Una Historia de lucha y superación escrita por Vicente Feijóo (Zarpa), con motivo de poner a la venta una edición limitada para coleccionistas de su álbum del ’97 «Bajo el fuego», que podéis conseguir desde su Facebook. Leedla!!!

BAJO EL FUEGO,

Desde primeros de los 90, hubo un cambio muy grande en mi vida y supongo que en la sociedad en general, aquellos años inciertos de los 80 donde todo era como un banco de pruebas o como un sobre sorpresa donde todo podía ocurrir, habían pasado
Los 90 comenzaron con una gran crisis en todos los sentidos, era como si nos hubieran abierto una puerta y el paisaje fuera hielo, un horizonte sin árboles, un desierto, una inmensa explanada, un camino seco 

donde nos teníamos que poner a caminar y reinventarnos, todo eso coincidió con la falta de trabajo y la separación de muchas bandas de Rock, entre las cuales estaba Zarpa, esa primera etapa tan idílica, había pasado como nuestra juventud,
Como decía el titulo de una canción “demasiado viejo para el Rock and Roll, demasiado joven para morir” y así fue como comencé a resistirme, ¿porque tenía que abandonar? ¿Solo porque las cosas habían cambiado?, después de tener que trabajar cargando equipos y de técnico de monitores en un momento crítico donde la supervivencia era lo más importante a costa del sacrificio de los sueños, un día me fui al ensayo que teníamos abandonado Y me puse a pintarlo y a organizarme, no tenía ni idea que iba a ocurrir, pero algo me impulsaba a hacerlo, me salió un alumno para dar clase y detrás de ese vinieron muchos más, generaciones nuevas estaban interesadas en ser como los nuevos guitarristas del momento y recurrían a mi para conseguir sus sueños, así comencé a estabilizarme económicamente, al mismo tiempo comenzó a salirme trabajo de rotulista y compaginando las dos cosas al fin pude respirar un poco, un día un alumno me dijo que su padre quería hablar conmigo, me hizo una oferta para trabajar como músico en su orquesta, el teclista de esa orquesta se había matado con una moto y la temporada no sabían cómo salvarla, yo acepte y comencé a descubrir el mundo paralelo de la música la otra cara, lo que te da dinero a cambio de pocas satisfacciones, así hasta hoy, pero eso es otra historia que ya contaré. Durante esos años de la década de los 90,solo y jodido , me puse a componer con libertad, no solo pensando en el Heavy Metal, pero sin dejar el Rock, ese Rock con el que comenzamos con tanta ilusión, en estos momentos de cambio también cambió la percepción de ver la música, el conocer otros estilos creo que alimento y enriqueció mi cultura musical, como pude con una grabadora de cuatro pistas comencé a crear temas que buscaban dentro de mi una respuesta, recuerdo grabarme las baterías golpeando con mis manos en la mesa y grabando los golpes en cinta de cassette, asi salieron muchas canciones y fragmentos que aún conservo, fui madurando en solitario, pude comprar una caja de ritmos primitiva que daría risa si alguien la viera, pero mejoré el sonido, los tiempos cambiaban tecnológicamente, comenzaron a aparecer los primeros ordenadores “Atari” de segunda mano, mas asequibles a nuestro bolsillo, el midi había entrado en la vida de todos los músicos, aunque ya habían algunos que los tenían desde mediados de los 80, joder qué gozada, tenía mi primer estudio en el comedor de mi casa en un rincón, ya podía hacer canciones que sonaran de verdad. Poco a poco comencé a conocer músicos y comenzamos a hacer cosas en ensayo, no me atrevía a hacerlas en nombre de Zarpa, por respeto a tantos años con mis compañeros, después de una intentona en 1992 otra vez con zarpa que no tuvo ninguna respuesta por parte de ningún sello, seguí mi camino. Un dia me salió un trabajo de restauración en un pueblo de cuenca, fui a pasar varios días allí para trabajar en unas andas de las que llevan a los santos en las procesiones, una gente muy amable, cuando hice mi trabajo y a punto de marcharme, el dueño de la casa me dijo ¿quieres venir un momento? Y me llevo a una habitación, me dijo, mira mi hijo hubiera querido que lo tuvieras tu, yo me quedé perplejo y me bajo un Teclado, era un piano Yamaha enorme, yo no entendía nada, pero me aclaró el tema, ese teclado era de chico que se mató con la moto, por el cual yo entre en aquella orquesta a trabajar, aquella orquesta que me dio vidilla en un momento difícil, ahora esa misma persona que falleció me dio la oportunidad de tener un teclado para componer y crear, así con esa fuerza compuse el trabajo “ Solar Signs”, Rafa Játiva se alió conmigo, Manolo Cascales y un montón de músicos que iban buscando algo como yo.

Con “Bajo el fuego”, “Viviendo en éxodo” y “Recuerdos del paraíso” cerraré este proyecto de recuperar los proyectos inéditos de Zarpa, aunque quedan muchas más cosas de rarezas, baladas y otras criaturas de este submundo de la creatividad que viven en ese tiempo pasado esperando salir a la luz, ¡¡quien sabe!!

Deja una respuesta