Lord Baltimore – Kingdom Come (1970)—-—————–——–Budgie – Sqwawk (1972)
Escrito por EL FUAAA!!!———————-–——-———————–Escrito por EL FUAAA!!!
Uriah Heep – Look at Yourself (1971) ————————–Budgie – Bandolier (1976)
Escrito por EL FUAAA!!!——————–——————————Escrito por EL FUAAA!!!
Nueva sección, críticas de clásicos de los ’60, ’70, ’80, primer aporte de otro nuevo colaborador.
Lord Baltimore – Kingdom Come (1970)
Escrito por EL FUAAA!!!
Personal:
John Garner – , bateria y voces
Louis Dambra – guitarra
Gary Justin – bajo.
Soy aficionado a la arqueología. Lo se. Me paso parte de mi escaso tiempo libre escarbando en las entrañas y orígenes de todo aquello que me produce placer. Como pintor, pues esa es mi formación académica, tiendo a reflejarme más en Vermeer, Velázquez o Holbein que en Mark Rothko, Pollock, Braque o el más contemporáneo Barceló.
Con el Rock, y más concretamente con el Heavy Metal, me encasqueto también el sombrero y el látigo de Indiana Jones, y una vez puesta la retícula para delimitar la zona de excavación, me embadurno de polvo y algunas veces, cual Howard Carter(el descubridor de la tumba de Tut-Ankh-Amen), me encuentro con auténticos tesoros, como este “Kingdom Come”, del power trio neoyorquino Sir Lord Baltimore.
Como muchos ya sabéis, me propuse rescatar para esta santa casa el Heavy Metal(o como deseéis llamarlo, a la carta) de la década de los 70`. Bueno, ¿y quien son, pues, Sir Lord Baltimore? La banda se formó en Brooklyn, Nueva York, en 1968, con John Garner a la batería y a la voz, algo muy extraño en las bandas de Heavy Rock, Louis Dambra a la guitarra y Gary Justin al bajo.
Nunca tuvieron un gran éxito comercial, tal y como ha venido sucediendo con otros grandes tales como Budgie, y su carrera fue mas bien corta, pero llegaron a lanzar dos magníficos álbumes durante los años 70, el primero fue este “Kingdom Come”, de 1970, y el segundo de 1971, titulado con el nombre de la banda. Recientemente, en 2006, los miembros originales se reunieron para grabar “Raw III”. Mike Appel, futuro mánager de Bruce Springsteen, descubrió en una audición al bajista Gary Justin, quien acababa de graduarse en la universidad, y se interesó por la carrera. A la postre, convencería a Edwin Kramer, futuro productor de Twisted Sister e ingeniero de sonido para Jefferson Airplane, entre otros, para que trabajase con estos tres jóvenes músicos. La producción y la mezcla de sonido correrán a su cargo.
Su sonido es…¿como lo diría?…sucio, duro y brusco como un pedrusco de mármol. Concomitancias sonoras con Blue Cheer, Black Sabbath, MC5, Budgie, Cream… Llama la atención que el sonido se parezca al de los de Birmingham, ya que estos lanzaron su primer disco el viernes 13 de febrero de 1970, mientras que los de NY hicieron lo propio en diciembre de ese año. Hay tan solo diez meses de diferencia y un océano de por medio. ¿Fueron los Sabbath su mayor influencia? Déjenme dudarlo.
A nivel compositivo se mueven entre un Hard Rock pesado y lento, motivo por el cual son considerados por muchos como precursores-que no padres- del Stoner Rock/Metal, y un Heavy Rock and Roll rápido, estruendoso y sencillo. Las influencias psicodélicas se dejan notar en los fraseos y sonido de la guitarra de Dambra, y en las letras de temas como el homónimo “Kingdom Come”, poético y épico que nos narra un viaje espiritual pleno de referencias indirectas a Homero y “La Odisea”, concretamente en la travesía de Ulíses y los suyos cerca de la isla de las sirenas, o en “Lake Isle of Innersfree”, de tono más suave y pausado.
Cabe decir que la banda muestra frescura en el disco, y aunque se note una producción no muy grande, y la voz de Garner no siempre suene bien, es un disco lleno de sinceridad y actitud. Se nota un potencial creativo y un talento en bruto enormes, que lamentablemente no han llegado a tener la difusión merecida. Su reconocimiento postrero ha llegado por el de otros músicos con mayor fortuna, como en el caso de Budgie.
