3ª Jornada del Leyendas con auténticos ases del Metal como Megadeth, Primal Fear, Overkill y Warcry, Avalanch y Zenobia entre otros.
Crónica escrita por José Meh, Pol Metalhead, Crom y Zoe
Ya sabes que la crónica la escribimos entre 4 redactores de Dioses, representados por estos colores: José Meh, Pol Metalhead, Zoe y Crom.
Este viernes 11 de agosto comenzaba muy potente con los germanos Primal Fear, una banda a la que les tenía muchísimas ganas. Su disco “Rulebreaker” me pareció uno de los mejores discos del pasado año y una de sus mejores obras. Eran las 16:30 de la tarde cuando las huestes de Matt Sinner y Ralf Scheepers saltaban al escenario con todo un clasicazo como “Final Embrance”, empalmándolo con otro nuevo como “In Metal We Trust”. Primal Fear me estaban enganchando desde el pistoletazo de salida con un Scheepers, que está en un momento de forma espectacular, pletórico a la voz. Seguimos de vuelta a más clásicos de la banda alemana como “Angel In Black” y “Sing of Fear”, temas en los que los guitarristas Tom Nauman y Alex Beyrodt tomaban mayor protagonismo. El público estaba totalmente volcado por una banda que, aún con el calor que estaban soportando a esas horas, lo daban todo en el escenario. “Nuclear Fire” y su nuevo hit “Angel Of Mercy” seguían demostrando por qué son una de las mejores bandas de metal germano. Esto se estaba acabando, pero venía la traca final con su primer single del último disco, “The End Is Near”. Matt Sinner no paraba de moverse por el escenario, animando al público una y otra vez, cosa que me sorprendió, pues la verdad es que antes era bastante más parado. “Chainbreaker” de su primer disco homónimo fue la antesala del bis final, este tema fue el que a más de uno nos hizo fijarnos en la banda del ex Gamma Ray hace casi 20 años. Actualmente prácticamente nadie se acuerda de que Ralf fue compañero del gran Kai Hansen en su momento gracias a grandes discos y enormes directos como el que nos trajeron a este Leyendas 2017. Ya al final del concierto, Ralf Scheepers lanzó una pregunta: “¿Os gusta el Heavy Metal?”, y ya os podéis imaginar la respuesta… la contestación de la banda fue “Metal Is Forever” trallazo de puro metal para poner la guinda de uno de los mjores conciertos que se hizo este Viernes.
La tercera jornada del Leyendas del Rock arrancaba con una dosis de trve metal, del de la testosterona, los músculos, el cuero, las tachuelas y los berridos agudos del puto Ralf Scheepers y sus Primal Fear. No te voy a engañar, siempre me han parecido una banda para un ratito, con algunos buenos temas pero cuya discografía en general me dice bastante poco, pero lo cierto es que es de esos grupos que, para ver en un festival a media tarde con una cerveza en la mano, siempre cunden. Y cunden porque los tíos siempre logran sacar un sonidazo sobre las tablas. En un escenario que hasta el momento no había atronado como uno desearía, Primal Fear sacaron sus afiladísimas guitarras para dar un notable concierto, liderados por un Ralf Scheepers pletórico y un sonido de puro acero, en el que desplegaron un repertorio de himnos de esos que hacen que los jebis de toda la vida levanten sus cuernos al son de las guitarras.
Alternando temas clásicos como Final Embrace con novedades como Angels Of Mercy o una triunfante The End Is Near, Scheepers demostró un nivel de voz alucinante, además de llenar el escenario con su presencia. Las guitarras, afiladas cual cuchillas, atronaban de lo lindo y aquello mutaba en un concierto de puro Heavy Metal. Más temas como Angel In Black, Nuclear Fire o Sign Of Fear también resonaron fuerte en el Jesús De La Rosa, pero ninguna como los dos temas finales, Chainbreaker y, por supuesto, uno de los mayores himnos que ha conocido el Heavy Metal en los últimos años, Metal Is Forever, que triunfó por todo lo alto y dejó a la gente con un gran sabor de boca tras el show de los alemanes.
Ya me gustaron en Murcia, cuando venían de cabezas de cartel, pero una banda joven como Striker, con muy pocos minutos sobre el escenario, les robó protagonismo a los ya veteranos Primal Fear. Quizás no fue la noche para una voz privilegiada como la de Ralf Scheepers. Pero en esta ocasión si disfruté con el relevo de Rob Halford en plenitud de facultades, dando lo mejor de sí y créeme si te digo que es mucho. También disfruté mucho de la ya habitual complicidad entre Mat Sinner y Tom Naumann (no en vano le ha acompañado en sus aventuras en solitario, especialmente en Sinner), y esa isla a las seis cuerdas que es Alex Beyrodt, que tampoco parece necesitar más. Breve pero intensa actuación.
