Luís Massot (Taifa), nos habla sobre su libro «MaROCK»

«Aquellas vivencias nos han hecho crecer mucho como artistas»

Entrevista realizada por Crom

Hola Luís, antes de empezar quiero pedirte perdón por la larga demora en preparar esta entrevista. Bienvenido a Dioses del Metal.

A nuestros lectores quiero ponerles en antecedentes, esta es una entrevista atípica, porque voy a charlar con Luis Massot no sobre un nuevo disco con su banda, Taifa, si no sobre un libro que has escrito que lleva por nombre “Marock, las aventuras de una banda de Rock en Marruecos”. Antes de entrar en detalles, quiero saber cuándo y por qué decides escribir este libro.

Al vivir nuestras aventuras en Marruecos, ni se me pasó por la cabeza que podrían desembocar en un libro. Estábamos demasiado ocupados en sobrevivir a ellas. Era siempre a nuestra vuelta cuando fans y amigos nos preguntaban cómo había ido y al contárselo nos decían: “Tenéis que escribirlo” y nosotros siempre respondíamos que nadie nos iba a creer. Ante la insistencia, un día me puse a recordarlas sobre el papel y al mostrárselo a amigos del ámbito literario me animaron a editarlo. Nunca hubo una intención de convertirme en escritor. Estoy más que sorprendido del éxito que está obteniendo.

Leí tu libro hace meses, me gustó, pero no es una lectura fácil, al menos en mi caso… pero antes de explicar el porqué, me gustaría que tú mismo nos dijeras qué cuentas en él.

Son las aventuras de Taifa en Marruecos entre los años 2005 y 2016. Conciertos, colaboraciones con músicos autóctonos, vivencias…etc. Contadas tal como ocurrieron, a modo de diario de bitácoras. Con la única pretensión de dejar constancia de unos acontecimientos únicos, vividos por una banda de rock sin apenas medios en un país donde por aquellos años el rock era un estilo de música poco frecuente y en el que se te acusaba de satánico por el simple hecho de escucharlo.

¿Eres consciente de lo poco glamurosas y alejadas de los tópicos de una Rock Star Band que son las historias y anécdotas que cuentas en las páginas de “Marock”, ¿verdad?

Tal vez ahí radica la respuesta positiva que el libro está obteniendo, que es una narración genuina y real.

Creo que el tópico “Sexo, drogas y rock and roll” está sobrevalorado a estas alturas y en lo musical carece de perspectivas artísticas. Quiero decir con ello que para nosotros lo primordial siempre ha sido la música, y aunque en estas aventuras haya algún guiño a esa temática, nunca se nos pasó por la cabeza que íbamos a conquistar con ego colonialista de Rock Star unas tierras áridas culturalmente hablando, sino todo lo contrario, teníamos la oportunidad de aprender mucho de un país con una gran variedad y riqueza musical, y donde esta se valora más que en el nuestro.

Y eso es lo que ha hecho esta lectura a veces… dolorosa, por ver las penurias y dificultades con las que os encontráis tú y el resto de la banda para tocar en esos “festivales” en tierras marroquíes, es como un bofetón de realidad… pero todo lo que cuentas es cierto, claro.

Totalmente cierto, no creo que mi imaginación hubiese dado para inventarme ni una de las aventuras que nos ocurrieron, y eso queda patente al leer el libro.

Si hubiéramos sido invitados por una gran promotora, en primera clase, con hoteles de lujo no habríamos tenido el contacto real con esa cultura, este libro no existiría, y aquellas aventuras se habrían quedado en la anécdota de haber actuado en un país exótico. No habríamos sido más que unos turistas musicales sin contacto con la gente autóctona. Sin embargo, aquellas vivencias nos han hecho crecer mucho como artistas, conocer nuevas formas de crear música, poder ser uno más entre unos músicos que tienen una visión cultural diferente de la nuestra. En lo personal, es algo que ya forma parte de nuestras vidas, se han creado unos lazos que trascienden lo musical. Muchos amigos, muchos sueños compartidos.

Me gusta el retrato que haces de sus habitantes, porque a veces es como una guía de viaje, es como si lo viviera con mis propios ojos, les cojo cariño a algunos de ellos, me enamoro de sus paisajes… Sé que tú sientes aquellas tierras un poco tuyas, ¿no es cierto?

