«Inicio de un día digno de película»
Crónica de PolMetalhead
Fotos de Floopy
Tras dos días de altibajos, con un jueves decepcionante y un viernes estelar llegaba el día que más esperaba, el día que por fin vería por primera vez a Metallica. Pero los de Los Angeles no eran el único atractivo de un día que contaba con bandas consagradas como Accept, Extreme, Saxon o Bruce Dickinson. Además de bandas de un escalón por debajo como Crystal Viper, Stratovarius, Rhapsody of Fire o Black Stone Cherry.
Crystal Viper:
En esta tesitura llegábamos a las 10 y media de la mañana bajo una lluvia impresionante para presenciar el concierto de los polacos Crystal Viper liderados por la poderosa guitarrista y cantante, Marta Gabriel.
El ambiente, aunque empapado, vibraba con expectación cuando el primer acorde de “Fever of the Gods”. A pesar del mal tiempo, a base de unos riffs poderosísimos el público se iba entregando desde el principio a la banda.
Sin parar tocaban, “The Cult” manteniendo en máximos la adrenalina, con su ritmo veloz y coros pegadizos nos hacían olvidar las inclemencias del tiempo. Tras esto llegaba “At the Edge of Time”, con el público ya metido completamente en un show espectacular.
Seguían con “Metal Nation” himno dedicado al heavy metal, que dedicaron al Hellfest diciendo que nosotros éramos la “Metal Nation” y que resonó con fuerza en cada rincón del recinto. La banda nos llevaba a su disco del 2012 “Crimen Excepta” para traernos uno de sus clásicos como es “Witch’s Mark”.
Por desgracia entrábamos en la recta final del show con la potente “Still Alive”, un tema que levantó el espíritu del respetable a pesar de como apretaba la lluvia. Finalmente, cerrarían la actuación con su gran himno, “The Last Axeman” para finiquitar el show de forma brillante, con un despliegue de energía que nos dejó con ganas de más.
Al final en los festivales así las bandas que no son cabeceras tienen el tiempo que tienen y Crystal Viper lo exprimieron hasta el último segundo. Pese a contar con solo media hora de tiempo lo dieron todo y espero poder disfrutar pronto de nuevo de un concierto de los de Katowice.
Darken:
A las 11 llegaba el momento de ver a una de esas bandas que si no fuera porque tocan en un festival no los habrías conocido nunca y te sorprenden para bien, estoy hablando de los locales Darken. Una banda formada a finales de los 80 que se reuniría en 2021.
Salían bajo la lluvia con “Ground Zero” y ya desde el principio se les vio con una energía y unas ganas dignas de admirar. Su cantante Stéphane Monceau se atrevía a salir del escenario para mojarse bajo la lluvia con el público.
Seguían con “The End Of Time” el que es personalmente mi tema favorito de su trabajo de estudio del año pasado “Welcome to the Light” y con el que se metían al público en el bolsillo.
Esto no paraba y los siguientes temas en sonar en el Main Stage serían “Don’t Blame Me” y “Near Death Experience”, momento en el que parecía que empezaba a escampar y con ello cada vez más gente se acercaba dando todavía más fuerza a la banda.
Llegaba ahora el momento del que es seguramente el mayor éxito de la banda hasta el momento y se notó en los asistentes, “The Cloud In My Sky”. Tras esto se iba acercando el final con “Mission Accomplished” con la banda casi al completo por el escenario redondo de Metallica.
Finalmente, las últimas notas del concierto fueron las del tema “Alive” cerrando así una media hora de puro Heavy Metal de buena mañana. Gran concierto y gran presagio del día increíble que se nos venía.
Alien Weaponry:
Tras la banda local llegaba el momento de ver a la banda de un país más alejado que vi en todo el festival, la neozelandesa Alien Weaponry. Un trío que mezcla el inglés con su maorí natal para crear una propuesta musical única. Otra de estas bandas de festival.
Comenzaron con “Raupatu”, una descarga bruta con su ritmo tribal y los riffs poderosos marcaban la tónica que seguiría el show. Continuaron con “Holding My Breath”, esta vez en inglés, una canción con tintes más melódicos pero igual de contundente y con su estilo característico.
Con “PC Bro”, se desató la energía. El público estaba completamente entregado a la potencia de la banda que contagiaba su fuerza. No quitaban el pie del acelerador para atacar con “Rū Ana Te Whenua” de su último disco “Tū”.
El siguiente tema, “Blinded”, nos llevó a los orígenes de la banda y su trabajo, “Tangaroa”. Para cerrar, tocaron su tema más emblemático, “Kai Tangata”, donde la mezcla de canto en maorí y el trash metal más rápido hacen una mezcla espectacular perfecta par cerrar una gran actuación.