Algo que tiene este festival, aparte de sus grandes conciertos, es que algunas veces se solapan algunos en los que te gustaría estar, así que lo siguiente que voy a comentar son tres conciertos prácticamente consecutivos en los que si quería ver a uno me tenía que perder a otro, cosa que me pasó con Amaranthe, Ufo Y Firewind.
Los suecos Amaranthe se presentaban en el Leyendas con nuevo disco bajo el brazo, Maximalism, muy criticado por algunos por ser excesivamente comercial y con muchas canciones que rozan el ‘pop’. Con dos de estas canciones, Maximize y Boomerang, comenzaron su descarga. La banda fue saliendo poco a poco hasta llegar la guapísima vocalista Elize Ryd, una cantante que se vuelca mucho con su melódica voz en todos los temas. Además, la banda nos presentaba nuevo vocalista Nils Molin, de la banda Dynazty, y en la que cumple con creces. Es un vocalista al que sigo desde hace muchos años y me encanta. Los siguientes temas, Hunger e Invincible, ya convertidas en clásicos de la banda, fueron enormemente coreadas y despertaron muchísimo más al público.
Y como con este festival en el que no te puedes parar ni un segundo, tuvimos que correr de un escenario pequeño al grande para ver a los americanos Overkill. La mala suerte hizo que llegáramos al escenario Jesús de la Rosa mientras tocaban una de las, para mi, mejores canciones de esta gran banda: Electric Rattlesnake. aquello estaba que se caía y seguidamente llegaría un clásico de la banda como “Hello From The Gutter”. El concierto iba transcurriendo como si nada y ahora llegaba Goddamn Trouble, un tema de su último álbum The Grinding Wheel, que pese a ser un disco de este 2017 la gente se la sabía como si fuera un clásico de Overkill. A partir de aquí se sucedían clásico tras clásico: In Union We Stand, I Hate, y Elimination se siguieron una tras otra con toda la gente cantando y botando con estos clásicos de los norteamericanos. Llegaría el final con la versión de The Subhumans, Fuck You, con todo el mundo cantando, levantando el dedo y gritando: “Fuck You, Fuck You”.
Tras presenciar a lo lejos el simpático concierto de Amaranthe, con su curiosa propuesta (que a mi, personalmente, no me tira nada de nada), pillé primera fila para ver a Overkill, una de las bandas que más me apetecía ver de todo el cartel. Y qué te voy a contar de las huestes de Bobby Blitz y D.D. Verni, amigo… aparte de que dieron el que para mi fue el mejor concierto de todo el festival. Así, pum, sin más. Atronadores desde la intro hasta que D.D. Verni tiró su última púa, con una actitud gigantesca y un carisma que llenó el Jesús de La Rosa, el Azuzena y hasta el Mark Reale.
Abrieron como abre su reciente disco, con Mean Green Killing Machine antes de seguir con un clasicazo como Rotten To The Core, que despertó los primeros crowdsurfings, no muy frecuentes durante el festival en comparación con otros festivales como el Resurrection. Otro tema reciente que ya es un clásico como Electric Rattlesnake (ese riff en la parte intermedia es oro puro), Hello From The Gutter, Goddamn Trouble y la hímnica In Union We Stand, que siempre funciona en directo, dieron paso a I Hate, que fue una de las sorpresas del setlist de los americanos. Con Blitz ultrasimpático, retándonos a pelear y todo “¿Queréis más?¿Podéis aguantar más? ¡Pues venid a pelear con el abuelo Bobby si queréis más!” y su siempre afilado sonido, Overkill siguieron volando cabezas mientras el show se acercaba al final con Ironbound, Elimination y, por supuesto, el cover de The Subhumans que ya han convertido en un clásico de la banda, Fuck You!
Concierto soberbio de Overkill. A un nivel superlativo, los neoyorquinos demostraron, de nuevo, de qué pasta están hechos. En el Rock Fest del año pasado me quedé a medias, sonaron algo mal y tenían en frente a 10 filas de gente esperando a Iron Maiden que iban después, lo cual lastra mucho una actuación, pero esta vez todo salió redondo y Overkill se salieron. La única pega que se le puede poner es que se hizo cortísimo y me faltaron muchos temas en el setlist.
