, y no se esperaba menos cuando uno se entera que la banda misma fue responsable de la producción. Dotándole a las canciones el sustento que las mismas merecían y sin embadurnarlas con capas innecesarias de agentes externos. Kansas volvió con un discazo imperdible que le hace honor a su gran leyenda y protagoniza uno de los regresos mas celebrados de esos últimos 3 años. Los fans de la banda y del progresivo en general estarán muy contentos con The Preluce Implicit. OTRO A MI LISTA DE FAVORITOS DEL AÑO. GRACIAS KANSAS!!!!!!!

 

Formación

Ronnie Platt: voz y teclados

Rich Williams: guitarra

Zak Rizvi: guitarra

David Manion: teclados

David Ragsdale: violin

Billy Greer: bajo

Phil Ehart: batería

Track List

1 With this heart

2 Visibility zero

3 The unsung heroes

4 Rhythm of the spirit

5 Refugee

6 The voyage of eight eighteen

7 Camouflage

8 Summer

9 Crowded isolation

10 Section 60

Escrito por christian darchez

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