A la hora de reseñar este disco es imposible no hacer referencia a la aparición del término “Heavy Metal”, ya que según unos, fue en una reseña de la revista musical estadounidense Creem referida a este disco en 1971 donde aparece por primera vez el término. Otros dicen que fue el periodista Lester Bangs quien se refirió con tal termino a Black Sabbath en la misma revista. También hay quien dice que Chas Chandler, manager de Jimi Hendrix, comentó haber leído un artículo en “The New York Times” en el cual el autor definía la música de Hendrix como «…like listening to heavy metal falling from the sky.» Incluso Alice Cooper dice que la primera vez que sonó el termino referido al género fue en referencia a Alice Cooper Band.
Sea como fuere, este “Kingdom Come” de Sir Lord Baltimore es un candidato más de los muchos a la paternidad del nombre del género.
Dicho esto, vamos al turrón, al disco, que es lo que interesa.
“Master Heartache” posee un pesado ritmo bluesrockero y un fraseo musical muy inspirado. El sonido es, como mencioné, muy pesado, primando la batería. El estribillo nos muestra en buena forma a un Garner desgañitándose a gran potencia. La guitarra de Dambra suena muy ácida y distorsionada. Cabe decir que la dureza de estos neoyorquinos no es habitual en su época.
“Hard Rain Fallin`” es puro Heavy Metal Rock and Roll, rápida, con un sonido que casi diría garajero, sonando directa y con gran energía. Estructuralmente es un simple Rock and Roll, tocado con muy mala hostia, de lo cual deduzco que estos tipos querían reventar los tímpanos al más pintado. Dinamita pre Mötörhead.
“Lady Of Fire” nos devuelve al Hard Blues, esta vez a ritmo Boogie. Aquí Garner recita más que habla, con voz histriónica. Sonido cacharrero dejando gran libertad a la guitarra de Dambra, que saca sus influencias de Hendrix y Cream, principalmente. El riff que lleva la canción es de buena factura.
“Lake Isle of Innersfree” nos muestra el aspecto más suave y lírico de Sir lord Baltimore, en la cual la principal instrumentación es el clavicordio. Una mágica historia de amor en la cual Garner está más que correcto a la voz. Suave y dulce, le imprime una cadencia soñadora a un tema de gran lirismo, sobre todo en su estribillo. Tema compuesto por Mike Appel y Jim Cretecos, habitual colaborador en la producción y composición con Bruce Springsteen. Este tándem participa de la composición de todos los temas del disco.
“Pumped Up” empieza con un brutal acorde guitarrero de Dambras, derrapando con polvo y todo, e inmediatamente comienza la fiesta rockera a toda tralla. Ritmo rápido, Garner con voz de carajillo e impresionante solo guitarrero a medio tema, donde Dambras demuestra quien es, recorriendo a ritmo de R`n`Roll metalero el pentagrama.
“kingdom Come” es la épica hecha Heavy Rock. Un riff de influencia psicodélica que recuerda al glorioso “In-A-Gadda-Da-Vida”, de Iron Butterfly nos narra, como he mencionado más arriba, un viaje místico.
“I hear sirens calling me?I fell prey unto the wind?Sail on, crimson majesty?Turn, turn, wheel of fortune, spin
Until my kingdom come?And then my will be done”
(Oigo sirenas que me llaman
Sentí que caía preso
Navega, majestad carmesí
Gira, gira presta, rueda de la fortuna
Hasta que mi reino venga
Y entonces mi deseo se realizará)
Tema de raíz progresiva, en el cual la banda suena compacta y a la altura.
“I Got a Woman” comienza en ritmo boogie con un fraseo sincopado de Dambras a la guitarra. Personalmente me recuerda a “You Really Got Me”, de The Kinks. Sonido muy en concordancia con la psicodelia de la época. No es el mejor tema del disco, aunque posee unos buenos riffs.
“Hell Hound” es un pesado cañonazo hardrockero con letra, por que no decirlo, algo machista. No olvidemos que el Heavy Metal ha participado de lo que se da en llamas “macho rock”.
“Helium head (I Got a Love)” comienza con unos fraseos de bajo y guitarra, mientras la batería nos anuncia por pasiva que dentro de unos segundos va a descargar una tormenta rocanrolera a todo volumen, como efectivamente sucede en el segundo 35. Ritmo rápido, buenos riffs y una destacada labor de Dambras en los solos. Interesante puente en el cual el protagonismo de Dambras es casi absoluto, acompañado de coros. La labor de Garner a la batería es más que notable, con redobles y cambios constantes, quedando sola al descubierto al final del tema.