Overkill: abrí el segundo día grande con la fuerza thrash metal norteamericana, por más que les pasen los años no se les van las energías en el escenario, en especial al gran Bobby Ellsworth transmitiéndonosla al público. Con un sonido mejor del que esperaba y mejor de lo que les recordaba de hace dos años en el festival. Un poco sufridos aún por el calor. ‘Elimination’, ‘Rotten to the Core’ y ‘I Hate’ entre otros temas icónicos y de los recientes.
Siento debilidad por esta legendaria banda USA de Thrash Metal con 37 años de carrera a sus espaldas!! ¿Pero hacen como otras consagradas, vivir de las rentas? para nada, no tienes más que escuchar «The Grinding Wheel», de este mismo año y que ya figura en mi top 10 anual. Pero es que ver a un talentoso Bobby «Blitz» Ellsworth al micro, con la misma garra de siempre y derrochando energía sobre el escenario, metiéndose al público en el bolsillo desde el principio, no tiene precio. Tiene presencia, y eso no es algo que abunde, ya te lo digo yo. ¿Qué puedo decir de D.D. Verni? es uno de los sonidos de bajo m reconocible de la escena, la producción de este último trabajo le da el protagonismo que merece y su puesta en escena, siempre con gafas de sol, no por habitual es menos atractiva. Uno de mis 4 ases del festival, inolvidables esos minutos de gloria.
Tras ver la descarga de Overkill, nos dirigimos al escenario Azucena para ver a una de las mejores bandas que ha dado el Hard-rock británico, los legendarios UFO de Phil Mogg. Sobre las 19:30 de la tarde uno de los escenarios principales se tió de Hard-rock con la presencia de uno de los estandartes del género, que llegaban a intentar no dejar indiferente a nadie y salieron con uno de sus mejores temas, Lights Out, con todos los fans de la banda cantándola hasta la extenuación. Le siguió otro clásico como es Cherry, en la que su guitarrista, el virtuoso Vinnie Moore ya nos daba clases de cómo se debe tocar. Llegaba el turno de presentarnos un tema de su último disco, A Conspiracy of Stars, Run Boy Run y a mi me tocó vivir uno de los momentos más complicados del festival… ¿Me quedaba viendo a UFO o me iba a ver a los Firewind de Gus G., autores de uno de los mejores discos de este 2017 al escenario Mark Reale? Y la decisión que tomé fue ir a ver a la impresionante banda griega.
Sobre las 19:50 llegué al Mark Reale para ver a los virtuosos griegos comandados por el gran Gus, Firewind, que ya llevaban cerca de medio concierto, pero pude ver unos 40 minutos muy buenos de puro Heavy Metal. Como era de esperar, el escenario pequeño estaba a reventar para ver a Firewind. Cuando entré estaban tocando Back To The Throne, empalmándola con otro temazo del maravilloso Immortals, su reciente disco, como Hands Of Time. El sonido era impresionante y la voz de Henning Basse estaba mejor que nunca, como en su etapa en Metalium, banda que en su momento nos dejó a todos impresionados. Continuábamos con otra de Immortals, War Of Ages, posiblemente la más heavy del disco, en la que la fuerza de la banda deslumbraba detalles por todos los lados. Era un no parar de mover la cabeza y los puños al unísono. Para el final nos tenían preparado un set de lo mejorcito de la banda, comenzando por la pegadiza World On Fire, la hiper-heavy Into The Fire, que nos hizo movernos como nunca cantando su estribillo, Mercenary Man, que nos hizo botar y sentir cómo la guitarra de Gus se nos metía en el cuerpo, y el final con Falling To Pieces, en la que prácticamente nos invitaban a todos a levantar las manos y seguir la música a la par. Antes de irse, Gus G nos invitaba a su gira que pasará por España a mediados de octubre y a la que ningún fan del Heavy Metal debe faltar.
Tras un encontronazo con unos colegas de Mallorca que me hicieron perderme a Firewind, llegué justo al De La Rosa para ver a los suecos Hammerfall. Lo que me pasa con estos tíos es curioso, igual hacía tres años que no me ponía un tema suyo (salvo los singles de los discos recientes), pero aún así lo disfruté como un poseso y me canté todas las letras. Los tíos tienen eso, son sencillos, su propuesta musical entra bien y sus coros son ultra-pegadizos, por lo que es una banda que siempre está bien ver en un festival.