Es un orgullo para mí haber conseguido que el lector reviva todo aquello y se convierta en un compañero más de viaje. Tal vez sea el hecho de que se cuente desde el corazón y con la pasión con que vivimos todo aquello, lo que haga que quien lo lee se contagie. Al final se ha convertido en una mezcla de libro de viajes, donde también cuento la historia del lugar, recetas, sus fiestas, detalles de sus gentes y su forma de ver el mundo. No porque lo haya preparado así, sino porque son cosas que van surgiendo en el camino y me pareció interesante incluidas.

Hay una diferencia entre el turista que compra un souvenir, hace unas fotos y se vuelve al hotel a comer un boufet continental para ver luego un partido de fútbol de su equipo en la televisión internacional; y un viajero que come donde los autóctonos lo hacen, convive con su día a día y acaba la velada tocando en una fiesta improvisada en casa de alguien que acaba de conocer. Eso es lo que te hace sentir parte de ese lugar, de que llegues a quererlo, se llame India, Marruecos o Londres.

La puntualidad no es una de sus virtudes ¿verdad?, y yo creía que eso era algo muy español (risas).

En el libro uno se da cuenta que, a pesar de ser una cultura diferente, nos separan menos cosas de las que creemos. Siendo niño solía oír aquella frase peyorativa que decía: “España es el culo de Europa y la cabeza de África” cuando nos comparábamos con el resto de la comunidad europea. Pero siempre me cuestionaba si prefería la calidez de la gente cuya música mora se colaba por aquel tiempo en nuestras radios (por su similitud con el flamenco) a la frialdad de un noruego. Somos sobretodo mediterráneos y nuestra forma de entender la vida es diferente a los países del norte, por mucho que los medios de comunicación y la globalización pretendan hacernos creer lo contrario.

Cuentas en algunos de esos viajes que aprovechaste para grabar instrumentos con algunos de los músicos autóctonos… en la mayoría de ocasiones en unas condiciones muy difíciles, que incluiste en discos de Taifa, ¿en cuáles de ellos?

La cosa surgió casi por casualidad. Era inevitable que la curiosidad por conocer los instrumentos y detalles de músicas nuevas para nosotros desembocara en experimentar con los músicos de ese país. Cuando grabábamos el LP “Alhambra” se sumó a la grabación el prestigioso violinista de música andalusí Nourdine Chkara. Ya para “Despertando el silencio” contábamos con una orquesta entera, la Abnae wa banat Ziryab de Tánger, y un grupo de música gnawa de Tetuán. Repetimos la formula en “Embrujo”. Actualmente esas sonoridades que ya forman parte del sello Taifa. Incluso para nuestro acústico hemos incorporado instrumentos étnicos, que ellos nos han enseñado a tocar.

Y esas grabaciones en vídeo, ¿en el videoclip de qué canción se usaron?

En “Las torres de Babel” incorporamos algunas pinceladas de aquellos contactos con los músicos del lugar. Pero para “Despertando el silencio” estos ya fueron coprotagonistas en la filmación y en “Escrito en la piel” la orquesta andalusí Abnae wa banat Zyriab ya nos tenía preparado un fantástico riad como plató para el videoclip.

Aparte de ello, tenemos subidos en internet videos de las actuaciones de Marrakech, Oued Laou y Chef Chauen, además que alguna jamming como testimonios visuales que pueden amenizar al lector.

De verdad que personalmente me cuesta ver lo positivo de esos viajes, y sé que tú te has quedado con lo mejor y son vivencias que ya nunca vas a olvidar, pero es que está tan alejado de lo que podrías esperar oír de, por ejemplo, una gira de Mago de Oz por Sudamérica, de la que ves esas fotos de sus viajes en avión de primera, en que los reciben como estrellas en un baño de multitudes…, y luego recuerdo cuando contabas ese temerario viaje a toda velocidad en una furgoneta destartalada. Quitando los roles de banda de éxito, creo que en cualquier caso a los músicos hay que tratarlos con respeto, como artistas que son.

Bueno, nadie nos puso una pistola delante obligándonos a actuar ahí (aunque una vez si nos amenazaron con dos machetes, jajaja). Fuimos porque quisimos, por esa ambición artística que nos hizo ir más allá de la zona de confort que vivíamos artísticamente. Lo más lógico hubiera sido seguir tocando en España y repetir clichés, pero mi visión artística es que hay que arriesgarse con sonoridades nuevas, y no solo oyéndolas sino viviéndolas en su lugar de origen.