“Ain`t Gonna Hung on You” insiste en un Rock and Roll desmelenado de ritfs muy sincopados. Pura caña marchosa en la linea del lado mas chulesco y vacilón del disco. De esos riffs que invitan a mover los pies y el trasero.
En definitiva, un disco directo, muy cañero, de sonido brusco, sin dejar de lado el lirismo, y con una potencia para la cual entonces había que atreverse, y mucho.
El disco fue relanzado al mercado por Anthology Recordings en 2007, alterando la posición de los temas. La cara 2 del álbum original es la que abre el álbum, cerrándolo los temas de la cara 1.
Lanzado por Mercury Records en 1970, producido por Jim Cretecos y Eddie Kramer. Atención a la impresionante portada con el barco de huesos navegando.
Obra imprescindible para el amante del Heavy Metal.
Budgie- Sqwawk (2012)
Escrito por EL FUAAA!!!
Personal:
Tony Bourge: Guitarra
Burke Shelley: Bajo y voz
Ray Philips: Bateria.
“Squawk” es el término aeronáutico con el que se pide la identificación en inglés a una aeronave… y un caza militar con cabeza de pájaro es lo que nos muestra la ilustración de Robert Dean para el segundo álbum de nuestros estimados Budgie, que nos dan su seña de identidad a golpe de riff.
Estamos en el año 1972, consabido año de gloria para el Heavy y el Rock en general. Bowie triunfa, Pink Floyd, T-Rex, Lennon en solitario… y en nuestro ámbito, Black Sabbath, Led Zeppelin y Deep Purple ensombrecen las posibilidades de cualquier banda que se entrometa en su terreno. No obstante, Budgie, tal y como muestran en su portada, intentan penetrar en ese olimpo dejando una huella de identidad plena de dureza y potencia, tal y como años mas tarde harán Judas Priest con su águila metálica en la portada de “Screaming For Vengeance”, toda una declaración de guerra de un power trío galés decidido a hacer ruido de una gran calidad. Paradójicamente es una banda que ha nacido antes que las citadas, pero por desgracia, tanto la crítica especializada como la mayor parte del público les da la espalda.
Ellos no proceden del corazón de la movida Hard británica, ni de los E.E.U.U., son de Gales, y con su segundo álbum pretenden entrar por derecho propio en el mundo del Rock, o cuando menos, hacerse un lugar en el. Tanto pueden ser relacionados con bandas de su nación en algunos temas, como con bandas estadounidenses al estilo de Grand Funk Railroad en otros.
Este segundo álbum apunta mas o menos en la misma dirección que el primero y homónimo, lanzado el año anterior, pero en mi opinión se notan aquí mas las influencias de Led Zeppelin. Es, por decirlo de alguna manera, un álbum mas dinámico, en el cual, aún primando el sonido Heavy, se marcan más los tintes progresivos.
No ha habido cambios en el equipo, ni en la banda ni en la producción. Budgie han seguido apostando por la misma discográfica, Kapp Records/MCA (suponemos que por contrato), Rodger Bain, que produjo los tres primeros álbumes de Black Sabbath, entre otros, y por el mismo ilustrador, Robert Dean. El álbum saldría al mercado en septiembre de 1972.
El trabajo musical es, si cabe, en mi opinión, superior al de su primer trabajo, con un sonido mas maduro, algo mas desapegado de la cercanía sabbathiana. Eso no quiere decir que su base rítmica no suene plomiza, que el bajo no sobresalga y que el peso de la batería no sea grande, pero detecto una mayor variedad de ritmos y matices que abundan más en lo progresivo sin abandonar su base hard. El estilo de cantar de Shelley
Dicho esto, nos introducimos en el àlbum:
“Whiskey River” es un temazo de riff funky muy pesado que acompaña todo el tema. Uno de los puntos mas fuertes de la banda han sido los riffs, de gran calidad. Es especialmente relevante la línea de bajo de Shelley, verdadera espina dorsal de la canción.
“Rocking Man” tiene un inicio muy heavy que al momento entra en un pesado riff funky como en el primer tema.Tiene un airea Rock Sureño al estilo de Lynyrd Skynyrd. El tema tiene un largo pasaje central algo complejo en el cual deja rienda suelta a su afilada guitarra (se ha alejado un tanto de la influencia de Iommi). Tras un puente de silencio, entra Ray Philips baqueteando, y la guitarra de Bourge vuelve a entrar experimentando con varios riffs inspirados a ritmo de boogie, hasta que vuelve el ferroso y herrumbroso riff inicial.