Era la tercera vez que me topaba con ellos, la primera fue en ese mismo escenario tres años atrás donde interpretaron el Glory to the Brave y me dejaron un poco frío. La segunda, hace un mes en el Rock Fest y ahí fue todo lo contrario, me volaron la cabeza… al igual que en el Leyendas. Con una currada puesta en escena, una guitarra con forma de jodido martillo y un muy buen sonido, interpretaron un setlist de ‘greatest hits’ total. Abriendo con Hector’s Hymn, de su ya penúltima obra y siguiendo con una ronda de clasicazos como Riders Of The Storm, Blood Bound (que ya se ha convertido en mi favorita de la banda), Any Means Necessary y Renegade, así, sin contemplaciones, estamos en un festival y hay que dejarlo todo sobre las tablas en un espacio corto de tiempo, por lo que hay que ir a saco paco. El público respondía a tal retahíla de clásicos alzando sus puños to the sky y coreando todos los temas como si no hubiera mañana. Un poco de bajón con Dethrone and Defy, que siendo del último disco no tiene gran aceptación en directo, y de nuevo coros a tope con Last Man Standing y Let the Hammer Fall, que empieza con Joacim Cans obligando al público a gritar el título y acaba con martillazo al suelo de Oscar Dronjak con su curiosa guitarra.
Siguieron con Built To Last, que ni fu ni fa y luego un medley del Glory To The Brave culminado con The Dragon Lies Bleeding, para terminar con Hammer High, que esta sí triunfó, pues tiene todo lo que se le pide a un ‘hit’ de los suecos, Bushido y, por supuesto, Hearts On Fire que, directamente, volcó Villena. Hammerfall salieron triunfantes de nuevo, en el Leyendas tienen un público muy suyo y se nota, la gente estuvo entregadísima a los de Joacim Cans y ellos, por supuesto, no les fallaron, regalándoles un gran concierto.
Nos quedamos en el Mark Reale para ver a la banda de AOR 91 Suite, banda que tenía escuchada pero que hacía muchísimo tiempo que no sabía nada de ellos, autores de una obra maestra del AOR español como es su disco homónimo, en el que basaron casi todo su setlist. No tengo el orden de las canciones, así que perdón si me dejo alguna canción. Una vez acabado el concierto de Firewind, mucha gente nos iba diciendo que no se nos ocurriera perdernos a esta banda de Murcia que es crema musical, y lo visto aquella noche en Villena es para guardar en el recuerdo para siempre, esperemos que para futuras ediciones del festival sigcan contando con este estilo de bandas, que le dan un aire diferente y hay mucha gente que es muy fan de este estilo (me incluyo). Prácticamente toda la formación original se plantó en el escenario para plasmarnos un concierto inolvidable. Comenzaron con dos temas de su primer disco, The Day She Left y Down to You, y ya te dabas cuenta que la calidad de la banda era impresionante. Dos temas que se me quedaron en el recuerdo fueron la bonjoviana Give Me The Night y Wings of Fire, con todo el público saltando y coreando el tema. Los teclados de Dani Marata eran de lo mejor de la banda, iba metiendo las pautas para que el resto les siguieran y sus guitarras, Iván González y Paco Cerezo nos metían de lleno en el sonido de la banda con una forma de tocar espectacular, pero si hay alguien que destaca en esta banda es su vocalista Jesús Espín ¡Qué voz tiene!
Lost in the Society fue el primer aviso del final del concierto, en el que todo fue con una hermandad público-banda que dudo que jamás 91 Suite lo olviden. El primero de los dos bises fue Seal In With A Kiss, en la que todos cantamos y saltamos y para el pistoletazo final nos tenían preparado un Hard Rain descomunal. Enorme concierto de una banda que ha vuelto más fuerte que nunca y debe quedarse para siempre. Los fans de la música estamos más que agradecidos por su regreso y por este concierto que se quedará para siempre en mis retinas.
Y, sin tiempo ni para ir a por un refrigerio, era la hora del cabezón de cartel de este Leyendas del Rock. Dave Mustaine y sus (de nuevo) renovados Megadeth se presentaban ante un recinto abarrotado. No eran pocas las ganas que tenía de verlos, aunque nunca he sido el mayor fan de Megadeth y nunca he podido, entre otras cosas, con la voz del pelirrojo que canta, necesitaba quitarme el horrible sabor de boca que me dejó mi primera vez con ellos, cuando en aquel Sonisphere 2013 dieron uno de los peores conciertos que he visto en mi vida.
Aún sabiendo que Mustaine no había mejorado demasiado su voz, mis esperanzas estaban en los fichajes de Kiko Loureiro y Dirk Verbeuren, dos monstruos que han devuelto la vida a Megadeth, y en Dystopia, un disco que me pareció mucho más que digno por parte de los americanos tras los últimos descalabros.