Eternal Champion:
Por fin empezaba a asomarse el sol entre las nubes cuando llegó el turno de Eternal Champion, representantes del llamado Heavy Metal Old School. Este concierto llegaba cargado de un componente emocional fuerte al tratarse de uno de los primeros tras la muerte de su bajista Brad Raub, fallecido pocas semanas antes, que también era miembro de Sumerlands banda que tocó en este Hellfest.
Sin preámbulos la banda estadounidense saltó al escenario y desató los primeros acordes de “A Face in the Glare”, ya nos avisaba su cantante que disculpáramos a la banda, pues como es lógico no estaban acostumbrados a tocar sin bajista y se sentían raros en el escenario sin Brad.
Poco a poco se iban haciendo con el público y con “Ravening Iron” y “Coward’s Keep”, se empezaron a hacer con un Hellfest muy agradecido por el gran esfuerzo hecho por la banda para estar allí.
Tras esto caían dos temas de su trabajo, “The Armor of Ire”, la canción homónima para seguidamente tocar uno de los himnos de la banda, “The Last King of Pictdom” y la verdad que llegados a este punto la banda se veía en su salsa. Para el tramo final apostarían por la potentísima “Skullseeker” como antesala a un cierre apoteósico. Ese cierre llegó con “I Am the Hammer”, el gran himno de la banda y su canción más celebrada por mucha diferencia.
Eternal Champion dieron un clínic de como sobreponerse a las adversidades y cumplir con las expectativas en el escenario más grande del metal a nivel europeo, chapeau.
Anvil:
Anvil, conocidos como la «banda maldita» del metal, siempre han sido ese grupo que parece estar a punto de alcanzar la grandeza, pero acaba quedándose corto. Desafortunadamente, en este Hellfest no fue la excepción. Vamos con ello.
La banda abrió con la introducción de “Take a Lesson”, una de mis favoritas, lo que me dio esperanzas de que el concierto arrancaría con fuerza. Sin embargo, la sorpresa llegó pronto cuando, en lugar de seguir con ese tema, saltaron a “March of The Crabs”, lo que supuso la primera gran decepción de la tarde.
El show continuó de manera apática, con poco movimiento por parte de la banda. Temas como “666” y “School Love” no lograron calentar al público, que permaneció frío. Tocando en el escenario de Metallica, la distancia entre la banda y los asistentes solo hacía más evidente la falta de esfuerzo por conectar con la audiencia.
“Truth is Dying” fue el siguiente en la lista, pero, al no despertar mayor interés, decidí que era hora de retirarme a descansar. El día prometía ser largo y había muchas bandas por ver, así que preferí no desperdiciar más tiempo en un show que parecía más centrado en cubrir el expediente que en ofrecer una verdadera experiencia. Una auténtica lástima.
Rhapsody Of Fire
Eran cerca de las 2 de la tarde cuando Rhapsody of Fire, los titanes del Power Metal italiano, saltaban al escenario principal de este Hellfest. Liderados por Alex Staropoli en los teclados y con Giacomo Voli al micrófono, la banda estaba lista para desplegar todo su repertorio en tierras galas. El concierto arrancó con la introducción “The Dark Secret”, sin perder un segundo, la banda se lanzó con “Unholy Warcry”, uno de sus clásicos más celebrados. Las guitarras resonaban con fuerza mientras Giacomo Voli, con su voz poderosa, llevaba al público en volandas.
La energía no decaía cuando atacaban con “I’ll Be Your Hero”, una canción que mantuvo al público coreando y lanzando los puños al aire. La unión público-banda era patente. Seguían sin para con “Chains of Destiny» y “The March of the Swordmaster”, con un público vuelto completamente loco y rendido a los italianos.
Llegaba el momento de un tema de su último trabajo, precisamente la canción que le da nombre, “Challenge the Wind”, un tema rápido y potente que permitió a Giacomo Voli lucir su rango vocal. Tras esto bajaban un poco las revoluciones con “The Legend Goes On”, preparando a la audiencia para el clímax del show. Llegaba la recta final y que mejor que hacerlo con el himno de la banda, “Dawn of Victory” que llevó el entusiasmo a otro nivel. Este himno de batalla hizo que el público coreara al unísono, “Gloria, Gloria Perpetua”.
Cerrarían el concierto pidiendo un Wall of Death, rememorando a Slaughter to Prevail, para cerrar con otro clásico como “Emerald Sword” para la que sacaron a un niño para que empuñara la espada en el escenario.