“Rolling Home Again” es un medio tiempo acústico de estilo folk de estructura muy sencilla con influencia de The Beatles.
“Make Me Happy” es una suave balada en la cual destaca la voz de Shelley, suave y delicada en su mejor cualidad.
“Hot as a Docker`s Ampit” (al tanto con el título, “caliente como la axila de un estibador”), comienza con las afiladas guitarras de Bourge imitando a Page en “Communication Breakdown” para, inmediatamente, de la mano de Baxter y Philips, adentrarnos en un pesado riff de base funk. En el minuto 2:50, Baxter interrumpe con un riff orientalizante, y el ritmo se acelera inmediatamente. Un riff muy heavyde influencia Blackmore nos demuestra la gran profesionalidad de Bourge al instrumento. El Mellotron hace su aparición en el tema, transportándonos otro gran solo a un pasaje progresivo y duro que recuerda enormemente al muy posterior tema de Iron Maiden “The Ides Of March”, de su álbum “Killers”, de 1981. El ritmo es absolutamente idéntico, y muestra a las claras la pericia de Philips.
“Drugstore Woman” es un tema de Blues-Rock duro en el cual la voz de Shelley se despacha con su temple mas bluesero. La construcción de un simple riff inspirado es la base de muchos de los temas de Budgie, cumpliendo con el dicho de que “más es menos”, tema pleno de sentimiento, tanto por la brillantez de este como por el feeling que supuran tanto la guitarra hendrixiana de Baxter como la sencillez auténtica de Shelley a la voz, que al final del tema reververa como eco mientras arranca el Boogie-Rock que es “Bottled”.
En este tema, Baxter hace un buen uso del “slide guitar”. Se trata de un “impasse” para el siguiente tema, “Young Is A World”, que comienza suave, para adentrarse en el Blues-Rock más proto-stoner a los dos minutos. La voz suave y aterciopelada de Shelley nos acompaña en el ascenso. El resultado es un tema que en sus estribillos viene acompañado por unas líneas musicales de hierro y óxido en sus momentos de potencia, sin perder el ritmo y la cadencia suave, tal y como hicieron bandas del estilo de Buffalo. La guitarra de Baxter imprime sentimiento cálido y terroso al conjunto, haciéndonos sentir el calor desértico, evocándonos una cadencia mística y profética.Los tonos suaves y acústicos nos vuelven al ensueño al final de la travesía.
“Stranded” es, con bastante, el tema más ácido, correoso y Heavy del álbum. Ya desde el primer segundo un pesado riff y las afiladas guitarras de Baxter nos introducennen un pesadísimo y rítmico riff funk, con el estribillo en el principio. A mitad del tema, en el minuto tercero, el Heavy Metal es ya imparable, con un ritmo rápido marcado por la desbocada locura del bajo de Shelley, para volver al ritmo funk. El tramo final del tema es el de un cambio de riff que serviría de base para bandas como Mötörhead, alocado, en el cual los de Cardiff demuestran que compiten, no solo por la calidad y el mercado, sino también por la potencia rompepelotas, no importándoles competir con sus admirados Black Sabbath, y esa intención es fundamental en su proyección musical.
Este es un álbum que, en definitiva, intenta dar continuidad al anterior, aún adentrándose en terrenos más progresivos, alejándose de la sombra de Black Sabbath, pero aún con mayores influencias de Deep Purple y de Led Zeppelin. Para muchos de sus seguidores es su mejor álbum, que con el tiempo alcanzó el disco de oro. Sin concesiones comerciales, ni abriendose en demasía al Boogie-Rock, pero atesorando una enorme calidad, estos galeses continuaron cimentando su carrera como corredores de fondo, sin destacar en las listas, pero haciéndo género, prueba de lo cual es su enorme influéncia en los gigantes del Rock Pesado. Un ejemplo más de las miriadas de bandas que, a la sombra de los grandes, echaron el cemento que solidificó sus bases.
