«La envidia mata…de aburrimiento»
Reseña de Christian Dárchez
Luego de la anunciada separación de los astros canadienses del Rock Progresivo Rush en 2018 tras 4 décadas de carrera, no fuimos pocos los que creímos que solo se trataba de la ya conocida estrategia del ¨La ultima gira y nos separamos¨ como recurso para tomarse un largo descanso y luego volver ánimos renovados y con algún disco nuevo. Pero tiempo después las declaraciones tanto del bajista y cantante Geddy Lee en la Rolling Stone diciendo que ¨Fueron 41 años de discos y giras, ya fue suficiente¨ y del baterista Neil Peart de optar por la jubilación debido a sus crecientes problemas de salud nos dio la pauta de que dicha separación iba en serio, y su triste fallecimiento aquel 7 de Enero del 2020 finalmente puso el punto final a una exitosísima carrera no solo en el Rock Progresivo sino también de Rock en general. Esto sin dudas fue un durísimo golpe para el guitarrista de aquella recordada banda Alex Lifeson puesto que no solo perdió a un compañero de ruta con quien compartió tanto sino a un amigo de toda la vida y el año pasado anunció que estaba trabajando en una nueva banda junto a los ignotos Alfio Anibalini (guitarra) Andy Curran (bajo) y la cantante Maia Wynne (voz y teclados) y que poco tenia que ver con los pergaminos progretas que forjó junto a Lee y Peart como tambien con aquel disco solista a puro rock pesado y progreta editado en 1996. ¨Habra que escucharlo de todas maneras, después de todo es Alex Lifeson y sin dudas será algo bueno¨ me dije a mi mismo y finalmente el pasado 8 de Abril se edito el debut de su nueva banda Envy Of None, un disco donde la premisa de que no tenia nada que ver con su pasado va muy en serio, tanto que sorprende pero por razones tanto correctas como equivocadas.
Envy Of None (tanto la banda como el disco en si) es el nombre con el que Lifeson nos da la pauta de que quiere enterrar todo lo que le recuerde a su pasado progreta con Rush como también a su disco solista de 1996 con un proyecto que esta diametralmente opuesto a dichos pergaminos. La propuesta de EON se pasea en una especie de pop/rock alternativo muy de fines de los 90’ donde los agregados pasaban por incluir bases y arreglos electrónicos y casi dance cuya referencia mas inmediata es la de los americanos Garbage. ¿Es malo esto? No, para nada; de hecho Garbage es una de mis bandas favoritas y no por nada ya reseñe sus 2 últimos discos y hasta fui a verlos en vivo en el Luna Park en 2016 en su paso por Argentina pero el tema pasa por el lado de que para alguien que edito gemas como ¨2112¨ (1976) ¨Moving pictures¨ (1981) ¨Grace under pressure¨ (1984) o ¨Clockwork angels¨ (2012) junto a Rush o el disco ¨Victor¨ (1996) y despues saltar a esto uno como oyente esta mas que shockeado. El tipo puede hacer lo que se le cante el quinto forro del culo, claro esta y mas si es algo distinto como en EON, pero en la música todo se rige mas por los resultados que las intenciones y es ahí donde creo que falla este proyecto. La intención de hacer algo distinto fue noble, eso si, pero las canciones de este debut no ayudan mucho a que esas intenciones se conviertan en logros por distintos motivos que paso a explicar. Si bien el inicio movido y constante de Never said i love you regido mayormente por bases programadas y distintos arreglos de teclados y guitarras ligeramente distorsionadas bien de los 90’ a cargo de Lifeson dentro de todo suena acorde al estilo, pero el primer bache con el que se estanca EON es en la labor vocal de Maia: demasiado pasiva y angelical para lo que el estilo requiere donde la energía extra es un factor importantísimo en la ecuación. Esto la escocesa Shirley Manson lo sabe muy bien y por eso casi siempre alterna voces suaves con entonaciones mas enérgicas que vayan acorde a la propuesta para ahuyentar la monotonía que los arreglos electrónicos pueden llegar a ocasionar. En cambio Maia carece de recursos y carácter para imprimirle a las canciones ese toque que las haga llevaderas y recordables. Como sucede en piezas mas reposadas y de puros arreglos electrónicos como Shadow o Look inside que dada la falta de variedad tanto musical como interpretativa de Maia hacen que se hundan en la intrascendencia. En piezas decididamente Pop/rockeras como en la casi industrial Liar o en el medio tiempo Spy house (una de las pocas que tiene solos de guitarra) la voz angelical y de aires Dream Pop de Maia tampoco logra hacer pie. Tan solo en las rockeras Dog’s life y Enemy Maia da signos de ser un ser terrenal usando voces mas naturales que dentro de todo no esta mal pero dicho intento no termina en hacer pie puesto que lo de ella no es precisamente la energía vocal y se nota mucho en cuando quiere levantar un poco la voz. Aparentemente Lifeson se dio cuenta tarde de este detalle e inclino casi todo el disco en una vena mas reposada que predomina el disco donde las 11 canciones parecieran ser 22 dado la poca variedad que la voz de Maia impuso en el trabajo.
Obviamente al haber alguien de extensa trayectoria en este proyecto el disco en esa vena suena muy bien y esta perfectamente arreglado donde lo único real son las guitarras de Lifeson y Anibalini (cuyas 2 guitarras no tienen razón de ser), el bajo de Curran y las voces de Maia puesto que las baterías y los arreglos fueron programadas. Perdí la cuenta de las veces que lo dije pero lo vuelvo a decir: celebro que un artista se anime a hacer algo distinto a su pasado y si es algo bueno, bienvenido sea; pero Lifeson en este caso creo que en su misión de alejarse lo mas posible de ese pasado que todos conocemos se metió en un estilo que no solo no entiende sino que la pifio feo al escoger la voz para comandar a su proyecto y el resultado es terriblemente aburrido. Ya lo se, ¨Alex Lifeson puede hacer lo que quiera tanto si quiere hacer un disco de Trap o Regaeton¨ me dirán por ahí y no van a estar para nada equivocados, pero no se puede seguir usando dicho argumento si después cuando un Metallica te saca un ¨Load¨ (1996) o ¨St Anger¨ (2003) por citar un ejemplo van a poner el grito en el cielo. Mejor suerte para la próxima, Alex o de última ponte en contacto con Geddy Lee que en sus ultimas entrevistas dejó la puerta abierta para volver a trabajar juntos. Es por ahí, Alex!
Envy Of None
Maia Wynner: voz y teclados
Alex Lifeson: guitarra y programaciones
Alfio Anibalini: guitarra
Andy Curran: bajo, programaciones y coros
Tracklist
Never Said I Love You
Shadow
Look Inside
Liar
Spy House
Dog’s Life
Kabul Blues
Old Strings
Dumb
Enemy
Western Sunset