Actuación impresionante de una banda que pese a los años que llevaban en activo, casi 30, siguen con la misma hambre y fuerza del primer día, además contar con un vocalista como Giacomo Voli le da una energía impresionante a los de Alex Staropoli.
Black Stone Cherry:
Tras un conciertazo de los italianos Rhapsody of Fire, llegó el turno de Black Stone Cherry en el mismo escenario que horas más tarde acogería a Metallica. La banda norteamericana de Hard Rock subió al escenario con una actitud desenfadada, listos para conquistar al público de Hellfest con su característico sonido sureño y su poderosa presencia escénica.
El espectáculo arrancó fuerte con “Me and Mary Jane”, un tema directo y lleno de potencia y su clásico sonido que de inmediato encendió al público. Los riffs potentes y la voz rasgada de Chris Robertson dejaban claro que pese a que el día traía cola ellos no iban a amedrentar. Sin dar tregua, la banda seguía con “Again”, otro corte enérgico que mantuvo la adrenalina alta. Los asistentes estaban disfrutando cada acorde mientras los miembros de la banda se movían por todo el escenario circular aprovechando su forma para meterse entre el público.
“Out of Pocket” mantuvo el ritmo, que se sentía en cada rincón del recinto, y su capacidad para conectar con el público fue clara desde el primer minuto. El ambiente se relajó un poco con “Like I Roll”, una canción más melódica que permitió a la audiencia serenarse un poco tras una descarga de fuerza increíble.
Sin embargo, pronto volvieron a la carga con la festiva “Cheaper to Drink Alone”, que fue la antesala de uno de los momentos de la tarde. Llegaba “When the Pain Comes”, una balada intensa que mostró que pese a ser una banda caracterizada por su potencia melódicamente también son muy buenos.
La recta final del concierto fue una auténtica explosión de rock sureño, preguntaron al público si querían escuchar tres palabras para arrancar con el estribillo de “White Trash Millionaire” y empalmarla sin parar con “Blame It On The Boom Boom” que desataron una oleada de energía, con riffs pesados y estribillos pegadizos que el público coreaba a pleno pulmón.
Por desgracia todo lo bueno tiene un final y la banda se despidió con “Lonely Train”, uno de sus mayores éxitos. El público, entregado, cantaba junto a Robertson mientras las guitarras rugían con fuerza. Fue el broche de oro para un concierto lleno de grandes momentos y un despliegue de puro hard rock.
Black Stone Cherry dejó claro que, aunque el escenario estaba destinado a Metallica más tarde, ellos también podían brillar con luz propia, ofreciendo una actuación sólida y memorable que mantuvo al público vibrando hasta el último acorde.
Stratovarius:
Tras la explosiva actuación de Black Stone Cherry, el escenario acogió a los finlandeses Stratovarius, que llegaron con su característico Power Metal melódico. La banda se mantuvo fiel a su estilo, ofreciendo un show correcto que, aunque no desentonó, tampoco logró impresionar del todo a la audiencia. Jens Johansson y compañía son unos grandes profesionales y jamás harán un concierto malo, pero no fueron muy destacables en general.
El concierto arrancó con “Survive”, tema de su último álbum, que estableció el tono del espectáculo desde el principio. Timo Kotipelto, siempre sólido en la voz, conectaba con el público, aunque el ambiente parecía algo más contenido en comparación con lo vivido antes.
El clásico “Eagleheart” siguió en el setlist, despertando el entusiasmo de los fans más fieles, que coreaban los estribillos con fuerza. A pesar de ello, la banda no terminó de alcanzar ese punto álgido de energía que es tónica general en tierras galas.
“Speed of Light” daba algo de velocidad al show y con “Paradise” Jens Johansson brillaba con sus teclados, pero, en general, la energía en el público seguía sin acabar de estallar del todo.
La banda continuó con “World on Fire”, otro tema reciente en el que se notó que el público no conocía tanto y se acusó. Llegaba el momento de uno de los grandes clásicos de Stratovarius, “Black Diamond”, donde finalmente se vio un poco más de movimiento en el público, gracias a su estribillo tan pegadizo.
El tramo final del concierto mostró a la banda algo más cómoda, especialmente con “Unbreakable”, que animó a la audiencia, preparando el terreno para el esperado cierre con “Hunting High and Low”, su himno infaltable. Esta última canción fue la más coreada, y aunque el público se mostró mucho más entregado.
En resumen, Stratovarius ofreció un concierto en su línea: sólido y bien ejecutado, pero sin llegar a sorprender o elevar la energía que venía en ascenso tras Black Stone Cherry. Cumplieron con las expectativas como siempre, sin muchas estridencias, un 6 y medio o 7 y gracias.