“Una opera a media sangre”

Reseña de Christian Dárchez

Desde la Ciudad de Ontario nos llega el debut de los canadienses Blood Opera, un grupo nacido en 2017 y desde su creación la idea fue rendirle tributo tanto a bandas como GWAR, Dokken, WASP, Ghost y Mudvayne y al cine de terror, aunque creo que tienen más que ver con los americanos GWAR por las curiosas mascaras monstruosas que usan al igual que sus apodos. En 2019 editaron el EP “Blood opera” pero es recién este año que llegan finalmente a su debut, que trae bastante tela para cortar.

“Songs in the Key of Death”, debut de los canadienses Blood Opera, más allá de la parafernalia de las máscaras y el horror transita en la alianza de hard rock y heavy metal de las bandas arriba mencionadas. Sus letras están inspiradas mayormente películas de terror pero la particularidad es que contaron con figuras del género del terror como lo son los actores Tony Todd (“Candyman”, la remake de “Night of the living dead” de 1990) Michael Berryman (“The hills have eyes” “The X files”) y las actrices Adrienne Barbeau (“The fog” “Creepshow” “Escape from New York”) y la Scream Queen de los 80’ Lynnea Quigley (“Return of the living dead” “Night of the demons”) prestando sus voces en narraciones como también músicos como lo son la cantante y guitarrista Morgan Lander (Kittie) y el tecladista Maurizio Guarini, conocido por sus colaboraciones con los progresivos italianos Goblin. Aunque mi fascinación por el genero del horror sea muy grande debido a la gente involucrada en este proyecto, lamentablemente al menos desde mi opinión a nivel musical hay muy poco del material de este “Songs in the Key of Death” que está siquiera cerca de pararse al lado de los pergaminos de semejantes baluartes reunidos para la ocasión. Se que no tengo la verdad absoluta y que a otros le puede llegar a fascinar el estilo de la banda, pero a mi al menos el problema no es ese sino que además de radicar en un desnivel bastante alarmante en cuanto al sonido también se percibe una falta de gancho y puntería en muchas de las canciones. Desde la entrada con la movida Feeding frenzy ya se percibe ese problema con las guitarras sonando magras y con la voz del cantante Max Murder (que lo hace muy bien) quedando prácticamente a la deriva y Lander está totalmente desperdiciada, casi pintada al óleo, la canción está inspirada en “Return of the livind dead” con Lynnea Quigley recitando un fragmento de la peli, un poco más de suerte tiene la marcha constante de Don’t go out tonight a la que le dan un poco de caña y tiene quizás el mejor estribillo del disco al igual que la hard rockera Fight to survive  con Michael Berryman haciendo lo suyo. En A waste of Good suffering intentaron darle ribetes de cabalgatas maidenianas pero el gancho no los acompañó, creo que la primera peli “Hellraiser” (1987) merecía un tema más inspirado.

The gates of hell basado en la peli del mismo nombre y dirigida por el gran Lucio Fulci en 1980 y su pulso repiqueteado es otra que logra zafar y cuenta con un solo de teclas de Maurizio Guarini bastante logrado. Después para mi viene otro de los puntos flojos del disco: el cover de Killer klowns from outer space de aquella bizarreada del mismos nombre dirigida por los hermanos Chiodo en 1988 y aunque la canción original de John Massari tampoco era una maravilla, más allá de algunos machaques y voces guturales está idénticamente calcada, claro que así la cosa no tiene gracia. The ballad of father malone y su onda de teclas oscuritas es un medio tiempo que aprueba con lo justo y cuenta con la narración de Adrienne Barbeau interpretando nuevamente a la locutora radial Stevie Wayne de la peli “The fog” (1980) de su exmarido John Carpenter. Hay un guiño al horror punk de Misfits, The Cramps y 45 Graves en Brundlefly inspirada en la peli clásica “The fly” y que tuvo su remake en 1986 a cargo de David Cronenberg que no está para nada mal pero queda algo colgada en el disco. Damien y su marcha constante y machacona inspirada en la peli “The omen” (1976) pero su falta de un estribillo que haga pie la hace fácilmente olvidable y para el final llega la onda hard rockera de Be my victim basada en “Candyman” (1992) de Bernard Rose que obviamente cuenta con Tony Todd aunque es una lástima que casi no se lo escucha en su tono grave y amenazante que tiene al hablar. De Band of the living dead y The key of dead hay poco y nada para decir ya que son narraciones que daba lo mismo que no estuvieran.

La producción a cargo de la misma banda es bastante desigual ya que hay canciones donde las guitarras están muy arriba y en otros casi ni lastiman, eso sin contar la poca pericia a la hora de amenizar los arreglos que la pueblan porque son muy pocos los que logran destacarse. Esta bien: entiendo que fue lanzado de manera independiente y casi sin apoyo pero hoy los músicos cuentan con distintas herramientas multimedia como para sonar de manera profesional y sin pisar un estudio que cuesta miles y hasta millones de dólares. Bueno aunque sea se jugaron con la portada. Mas allá de las colaboraciones que me resultaron por demás simpáticas (a excepción de la de Tony Todd que quedó muy tapado en la mezcla) el debut de Blood Opera es bastante desparejo tanto a nivel sonoro como creativo, pero bueno para esos son los debuts: después ir mejorando de a poco ya que no tiene gracia ser tan buenos desde el principio.

Crédito abierto, seguramente ya nos sorprenderán en el futuro.

Blood Opera

Max Murder – voz

RIP Junk – guitarra

Damien Deathgasm – bajo

Muerto McBrains – Bateria, programaciones y teclados

 

Canciones

01 Just Keep Digging             

02 Feeding Frenzy

03 Don’t Go Out Tonight

04 Fight To Survive       

05 A Waste Of Good Suffering

06 The Gates Of Hell     

07 Breaking News

08 Killer Klowns From Outer Space           

09 The Ballad Of Father Malone       

10 Brundlefly      

11 Damien 

12 Be My Victim 

13 The Band Of The Living Dead

14 The Key Of Death

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