Una cuestión a destacar en lo musical es que nuestro trio no fue de las bandas que, en el ámbito Heavy/Hard de los años setenta utilizasen demasiado los teclados Hammond ni el Mellotron (para quien no lo sepa, el mellotron es un teclado que podía combinar grabaciones pregrabadas, y llegó a ser utilizado en bandas como DeepPurple, The Rolling Stones, Moody Blues o Iron Butterfly), sin embargo, en este segundo disco los introducen en dos de los temas, a diferencia de su álbum de debut, un absoluto álbum con la instrumentación clásica del Rock and Roll, es decir, guitarra, bajo, batería y voz. Los teclados fueron siempre un elemento de arreglo superfluo para nuestros galeses, que, a pesar de beneficiarse de las influencias psicodélicas y del Rock Progresivo, mantuvieron preferentemente la citada instrumentación basica..
Los dos temas en los cuales aparece este tipo de acompañamiento son la balada “Make Me Happy” y “Hot As A Docker`s Ampit”, interpretados por Burke Shelley, auténtico hombre-orquesta de la banda, si tenemos en cuenta que canta y toca el bajo, además.
Este disco representa un peldaño mas alto en una escala de calidad que la banda siempre mantuvo, especialmente entre 1971 y 1976, unos artesanos del Rock que se han destacado, a la postre, como corredores de fondo.
Uriah Heep – Look at Yourself (1971)
Escrito por EL FUAAA!!!
Personal:
Mick Box – guitarra principal , guitarra acústica
David Byron – voces
Ken Hensley – órgano , piano , guitarra , guitarra acústica , voz
Paul Newton – bajo
Ian Clarke – bateria
Personal adicional:
Manfred Mann – sintetizador (en «July Morning»)
Ted, Mac y Loughty de Osibisa – percusión (en «Look At Yourself»)
Es un honor para mi traer a colación esta auténtica obra maestra del Metal setentero. Uriah Heep habían lanzado anteriormente dos álbumes, en primero, “…Very`eavy, very`umble”, de 1970, que representó un enorme debut de la banda británica,y “Salisbury”, de 1971, que representó la revalidación de su inmenso talento musical. El álbum que nos ocupa, “Look at yourself”, significa, en palabras de su entonces productor, Gerry Bron, el encuentro con su sonido definitivo, aunque, en opinión del que suscribe, esto es solo parcialmente cierto, ya que este álbum es muy heavy en comparación con los posteriores “Demons and wizards” o “The magician`s birthday”, en los cuales se mezcla más el heavy con el rock progresivo.
Es este un álbum repleto de temas que la banda repetirá a lo largo de sus conciertos hasta el día de hoy, de clásicos, pero no solo eso, también representa un todo artístico conceptual, desde el mísmo título, que es el de la canción que abre el álbum, hasta la última de las siete canciones que componían el set original de la edición de 1971, pasando por la sorprendente portada, de la cual es recomendable tener la versión de la carpeta en disco de vinilo original. Además de que, según he podido comprobar, en vinilo existen hasta tres versiones de esta, dependiendo de la edición (si me equivoco, que algún portalero, con discreción me corrija).
Desde el título hasta la canción es un mensaje revolucionario para el oyente, pues nos invita a no correr ni huir de nosotros mismos, y a mirarnos al espejo. El espejo deformante que es el representado en la portada, de la cual os ofrezco las diversas versiones editadas en vinilo, para que los lectores de esta humilde reseña podáis apreciar mínimamente el trabajo artístico, aunque a través de la imagen infográfica no se pueda transmitir el efecto visual del papel reflectante en nuestras manos:
Portada original.
http://farm1.static.flickr.com/133/374639775_e802475989.jpg
Portada editada posteriormente en los años ochenta.
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Versión posterior de la portada en los años setenta.
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Y una perrera carátula en CD que incluye las dos más populares.
http://images.coveralia.com/audio/u/Uriah_Heep-Look_At_Yourself-Frontal.jpg
Aparece representado un espejo bajo unos ojos, que nos reflejan distorsionadamente, tal y como nosotros podemos vernos, con nuestras dudas. Las fotografías del álbum nos muestran de forma igualmente distorsionada a la banda, realizadas por Anthony Evans:
http://4.bp.blogspot.com/_WWIy23PK7tM/SwwmPq7TtPI/AAAAAAAAEiw/-aV7Z_jLIXo/s1600/Uriah+Heep.jpg
La idea de la portada, cabe decirlo, fue del jefe Mick Box.
