“Machete desafilado”

Reseña de Christian Dárchez

Creo que a la historia y el trasfondo que rodeó al súper grupo llamado Brujería es bastante conocida, pero el gran error que puede cometer un cronista es dar por sentado que todo el mundo la conoce siendo que en nuestra música el público siempre se renueva, como una vez a los 16 años allá por el 99’ en una revista argentina leí “Es harto conocida la historia de V8…” a lo que en mi cabeza retumbó la frase “Pero yo no la conozco, ¡contamelá, boludo!”. Dejando esa anécdota de lado paso a contar el revuelo que armó este supergrupo allá por 1993 cuando editaron su debut “Matando güeros” que ya desde la portada escandalizaba y asustaba a propios y extraños: una cabeza cercenada y a medio quemar sostenida por una mano más conocida como “Coco loco”. Y no solo eso: sus integrantes se escondían tras apodos como Juan Brujo (principal ideólogo del proyecto) y también tras capuchas típicas de narcos mexicanos. ¿Y en lo musical? Un Death Metal/Grindcore que sonaba como un culo abierto y era cantado en un idioma parecido al español (el Spanglish) donde la temática eran los narcos matando gente, el satanismo, la brujería y demás. Aquel disco aunque sufrió la censura en USA (Algo más que obvio) fue bastante bien recibido por la prensa y los fans del estilo, algo que animó al supergrupo a editar su segundo álbum “Raza odiada” (1995) que iba por la misma senda pero con un mejor sonido, es recién por aquel año donde más o menos se empieza a saber quiénes estaban detrás del supergrupo: desde gente de Fear Factory pasando por Napalm Death, Static X y hasta Faith No More. Para muchos “Raza odiada” es su mejor trabajo y la recepción de la misma fue bastante positiva, y decididos a no dejar pasar la oportunidad editan el EP “Marijuana” (1997). Ya en el nuevo milenio y cuando sus integrantes se liberaron de sus compromisos primarios editan “Brujerizmo” (2000) que pese a ser un disco muy entretenido no fue recibido con el mismo entusiasmo que sus predecesores. Tal vez eso se debió a que el chiste Spanglish de historias de narcos y demás yerbas para esta fecha había perdido la gracia, eso sumado a que el misterio detrás de sus capuchas había sido develado hace tiempo. Fue ahí cuando el grupo decide tomarse un receso para dedicarse a aquello que le permitía pagar las cuentas, aunque no por mucho tiempo ya que en 2003 finalmente deciden dejar de ser un proyecto de estudio y salen a tocar en vivo, con entradas agotadas a donde fueran a tocar: México, Brasil y mis tierras argentinas por citar algunos ejemplos y sin contar las giras hechas por Europa, principalmente en España. Toda esa apretada agenda producto de haberse dado cuenta que la cosa era rentable en vivo hizo que el grupo recién volviera a entrar al estudio para editar “Pocho aztlan” (2016) que tuvo criticas mixtas tanto en la prensa como de los fans: algunos aplaudieron la evolución sonora del disco mientras que otros preferían la peligrosidad y el salvajismo de los primeros discos. Igual el disco es mucho más recordado por el palo que la banda le tira a Dino Cazares (que dejó de formar parte del grupo en 2005) en el tema “No se aceptan imitaciones” por su inexplicable copia de Brujería en el proyecto Asesino, o sea el apodo que usaba cuando formó parte de Brujería. Finalmente llegamos al 2023 y el proyecto otra vez dio señales de vida cuando editaron un adelanto, el cual no inspiraba demasiada confianza que digamos. Al escuchar el disco entero debo decir que dicho sentimiento no mejoró ni un ápice.

“Esto es Brujería”, quinto disco de este supergrupo ¿mexicano? ¿americano? (bueno, elijan el que más le guste) llamado Brujería, muestra su propuesta Death/Grindcorera de siempre sonando como nunca, pero cuya gracia se ha diluido casi por completo, un déficit que ya acusaba “Pocho Aztlan” pero en menor medida. El chiste de las aventuras narcos en Tijuana, sexo desenfrenado, machetazos, satanismo, kilos de porros y cocaína tras 30 años dejaron de ser irreverentes y hoy casi no asustan ni hacen reír mucho que digamos; en cambio los chistes de “Esto es Brujería” por una parte suenan inofensivos, otros que aciertan a duras penas y por último están los que causan vergüenza ajena. Del lado de los chistes inofensivos (que es lo que más abunda en el disco) anótense a la apertura homónima del disco que entre tanto riffeo constante y sin norte suena alguna que otra trompeta y discursos racistas antimexicanos, El patrón del reventón y su frenética oda a la cerveza y la fiesta, Tu vida loca y su andar Thrasher mundano. Del lado de los aciertos (que lamentablemente son pocos) podría enumerar a la pared sónica de la muy groovera Estado profundo, la cambiante G-A-K y la onda oscura casi doom/death de Mexorcista son de esas pocas donde se les encendió la lamparita y suenan inspiradas. Del lado de los chistes que causan vergüenza ajena les diría que eviten cosas como Bruja encabronada donde Juan Brujo “nos presenta una cosa nueva” y es a La Encabronada que se hace cargo de las voces, de hecho ella no lo hace mal, le pone onda y energía pero la pregunta es ¿En qué mierda pensaban cuando escribieron la letra? Solo ellos lo saben y si creen que así van a atraer a la platea progre debo decir que la pifiaron feo, Bestia de la muerte y sus machaques planos y constantes, Políticamente correctos donde pretenden burlarse de quienes se ofenden de comentarios incorrectos en las redes sociales. Todo muy lindo pero si en “Bruja encabronada” toman una frase de una canción feminista que reza “Y la culpa no era mía ni donde estaba ni como vestía” después de 5 canciones cantar algo como “Los políticamente correctos me cagan más” no los deja muy bien parados que digamos. El resto del disco y como dije al principio sigue en la misma línea de los chistes inofensivos que suenan bien pero no van para ningún lado y la casi hora de duración (este es el disco más extenso del grupo hasta la fecha) se hace eterna.

Como también dije al principio el disco suena muy bien y es un paso adelante con respecto a “Pocho aztlan”, donde le dieron su buena cuota de protagonismo al bajo tanto en sonidos mas graves como mas punzantes. Pero a nivel musical “Esto es Brujería” al menos para mi terminó siendo un disco flojo, con poco para rescatar y con mucho que queda debiendo y eso también se da porque el chiste 30 años después no da gracia. ¿Me fijo demasiado en sus letras? Y bueno, Brujería se hizo un nombre justamente gracias a ellas. Tal vez para la próxima la banda aunque no porte novedades tenga nuevamente el machete bien afilado y listo para cercenar cabezas como en sus buenas épocas. Por lo pronto espero que después de esta reseña no tenga a gente encapuchada y con machetes en mano en la puerta de mi casa listos para chingarme…

Brujería

Juan Brujo, El Sangrón y La Encabronada: voz

El Criminal: guitarra

Hongo: guitarra y bajo

Pinche Peach: samplers

Fantasma: bajo y batería

 

Canciones

Esto Es Brujería

El Patrón Del Reventón

Estado Profundo

Bruja Encabronada

G-A-K

Tu Vida Loca

Mexorcista

Bestia De La Muerte

Políticamente Correctos

Mochado

Perdido En El Espacio

Odio Que Amo

Testamento 3.0

COVID-666

Lord Nazi Ruso

Cocaína

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