Abrieron sin tapujos con Hangar 18 y ya, a la peña le daba igual si Mustaine cantaba o no, ese riff hace volcar cualquier recinto, amigos. A partir de ahí, el setlist escupía clásico tras clásico, con algún tema nuevo como The Threat Is Real, que funcionó bastante bien, incluido. Wake Up Dead, In My Darkest Hour, Sweating Bullets… iban cayendo con un buen sonido y apoyados por un juego de vídeos en el fondo del escenario que daban visualidad al show. Loureiro demostró entenderse a la perfección con el pelirrojo a las seis cuerdas y ahí residió lo mejor del concierto, sin lugar a dudas. En cada solo, en cada riff, ambos lograban dejar boquiabiertos a más de uno… cuando Mustaine empezaba a cantar ya se les cerraba la boca, claro.
Un aspecto curioso del concierto es que más de uno quedamos sorprendidos por el hecho de que Mustaine se mostró bastante majo a la hora de interactuar con el respetable… y más de uno protestó porque lo hizo poco. Es lo que tiene este tío, es más seco que un bocata de bacalao en el Sáhara y cuando se muestra algo majete, nos sorprende bastante. Y bueno, con todo lo contado, iban cayendo más temas, como Trust, Poisonous Shadows, She-Wolf o Mechanix, cuya inclusión en el setlist sorprendió a más de uno, antes de la traca final, que llegaba con A Tout Le Monde, Tornado Of Souls (que aunque la cantara la mismísima Pantoja me parecería un temazo acojonante y me alegro mucho de haberlo escuchado en directo), Dystopia, la intocable Symphony of Destruction, con el público coreando el infalible “Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth” en el riff y la dupla final, Peace Sells (con Vic Rattlesnake saliendo a vacilar un poco al bueno de Dave) y EL RIFF, o sea, Holy Wars… The Punishment Due, que acabó el concierto por todo lo alto.
Mustaine sigue sin tener voz y sigue siendo un tipo seco, que interactúa con la gente porque se ve obligado, pero no hay duda de que hoy en día un concierto de Megadeth es más disfrutable que hace cuatro años y eso es de agradecer. Si te presentan un setlist de tal calibre, bien tocado aunque mal cantado, con ese sonido y esa puesta en escena yo, colega, me voy muy satisfecho. Ya no creo que vaya a ver conciertos de Megadeth mejores que el del Leyendas en el futuro y realmente me ha valido para quitarme esa espina de 2013, cuando Mustaine espetó un “Muchas gracias Madrid” en el Parc del Fòrum de Barcelona y se pasó medio concierto pidiendo disculpas por ello, en un rápido resumen de cómo fue esa desastrosa noche. Lo importante y resumiendo, concierto digno de Megadeth, no brillante, pero sí cumplidor dentro de lo que esperaba de ellos.
Megadeth: la estrella indiscutible y la más esperada sin duda de todo el festival, con un sonido bueno pero mejorable en mi opinión, además de fallos en la guitarra de Dave que se la tuvo que cambiar finalmente.
DaveMustaine al que se le va notando la vida que ha llevado y la edad que va teniendo y al que dabas gracias si le veías la cara desde el público. Bastante sosos en escena a pesar de levantar y caldear al público de inicio a fin; el uso de las pantallas en el escenario con vídeos de cada canción fue un detalle que vino bien dada la falta de movimiento escénico.
A pesar de ello, en mi opinión tuvieron un buen setlist lleno de clásicos y no tan clásicos que a mí me hicieron romperme el cuello. ‘Hangar 18’, ‘Trust’, ‘Dystopia’ el cual creo que fue el indiscutible de la noche en cuanto al resto de canciones, ‘Symphony of Destruction’ clásico donde los haya, ‘Tornado ofSouls’ entre otros temas y cerrando con el ‘HolyWars… ThePunishmentDue’.