Bueno, y después de las presentaciones, toca ir al turrón, ¿no?, al contenido sonoro del álbum. Este representó no solo la consolidación del sonido, como bien apuntó Gerry Bron, que por cierto llevó a la banda a firmar con la discográfica que el creó, Bronze Records, sino también su reafirmación popular. Realmente es uno de los álbumes más duros y Heavy de la banda durante los setenta, además dxe ser considerado por muchos de sus fans la obra cumbre.
Las siete joyas que forman la edición original nos pasean acústicamente por un panorama que componen desde el Heavy Metal/Hard Rock hasta el Rock Progresivo y el sinfónico, el Hard Boogie-Rock…
Y es que la banda anda fuerte en este disco. El primer tema, el homónimo “Look at Yourself” es el primer pedrusco heavy directo que de buen principio nos lanzan a la cara. ¿Y quien ha dicho que un órgano Hammond no puede sonar heavy’ Ken Hensley nos demuestra lo contrario abrasándonos con su sonido. El tema tiene un ritmo poderoso en el cual el teclado y la percusión de Ian Clarck son fundamentales. Byron nos demuestra porqué es una influencia fundamental para el dios del Metal Rob Halford, con su poderío vocal, sus agudos… esos coros operísticos gloriosos que son una de las marcas de la banda…
En la parte final del tema la percusión se acrecienta, tomando unas características tribales. La banda tiene como acompañantes en los coros y percusión a tres de los componentes del grupo afrobritánico Osibisa, del cual participan en la canción Teddy Ossei, Mark Tontoh y Laughty Lasissi Amao, con congas, darbuka y coros. Dicha banda también fue proizadorducida por Gerry Bron, por cierto.
Gamma Ray hicieron una versión de este tema en su álbum “Heading for Tomorrow”, al igual que la banda punk Grimskunk
“I wanna be free” comienza con un golpe de fuerza operístico rellenado por Hensley, pero pasa inmediatamente a un puente en el cual Byron comienza a cantar melódicamente sobre un fondo musical. El riff se torna muy pesado, y la batería de Clarke toma un gran protagonismo. Buena melodía hippie sobre base heavy que, sin embargo, se torna veloz y poderosa. Byron saca sus mejores agudos.
“July Morning” tal vez sea el tema más recordado del álbum. De hecho es una power ballad de amor que combina ritmos pesados y momentos suaves. Comienza con Hensley tocando el órgano cual si estuviese en una iglesia. Los armónicos son impresionantes, de esos que nos hacen añorar un amor. El éxito del tema ha sido tal que un movimiento hippy búlgaro ha tomado el título como nombre, organizando encuentros y viajes por el país.
El músico invitado en este tema es Manfred Mann, quien toca el sintetizador, y con el cual Bron también trabajó.
“Tears in my eyes” es un poderoso tema de riff muy pesado y ritmo propio de Funk. El riff es de tipo rockabilly. Gran trabajo de Byron en la guitarra, utilizando el wah-wah. De esos que inyectan adrenalina en el cuerpo.
“Shadows of Grief” comienza rápida con Hensley tocando el Hammond a ritmo de swing, pero el sonido Heavy entra en el segundo 50, dando cuerpo a un temazo de inspirado ritmo fresco y melodía. Hensley marca los cambios de tempo, y por momentos el tema se acelera, permitiendo a Byron explotar el potencial de su guitarra en diversos riffs que le permiten repasar casi todo el pentagrama con maestría. Se trata de un tema muy progresivo. Va desde el swing al jazz, ramalazos barrocos en el órgano y silencios sinfónicos.
“What Should be done” es una balada de tintes soul. Lo mas destacable me parece la voz de Byron, que se hace absolutamente con la canción utilizando su tono más suave.
“Love Machine” es un pedazo de dinamita a ritmo de Boogie-rock de sonido muy heavy. Marchosa y con un muy logrado riff, es un tema ideal para animar el cotarro. Es fundamental tener una buena sección rítmica para poder armar estos riffs rocosos que estructuran toda una canción.
Hasta aquí hemos hablado de los temas incluidos en la edición original del álbum. Sin embargo, en la edición de 1996 se añadieron la versión para single del tema “Look at Yourself”, bastante más breve que la editada en el álbum, y el tema “What`s within`my heart”, que pertenece a la época de la primera edición y fue descartada. Se trata de una buena balada folk acústica que, sin embargo carece de la garra de los otros temas.
En 2003 se lanzó una edición de lujo que incluía versiones de diversos temas incluidos en el álbum original.
El disco fue grabado en julio de 1971 en los estudios Lowdown de Londres, y editado en octubre de ese año. Poco después Clarke sería sustituido por Lee Kerslake en la batería, y Gary Thain sustituiría a Paul Newton al bajo.
