¿Os ha acompañado un disco o canción en algún momento importante de vuestra vida? ¿Habéis sentido consuelo en la música en un mal momento o escucháis una canción que os evoca un buen recuerdo que aún os emociona? Si os sentís identificados, el Metal es vuestro mejor amigo.

Otra vez aquí, otra vez uso este rincón para aislar y extenderme en un comentario que iba a usar en la reseña de un disco me ha emocionado y, como en ocasiones anteriores, ha removido cosas en mi interior que me han llevado a realizar un trabajo de introspección. Porque eso es lo bueno de esta música: la capacidad de emocionar, de forma distinta en base no solo a nuestros gustos y sensibilidad, también del momento que vivimos. Recuerdo que Valkiriana, excolaboradora nuestra, en ocasiones decía que parece que le asignaba el disco que mejor le venia al momento que vivía; eso puede ser en parte suerte, pero también hay personas sensibles que extraen lo mejor del arte, y la música lo es, y conectan con ella aportando parte de su esencia, de forma que cada persona la interpreta de distinta manera

Lo decía en mi anterior post sobre las letras de las canciones, pero aquí quiero poner el foco en lo importante que puede ser la música, en nuestro caso el Metal, en nuestro día a día. Por fortuna, siempre encuentro una canción o disco nuevo con el que conecto, la mayoría de las veces nacional, y que me aporta cosas difíciles de explicar, pero que me ayudan a superar los pequeños baches emocionales a los que todos nos enfrentamos antes o después. La música puede ser terapéutica, se mete bajo nuestra piel, conecta con los puntos de dolor (emocional) y, en muchos casos, ayuda a su curación; en ocasiones deja una cicatriz, no obra milagros; también es la banda sonora de nuestros mejores momentos, un estribillo que tarareas en voz alta, un riff que te pone las pilas…

Esto se extrapola también al cine, eficaz transmisor de emociones. Aún recuerdo aquellas películas de mi niñez de Bruce Lee o Rocky, salías del cine peleando con tus amigos en broma; otras te hacen llorar o reír y algunas, solo unas pocas, quedan en tu filmoteca de películas que te han marcado y guardas en un rincón de la pared, pero también de tu corazón.

Por supuesto, con los libros tiene la posibilidad de viajar, vivir aventuras, sufrir, gozar o ser un héroe, como los de los cómics que leía de pequeño (y aún leo) e, incluso, he tenido la suerte de ser un Dios, Crom, en una de las historias de Luishard, «El primero entre iguales», ¡qué gran frase amigo! La diferencia con el cine es que la lectura hace volar la imaginación, tú le pones cara a los personajes, al mundo en que se desarrolla la historia, es interactivo… Como la música.

¿Por qué digo que la música es la mejor amiga de un metalero? Voy a decir por qué en mi caso, aunque creo que algunos de vosotros encontrareis puntos en común. El Metal y yo tenemos una relación que va para 31 años, hay pocas amistades que resistan ese paso del tiempo. Todos estos años he amado esta música con intensidad, aunque en mi vida ha habido y hay muchas más cosas siempre ha ocupado un espacio importante, en ocasiones la he tenido algo olvidada pero siempre he vuelto a ella, esa amante fiel y comprensiva que siempre está allí.

En honor a ella voy a desnudar un poco mi alma, porque no creo poder explicarme si no lo hago y se lo debo. Siempre he sido algo reservado pero sociable, para ello he hecho algo que todos, en mayor o menor medida, hacemos en la vida: crear una imagen con la que mostrarnos al mundo, un papel de actor en esta gran obra que es la vida. El personaje que he creado tiene mi esencia, no seria creíble si fuera de otro modo, sentido del humor (si le preguntas a mi cuñada ya te digo que discrepa, ja,ja), cercanía y muchas cosas del auténtico yo, de lo que soy, pero que lo he adaptado a los distintos roles que debo asumir en la familia, trabajo, con amigos, colegas… A ver, todos lo hacemos, ¿quién es de verdad totalmente sincero con el jefe? ¿Quién le dice a su pareja o mejor amigo todo lo que piensa de él? Nadie, así que todos nos guardamos algo, no somos transparentes ¿verdad? En mi caso, ese caparazón deja fuera cosas que pienso y no comparto, que siento y no transmito… A nadie, y no lo digo por hacerme el misterioso, ya me gustaría que fuera distinto, como me gustaría creer en Dios, quizás es cuestión de fe en ambos casos.

Siempre fui bastante fuerte en lo emocional, un guerrero atrapado en el cuerpo de un nomo, jeje, se me ha dado bien escuchar y dar consejos, peores o mejores, pero creo que he sido una persona en la que se puede confiar, aunque yo mismo haya sido incapaz de confiarme por entero a ninguna persona, pero sí a la música. Ella ha sido testigo de excepción de mis derrotas y victorias, mis lagrimas y alegrías, me ha visto caer, muchas veces, y me ha visto levantarme, ha sido el hombro en el que llorar, el consuelo al desaliento. ¿Cómo? Diréis. Una canción, a veces basta con eso. Tener a Yosi (Los suaves) susurrándote al oído sus Palabras para Julia, Siempre Igual, Ese Día Piensa en Mi o Viajando al Fin de la Noche, pueden ayudarte a salir del pozo de tristeza más profundo; baladas como Al otro Lado del Silencio (Ángeles del Infierno), El Silencio de la Noche (Sangre Azul), Siempre Estás Allí (Barón Rojo), Complaciente o Cruel (Obús) o Junto a Ti (Panzer), pueden ayudar a cicatrizar las heridas del corazón; Maldito Sea Tu Nombre (Ángeles) o la reciente Siento el Miedo (Warcry), te pueden animar a superar una decepción; canciones para emocionarte, levantar el ánimo, divertirte o tararear hay, por fortuna, muchas, y no quiero extenderme más, os invito a citar las vuestras y qué os han hecho sentir, seguro que tenéis presentes algunas.

Los amigos, la familia, la pareja… las personas, son necesarias e insustituibles; ¿hay algo mejor que sentarte a charlar de lo divino y lo humano con alguien que aprecias de verdad? Sí, acompañarlo con un par cervezas, ja,ja. Pero la música es tu amiga más fiel, no te pide nada y te da mucho, nunca te traiciona y siempre está a tu lado.

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