Beethoven R tenían el serio problema de tocar a la peor hora del festival, al coincidir con Megadeth, los indiscutibles cabezas de cartel del festival. Nosotros tomamos la decisión de quedarnos a ver a esta gran banda madrileña de hard-rock y no me arrepiento para nada. La banda comenzó muy nervios con su nuevo clásico Fuertes, un tema que la gente conocía por su gran video-clip, que sirvió de adelanto para su nuevo trabajo, A Fuego en La Piel, que salió el año pasado. Seguíamos con Quien irá a por ti soy yo, en la que las primeras filas la cantaban y tarareaban como nunca, se nota que esta banda tiene unos seguidores muy fieles. El tema que le daba título a su nueva obra fue el siguiente en caer, una canción muy Hard americana, muy del estilo de los primeros discos de la banda y que te hacía levantar el puño y cantar sí o sí. Volvíamos a los Beethoven R más salvajes con Acción, también de su nuevo disco, en el que basaron buena parte de su setlist y que me parece normal, pues es de sus mejores obras. Los siguientes temas eran clásicos de la banda, como Hay Algo Más, muy a lo Firehouse o Winger entre otros y uno de los temas más coreados de la noche, el Más Sext de Coz. Os podéis imaginar la que se lió con este tema… la cosa seguía con dos temas nuevos, como Siempre Quiero Más y Fruto Prohibido, que servían de antesala al final del concierto con sus clásicos más conocidos. El primero, Salvaje Como Un Huracán y el himno Siempre Unidos Por el Rock’nRoll, para cerrar definitivamente y como no podía ser de otra manera, con El Guardián de tu Piel que redondeó un gran concierto pese a coincidir con Megadeth y un arranque con nervios que se fueron quitando para que todos los presentes disfrutáramos de un enorme show.
Al acabar Megadeth, y mientras se despejaba un poco el recinto tras el concierto con más afluencia del festival (junto al de Amon Amarth, que jugaba con ventaja por lo de costar solo 5 euros si no tenías el abono) fui directo al Mark Reale a ver aunque solo fuera un rato de los belgas Aborted, la banda más mortífera del cartel. Y la verdad, el ratito que los vi fue absolutamente devastador… con un sonido atronador, que desde fuera se debía oír más fuerte que a Warcry y una banda totalmente desatada, temazos como “Meticulous Invagination” o la brutalísima “Necrotic Manifiesto” generaron unos asesinos mosh pits entre los principales fans de los sonidos más extremos del Metal. Sangre, vísceras y herbero (cojonudo ese licorcete por ciert… eeeeh, no, no lo probé, lo juro, soy un profesional) volaban sobre la pista del Mark Reale, que estaba plagado de greñas, sudor y olor a puro Death Metal (o sea, como el olor a sudor pero más fuerte y más rancio).
Aborted: debido a la masificación de gente saliendo de Megadeth y una vuelta al campamento rápida, llegué a la mitad final de concierto, el primero que vi en el escenario pequeño desde que empezó el festival. Poquísimo espacio para un grupo que llena, sonido malo comparado con los grandes, dado que ese escenario lo “descuidan” bastante en mi opinión. Aun así, lo que vi fue una locura y una brutalidad y eso sentada en las gradas. Deathgrind gore lleno de “pogos de la muerte” en los que tenías suerte de salir.
Nos fuimos directamente al escenario Jesús De La Rosa para ver a una banda clásica del festival, Warcry ¿Qué sería de un Leyendas del Rock sin los de Víctor García? Los asturianos han tocado en todas y cada una de las ediciones y está vez tenían una verdadera excusa para venir, la presentación de su nuevo disco Donde el Silencio se Rompió del cual tocaron hasta 6 temas. Comenzaron con su ya clásico inicio con Alma de Conquistador, con una pirotecnia espectacular que llegaba hasta los cuatro metros de altura sin problemas. Le siguió el tema que abre su nuevo disco, Rebelde, que no es tan conocida e hizo que la aclamación del público no fuera tan grande como con la anterior. Seguíamos con otro clásico como Nuevo Mundo, de ¿Dónde Está La Luz?, una de sus mejores obras. Los temas se iban alternando entre nuevos y clásicos y el siguiente fue Resistencia, con mucha pirotecnia y de los mejor recibidos por el público aunque nada comparable con lo que venía a continuación, Ardo Por Dentro, en el que todos cantamos y los mayores fans de la banda se dejaban el alma directamente. Odio era el siguente de lo nuevo, canción muy de la vieja guardia como reza uno de sus temas y muy bien recibida. Quiero Oírte fue el único tema de su anterior disco, Inmortal, y a nosotros se nos escuchó más fuerte que nunca. El concierto de los asturianos iba siendo una de cal y otra de arena, y es que cuando tenían de nuevo al público en el bolsillo, tocaban una nueva y el ambiente volvía a calmarse, como es el caso de Muerte O Victoria, un tema muy heavy pero muy poco conocido por la gente. A continuación, y como iba siendo costumbre, venía otro tema conocido como era Devorando el Corazón, una de sus mejores canciones y que en directo aun gana mucho más. Ahora tocaba el tema más conocido de su nuevo disco, Así Soy, con esa letra a lo Manowar y uno de los temas con más pirotecnia del concierto. Cuando El Silencio se Rompió es un muy buen disco y en él se incluye una preciosa balada como No Te Abandonaré, pero yo habría preferido otra canción lenta como Nana o El Amor De Una Madre, mucho más conocidas.