El disco fué un éxito, llegando al puesto 39 de las listas británicas. Por entonces la banda ya empezaba a disfrutar de fama en paises como Alemania o Francia. En mi opinión se trata de uno de los mejores álbumes de la historia del Heavy Metal, aunque ciertamente es una opinión personal y subjetiva, ya que ese estatus es muy competido. Un álbum de tan solo siete temas, ninguno de relleno, compacto y sin fisuras, e imprescindible para quien quisiera iniciarse en nuestro amado género metálico. Tiempos aquellos en los cuales los discos tenían menos temas, se editaban más seguidamente, y prácticamente nada sobraba.
Obra maestra.
Budgie – Bandolier (1976)
Escrito por EL FUAAA!!!
Miembros:
Tony Bourge: Guitarra
Burke Shelley: Bajo y voz
Ray Philips: Bateria.
Según muchos de sus seguidores, este disco es el que cierra la etapa clásica de Budgie. Tras los cañonazos sonoros que fueron “Never Turn Your Back To a Friend” e “In For The Kill”, nos llega este disco, que sigue en la onda habitual por entonces, Heavy Rock basado en el Blues, con fuertes influencias del funk en las lineas de bajo y voz de Burke Shelley, baladas acústicas, experimentación progresiva y, sobre todo, el dominio de un sonido arrollador, aunque en este caso, la experimentación quede algo más apartada, definitivamente en el último tema del álbum. Se nota también un cierto alejamiento del sonido de Black Sabbath.
Steve «Syco Steve» Williams, es el nuevo baterista, tras el fugaz paso por la banda de Pete Boot. Steve encontrará su hueco definitivo en el trio, y grabará con ellos el resto de la discografía de aquí en adelante. Williams parece haber contado rápidamente con la confianza de la banda. No es habitual que el nuevo componente de una banda entre en el aspecto compositivo tanto como el lo hace. Tres de los cinco temas que componen el álbum, “Breaking All The House Rules”, “Who do you want for your love?” y “Napoleon Bona-Parts 1&2” están co-escritas a seis manos por Williams, Shelley y Burke.
Este disco contiene únicamente cinco temas, tal vez algo mas extensos. El último de ellos, “Napoleón Bona-Parts”, dividido en dos partes. En palabras de la banda, cuenta la historia de como alguien se hace bandolero.
Budgie, como hemos hecho notar en otras críticas, nunca gozaron del favor masivo del público, sin embargo sí llegaron a alcanzar un éxito relativo en Europa. En Gran Bretaña llegó al puesto nº 35 de las listas de álbumes mas vendidos, llegando al oro. Este álbum les abrió las puertas para probar suerte en los Estados Unidos, siendo la compañía discográfica A&M su promotora, mientras que en Europa seguía vigente su contrato con MCA.
En mi opinión el disco cumple sobradamente con la calidad que se le puede pedir a una banda que haya grabado sus anteriores trabajos. Los tres componentes, como de costumbre, se compenetran bien, en algunos momentos a la perfección. Mi única objeción importante es que la voz de Shelley suena bastante forzada, cuando intenta ser agresiva. Shelley no es un tenor de potente voz y, francamente, si en las baladas se maneja de manera sobresaliente, en los temas más heavys solo tiene dos caminos, que la banda suele explorar. En el primero de ellos sale airoso el vocalista, cuando se contrastan los característicos riffs pesados con su suave voz, al contrario que cuando este intenta cantar a plena potencia. Robert Plant ha ejercido una gran influencia en Burke Shelley, pero el primero tiene un timbre aullador capaz de hacer estallar unos agudos muy poderosos que el cantante de los periquitos no puede explorar. La influencia del funk, como veremos, es más notoria que en anteriores trabajos.
Y ya puestos, vamos al tajo, es decir, a los temas del disco:
“Breaking All the House Rules” es un auténtico trallazo heavy para abrir boca. Bourge inicia el riff (memorable) solo, a ritmo de Rock and Roll, con su pesada guitarra, e inmediatamente la sección ríntmica de Williams a la batería y Shelley al bajo nos comienzan a martillear los tímpanos sin piedad. Comienza la história del bandolero del caballo negro.
“I’ve been running from a dark horse?I can’t lose it?I’ve been calling to an old cross?Don’t excuse it “
(“He estado cabalgando sobre un caballo negro
No lo puedo perder
He estado llamando a una antigua cruz
No es escusa”).