Hubiera podido camuflar las experiencias menos glamurosas y hacer creer al lector que todo fue un camino de rosas, pero no hubiera sido ni honesto conmigo ni con quien quisiera vivir a través del libro lo que realmente pasó.

Para mí lo positivo es que conseguimos nuestro objetivo, sin una promoción pagada previamente, sin la carta de invitación de una gran compañía. Nosotros solos, con nuestra música salimos airosos en un país que no nos conocía de nada.

En cuanto al respeto hacia los músicos, creo que aquí tampoco vamos sobrados.

Te voy a poner una trampa y pedirte que decidas si cambiarías esas vivencias por tierras marroquíes, todo lo bueno y malo que viviste, por una experiencia como la que te decía, la de tocar en un festival con todos los lujos de una banda de súper éxito.

Pienso que hay un lugar y un tiempo para cada cosa. Tener que elegir sería como decidir entre el nacimiento de un hijo y que te toque la lotería, ambas son importantes según las circunstancias. Afortunadamente alguna oportunidad ha tenido Taifa de tocar en un gran festival, pero es un sueño que al día siguiente desaparece y se vuelve a la vida real.

Con el apoyo necesario se puede tocar en grandes festivales, pero por mucho que uno se empeñe o pague por ello, no se consigue fácilmente a acceder a lo vivido en este libro. En nuestro caso hemos tenido que ganarnos la confianza de esos músicos con el respeto hacia su cultura.

Ojalá hayamos despertado el “apetito” de nuestros lectores y estén interesados en leer tu libro, diles cómo lo pueden comprar.

Pueden contactar conmigo tanto en las redes sociales de Taifa como escribirme a reinodetaifa@protonmail.com y será un placer para mi acercároslo.

Otra cosa que me ha llamado la atención, por lo poco que he visto en tus redes… que yo no soy muy usuario de ellas, pero he visto que has presentado el libro en todo tipo de lugares, algunos bien lejos de España.

Si, toda una sorpresa para mí. Como no me considero un escritor, he optado por presentarlo haciendo un concierto acústico e intercalando anécdotas contadas en el libro. Por primera vez me he atrevido a tocar sin mis compañeros y estoy muy ilusionado con ello. A pesar de los impedimentos sociales que actualmente estamos viviendo lo he presentado ya en La feria del libro de Palma, además de otros lugares de Mallorca, en el extranjero en la Feria internacional del libro de Ayacucho (Perú), en Ciudad de México y en San Cristóbal de las casas (Chiapas). Tengo previsto en breve llevarlo al resto de España y por supuesto a Marruecos.

Y en general, que estoy seguro de que has hablado directamente con muchos de tus lectores, ¿qué opiniones estás cosechando sobre el libro?

Todos coinciden en que es una lectura amena, que se lee en un día. Que, aunque uno no sea un enamorado de la lectura, estas aventuras te enganchan por su contenido y lo que cuentan. Lejos de alardes literarios. Como si yo se las estuviera explicando mientras nos tomamos algo en un bar. Aparte de que pocos libros sobre bandas cuentan la realidad de sus viajes y se dedican a contar los tópicos de Rock Star. Es un libro crudo y real.

Y bueno, llegamos al final, pero no puedo irme sin antes preguntarte por Taifa, y si se está cocinando algún nuevo disco de la banda.

Si, ya hemos acabado con la fase de composición y ahora toca la laboriosa fase de adecuar las colaboraciones y los instrumentos étnicos. Como dicen en Marruecos: “La prisa mata”, y nos estamos tomando el tiempo necesario para superarnos un poco más con cada trabajo.

A pesar de las circunstancias actuales tengo que decir que afortunadamente hemos seguido trabajando en directo y reinventándonos. El formato en acústico está teniendo muy buena aceptación y esperamos en eléctrico poder incorporar los instrumentos étnicos de los que te hablaba. Estamos deseosos de volver a tocar pronto en la península y en Marruecos.

Pues nada más amigo, te dejo despedir la entrevista a tu manera y te envío un fuerte abrazo desde Murcia.

Agradecer a Dioses del Metal el gran trabajo que realiza por el rock e invitaros a todos a revivir las aventuras de Taifa en Marruecos a través de mi libro “MaROCK. O las aventuras de una banda de rock en Marruecos”.

Deja una respuesta