Llegaba el momento de los bises, que comenzaba a lo grande con Tú Mismo, con todo el mundo cantando y saltando, lo que convirtió el concierto en una auténtica fiesta, que es lo que realmente saben hacer Warcry cuando quieren. Y, como desde hace ya muchísimos años, cerraron su concierto con Hoy Gano Yo, con su pirotecnia y una impresionante explosión de confeti que desató los aplausos para la que posiblemente sea la banda más grande de Heavy Metal cantado en español actualmente.
He visto tantas veces a Warcry que conozco cada gesto, La peculiar forma de Víctor de coger el micrófono, sus cabeceos remarcando estribillos, cuando se para mirando al público, como recibiendo su energía. También conozco muy bien los gestos y guiños cómicos de Pablo hacia el público mientras toca su guitarra, como en varias ocasiones la señala en un gesto circular con su dedo. El resto de la banda funciona como una máquina bien engrasada, ¿Qué voy a decir sobre la banda que no ha faltado ni a una sola de las ediciones? para ellos siempre es una cita especial, si presentan nuevo disco presentan una puesta en escena de lujo, si no es así, hacen algo especial, como el año pasado que tocaron con orquesta.
No siempre han conseguido enamorar con actuaciones redondas, y no por falta de entrega, claro; pero este año Víctor estaba en una forma vocal óptima, y eso que lo vi en Murcia hacia apenas un mes. Sobresaliente la actuación de los asturianos, que venían presentando el, para mi, uno de sus mejores discos: «Donde el silencio se rompió» (puedes leer mi reseña aquí), y por supuesto no pudo faltar un himno ganador de ese nuevo trabajo como «Así soy», pero también algunas de mis preferidas, alabo el gusto de la formación por incluir un poderoso «Odio», aparte del single ya conocido de «rebelde». Del anterior una canción con alma de directo como «Quiero oírte», quizás una de mis preferidas de la banda como «Ardo por dentro»… en definitiva, muy buen sabor de boca el que nos ha dejado Warcry este año,
Nada más acabar los belgas, corriendo como un poseso (realmente arrastrándome, estaba agotado) hacia el recinto principal donde Max e Iggor Cavalera volvían a sus raíces para interpretar el mítico Roots de Sepultura, lo cual tenía un punto romántico enorme. Lo de Sepultura es una pena, con la formación clásica lo petarían muy fuerte pese a que es cierto que Max no está en su mejor forma, pero lo cierto es que con Sepultura por un lado y los Cavalera por otro, al final ambos juegan en segunda división a nivel de popularidad y es una lástima.
El concierto arrancó a full con Roots Bloody Roots, un tema con el que si te quedas quieto, es que estás muerto. Siguieron con los temas en orden del mítico disco de la banda brasileña, con un Max Cavalera justito de forma y muy justito de voz, pero con un sonido bastante atronador que lo compensaba todo. Esas guitarras sonaban como unas apisonadoras y el rollete étnico que esconde el disco le dio bastante juego a todo el concierto. Los temas más simbólicos del disco, como Ratamahatta, triunfaron de lo lindo y se fueron por todo lo alto interpretando el Ace Of Spades de Motörhead y una versión a toda pastilla del Bloody Roots para irse como habían venido, dando un buen concierto pese a las ya evidentes y comentadas limitaciones físicas del vocalista brasileño, que aún con todo cumplió con lo suyo.
Max e Igor (ROOTS): para cerrar el tercer día, me fui corriendo de Aborted al escenario grande a disfrutar de los hermanos Cavalera en su gira por el 20 aniversario del ‘Roots’ de Sepultura, ‘Return to Roots; tocándolo entero, abriendo y cerrando el conciertazo con el legendario ‘RootsBloodyRoots’ y haciéndole un homenaje a Lemmy con una cover del ‘Age of Spades’. Un buen sonido, una gran potencia en el escenario, conexión con el público y un buen thrash metal de la vieja escuela con un CD clásico en el género.