Ese único riff inolvidable, acompañado por una sección rítmica demoledora constituyen todo un himno de la banda. No obstante, Shelley intenta forzar su aguda voz al límite, sin lograr imponerse al tren sonoro.
“Who Do You Want For Your Lover” es un tema en el cual Shelley se encuentra como pez en el agua, cantando en estilo soul sobre un ritmo magistralmente llevado por su propio bajo. Un riff soul/funk sobre el cual Bourge planta acordes de guitarra de clara influencia Page (Led Zeppelin) en algunos pasajes, sobre todo al dejar y retomar el riff base.
“I Can`t See My Feelings” es una obra maestra se riffs impecables. Aparece como un country-rock de sonido pesado y glorioso estribillo. La banda está bien engrasada para meternos por donde pueda este clásico del Heavy Rock. El hombre-orquesta que es Shelley se marca tres tantos en este tema. Composición genial, lineas de bajo en estado de gloria, mandando la nave, y con un buen trabajo vocal, tanto solista como en los coros.
Iron Maiden versionearon este tema en la cara “B” de su single “From Here To Eternity”, de 1992. Gracias a ello, la banda obtuvo algo de ese reconocimiento merecido ya desde los años 70. Esta ha sido una de las más extrañas características de la banda. En su curioso viaje artístico han influenciado a grandes bandas de Heavy Metal, como Iron Maiden, Van Halen o Metallica, pero ha sido gracias a las versiones y el reconocimiento de estas últimas el que les ha reportado buena parte de la veneración que el público actual les profesa.
“I Ain`t No Mountain” es un tema puramente country compuesto por el paisano de los “periquitos”, Andy Fairweather Low, galés como ellos. Buenas relaciones les debían unir, ya que no es habitual que un tema que tiene dos años a lo sumo sea versioneado y grabado por otro artista.
Budgie intentan llevar el tema a su terreno sin cambiarla demasiado. La guitarra de Bourge suena bien, distorsionada, los coros están a la altura pero… creo que baja un poco el listón del disco. No por su calidad, pues es una notable interpretación, aunque yo prefiera la original de Fairweather, que es más “auténtica”, menos edulcorada que la que presentan los heavyrockers de Cardiff.
Y ahora llega la parte más progresiva y metalera del disco, “Napoleón Bona Parts 1&2”. Comenzamos con los suaves acordes de la primera parte, con un Shelley de voz aterciopelada cantando en su mejor estilo jazzístico. Las guitarras son acústicas, la batería suena suave, pero se acelera el ritmo y… Hostia! Entra la segunda parte con el riff más duro y metalero de todo el disco. Un riff rápido excelentemente dirigido por el bajo, que me hace cuestionarme si el señor Steve Harris no ha sido un fiel devoto del señor Burke Shelley, con esos punteos “al galope”. La potencia no nos abandonará hasta el final, pues estamos al final de la historia del bandolero. La intensidad es tan alta como un final dramático. La guitarra de Bourge flota por encima del muro sónico con gran libertad, alejándose de los acordes blueseros tan caros a el.
En lo personal considero a este disco como el cierre de su mejor etapa. Posteriormente vendrán discos como “If i Were Brittania, I`ve Waive The Rules”, que seguirá al que hemos comentado, con bastante calidad, pero ya lejos de los picos que fueron “Sqwawk” o “In For The Kill”. Cabe decir que es esta la opinión de un metalero acérrimo, y que tal vez el problema está más en uno que en los discos, pero tanto “If I Were Brittania…” como “Impeckable” serán buenos discos de Hard`n Heavy, pero algo alejados de la potencia de este trabajo y de los anteriores. Con “Power Supply”, de 1980, hicieron un estupendo pero fallido intento de ir a rebufo del sonido propio de la New Wave Of British Heavy Metal, sin ninguna suerte.
A nivel técnico cabe mencionar que este “Bandolier” fué autoproducido por la propia banda. Su ingeniero de sonido fue Richard Manwaring, que recientemente ha trabajado para MSG, y antes había hecho lo propio para Talking Heads o Van Morrison. La magnífica ilustración de la portada es obra de Patrick Woodrofe.
Se utilizaron dos estudios de grabación, los Rockfield Studios, en Montmouth, y los Mayfair Sound Studios, en Londres. El disco salió al mercado en septiembre de 1975… y representó el final de una brillante etapa.