Echelon - The Brimstone Aggrandizement (2016)

Echelon - The Brimstone Aggrandizement

“Los clásicos vuelven a resurgir”

Crítica escrita por Moralabad

Exactamente la semana pasada, el día 22 de diciembre, vio la luz este segundo disco de Echelon, una banda “internacional” formada por miembros de Reino Unido y Suecia, músicos con experiencia y, en algunos casos, con una trayectoria remarcable. El estilo de la banda es un death metal de la vieja escuela.

De la mano del sello indio Transcending Obscurity presentan este segundo disco con una producción bastante buena, en la que las guitarras y la batería no se tapan las unas a las otras como suele pasar en los momentos instrumentales en otros trabajos del estilo.

Solo con la inicial “Plague Of The Altruistic”, la cual puedes escuchar a continuación, se puede notar lo que he mencionado anteriormente. La voz gutural puede recordar sobre todo a la de Johan Hegg por su similitud y gravedad. Más técnica tras los parches y riffs más desbocados con un buen solo, se muestran en el transcurso de “The Forbidden Industry”, la cual tiene un comienzo poco habitual.

Desde luego, técnica y calidad, no les falta, sólo hay que degustar la completa variedad de ritmos que, canción tras canción, desarrollan sin despeinarse. Ejemplo de ello son “Lex Talionis” y el homónimo, las cuales sufren una aceleración de batería mientras que las guitarras siguen el habitual ritmo hasta la ejecución del solo. Todos los temas tienen una duración similar, en torno a los tres o cuatro minutos, haciendo un total, los ocho, de 35 minutos.

También hay momentos más agresivos que el death, acercándose al black, pero da la casualidad que ese hecho se lleva a cabo en “Of Warlocks And Wolves”, la cual, tiene un comienzo y riff de guitarra muy a lo Megadeth de su célebre tema “Holy Wars…”, peculiar y llamativo, la verdad. El ritmo que me recuerda siempre al clásico “Detox” de Strapping Young Lad, lo vuelvo a escuchar aquí en “Vital Existence”, en lo que, a ojos de seguidores del estilo, es un claro guiño a los reyes del metal vikingo (Amon Amarth), un corte lleno de calidad y fuerza que, aunque tenga un solo lento y melódico, el esqueleto es de los que más consistencia presentan.

Y de nuevo, como al comienzo, el death metal más clásico aparece para quedarse, más cuando se presenta como el tema “The Feared Religion”, que tiene la fuerza necesaria para convertirse en la mejor del disco, todo gracias a su variedad e intervención de la guitarra solista en varias ocasiones, a cada cual diferente y aportando un granito de arena de distinto tipo. El final llega con “Monsters In The Gene Pool/Sonic Vortex”, formada por dos partes diferenciadas entre sí a modo de medley. Al ser la más larga, con seis minutos, es, sin embargo, las que menos parte vocal tiene. Por tanto, se centra en la guitarra solista y los cambios de ritmo del bajo y la batería.

Para terminar, decir que me ha parecido un buen disco de death metal, algo corto, aunque preferible así a que hubiera temas que supusieran repetir una y otra vez lo mismo. La nota que le doy es un 7,3/10.