Una de las bandas más esperadas del día era la de Alberto Rionda, los Avalanch All Stars, como él mismo la denomina, presentándonos casi al completo su disco El Ángel Caído. Comenzaron como en el disco, con la introducción Hacia La Luz en la que al final salieron tanto Alberto como Jorge Salán a lucirse y empalmar con Tierra de Nadie, saliendo uno a uno el resto hasta llegar Israel Ramos, el vocalista. El escenario que llevaban era impresionante y la batería del gran Mike Terrana espectacular. Todos cantamos El Ángel Caído como si nos fuese la vida, muy bien interpretada por Israel Ramos, por cierto. Acto seguido llegaba una de las sorpresas de la noche con la canción Xana, en la que invitaron a subirse al escenario a Carmen Xina, la voz de Oker y una de las mejores cantantes que tenemos en este país. Subió con un vestido azul y estaba deslumbrante, a la vez que su presencia en el escenario y su voz hicieron que fuera uno de los mejores momentos del concierto. Después llegaba la introducción La Buena Nueva, en la que los dos guitarras se enfundaron en un dielo en el que Jorge se comió a Alberto y aquí se empezaron a escuchar gritos de “¡Jorge, Jorge!”, que no sé cómo le sentarían de bien al bueno de Alberto pero bueno…
El Power Metal de Levántate y Anda nos hizo levantar los puños antes de seguir con Alma En Pena, con un gran Isra a la voz y unos impresionantes coros. Una de las mejores canciones de este Angel Caído fue, sin duda, Corazón Negro, que se notaba que era una de las favoritas del público. Me encanta como la interpreta su nuevo cantante, bastante más que como lo hacía Victor. Otro tema que hizo a todo el mundo saltar y cantar fue, sin duda, Delirios de Grandeza, en la que la melódica voz de Isra la hace aún más bonita que la original.
El concierto seguía avanzando y llegaba el momento que mucha gente esperaba, la romántica y preciosa balada Antojo de un Dios. Lo que se vivió en este tema es para vivirlo porque no se puede explicar. No sé si a Isra le costaba oírse al interpretarla, pero con la fueza con la que los fans la cantaban no me extrañaría nada que no lo hiciera. Cuando salió El Ángel Caído hace ya 16 años, había un tema dividido en tres partes llamado Las Ruinas del Edén, que era realmente el que más me gustó y que más ganas tenía de ver en directo, una canción muy épica, con unos cambios de ritmo escalofriantes y que realmente se metían tanto las guitarras como el estribillo en el cuerpo. Desgraciadamente para ese tema no se subió Leo Jiménez y realmente yo lo esperaba, pero bueno, otra vez será. Llegaba el final de un gran concierto y lo hacía con su canción más conocida, Torquemada, en la que se subió Tete Novoa a cantarla e hizo de ello algo histórico, con dos de las mejores voces actuales del Heavy español interpretando uno de los mejores temas grabados en español de los últimos años para que diéramos por terminada nuestra jornada del viernes en el Leyendas.
Después de tantas luces blancas y estrellas sobre la arena del Leyendas, una apuesta más modesta, quizás con menos nombres y seguro que menos medios, demostró que se puede hacer buena música con los elementos esenciales en el Rock: calidad y entrega. y de eso van sobrados Zenobia, que a mi parecer han ganado mucho con la llegada de Víctor de Andrés a las seis cuerdas, que va sobrado en el aspecto técnico y tiene una imagen atractiva de Rock Star. Cambio de imagen también el de su fundador y vocalista Jorge Berceo, pero sin cambios en su timbre personal, buena composiciones e interpretación vocal. ¿Qué puedo decir de su batería Javi Herrero (Jivi drummer)? que sin la pomposidad de Mike Terrana (y su indudable talento), daba tanta o más tralla que aquel… aunque apenas lo pudiera ver tras los platillos para hacer una foto decente, es brutal cuando le das unas baquetas y un track como persona.
Venian defendiendo un gran álbum como «Alma de Fuego II», que sin duda hubiera estado en mi topo 10 del año pasado si no hubiera salido casi a finales del mismo. Un discazo del que tocaron Ángel negro, Corazón de hielo, Las arenas de Palmira o Mi destino, y algo menos recientes pero de su anterior larga duración como El sueño de un loco y la que ya es un clásico de su setlist y me encanta como Una de Piratas. Abrieron y cerraros dos clásicos muy especiales y queridos de Zenobia y que nunca pueden faltar: la Tormenta y Lo llevo en la sangre. Arropados por unos seguidores siempre fieles, pero tamebién con un gran número de leyenderos que no querían perderse esta buena remesa de canciones de Heavy Metal, a pesar de las horas. Grandes!
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